ANALISIS DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS La complejidad de la gestión educativa

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Interpretando las ideas del autor y llevándolas hacia el jardín Nº 947 de residencia, creo necesario hacer especial hincapié en el contrato social que él mismo articula especialmente con las familias razón por la cual fue creado y organizado buscando la igualdad de oportunidades de la comunidad en general y en especial a aquellos que poseen niños en edad de educación inicial.

Transmitirle a los actores sociales del jardín saberes que estén relacionados con el esfuerzo, la dedicación en el trabajo diario, el aprendizaje no solo de contenidos formales curriculares sino también aquellos otros curriculares que hacen a la tenacidad, el empeño, la paciencia, la convivencia y la solidaridad como ejes fundamentales por los que niños y padres reciben a diario desde al ámbito escolar y ponen en práctica como parte de los valores ético y sociales.

La intervención de la escuela desde ese lugar hace posible que se desarrolle un circuito solidario entre todos los integrantes poniendo en ejecución y como actividad comunitaria compartida” el ropero escolar”.

Todos los actores sociales intervienen (familias docentes auxiliares) para que el objetivo del mismo se desarrolle de manera productiva, especialmente teniendo en cuenta las personas más necesitadas en lo que se refiere a vestimenta, calzado, útiles escolares. Se los asiste de manera gratuita, no obstante aquellos que puedan hacer algún aporte económico se les acepta y es recibido por la cooperadora, quien luego lo invierte en gastos internos de mantenimiento del jardín.

Con lo ejemplificado respecto al funcionamiento económica de la institución mencionada resulta interesante poner de manifiesto la colaboración y compromiso de la comunidad barrial, siendo la misma la protagonista por medio los actores sociales del cuidado edilicio del ámbito escolar, como también de los aportes de materiales y mano de obra para subsanar pequeños inconvenientes cotidianos.

La intervención del Estado es fundamental para que las acciones que se establecieron en el marco del contrato fundacional se pongan en práctica cada vez que la institución lo requiera, tanto desde el espacio edilicio estructural, como desde lo administrativo- pedagógico, al momento de arreglos de envergadura o como de la designación del personal estable y suplente para cumplir los objetivos y dinámica del andar cotidiano.

En este punto cabe destacar que la demanda hacia el Estado es muy intensa en los momentos económicos por los que transita la sociedad, por lo cual en ocasiones se ve imposibilitado de cumplir con lo que el contrato requiere en tiempo y forma, en consecuencia recae la tarea sobre los propios interesados quienes pasan a tomar ese rol que el Estado no puede cumplir, llevando a cabo actividades que no les son propias pero que son necesarias para continuar con la esencia de la institución escolar y su proyecto educativo.

Pedagógicamente el “curriculum prescripto”, es el ordenador de la tarea institucional, es un organizador de la tarea institucional” (Frigerio). Es quien construirá los criterios que den forma y sentido profesional al contrato formal de las instituciones frente a su P.I, creando las condiciones necesarias en el cumplimiento de la tarea especifica de enseñar y guiar el conocimiento intelectual, como en la práctica de los valores sociales siendo estos, propósitos fundamentales dentro del contrato pedagógico- didáctico, respondiendo de manera equitativa entre la igualdad social, los saberes, lo económico y las nuevas tecnologías.

En el interrogante que plantean los autores sobre ¿para qué una escuela hoy?, me atrevería a considerar el desafío desde la recuperación de las prácticas de enseñanza- aprendizaje, la reformulación de los contratos sociales y la redefinición de los roles y tareas, es decir de adquirir un estilo de gestión que posibilite las demandas globales de la institución.

Cada institución si bien responde a un curriculum prescripto debe hacer junto a él, un balance acerca de las necesidades primarias que la caracterizan, de esta manera se fortalecerá en el cumplimiento de su rol social y podrá construir un proyecto capaz de objetivar y enriquecer al momento de plantearse la distribución de los saberes para que estos sean realmente significativos y actúen como herramientas útiles para el desarrollo de habilidades y competencias.

En el camino de la construcción del aprendizaje adquirido dentro del contexto escuela, es importante que se cumpla su rol, y que sea en ella y a través de la socialización del saber donde los niños puedan desarrollarse y ejercitar los distintos caminos que hacen a la construcción de los saberes mismos.

De acuerdo a lo expresado pienso que se hace necesario reconsiderar el contrato escuela- sociedad de manera permanente y dinámica, de modo tal que este ayornado a las necesidades actuales culturales y del mundo del trabajo.

Los alumnos como sus familias están vinculadas a la tecnología y medios de comunicación de varias maneras, tanto con recursos propios o con otros adquiridos tecnológicamente, aquello que antes se transmitía en la escuela tradicional como un libreto de generación en generación, y para ese tiempo social de manera productiva, hoy estaría totalmente caduco al paso de la escuela innovadora, en consecuencia el papel de Estado en este cambio cultural social asume un rol de gran importancia.

Es el Estado quien debe a través de su intervención distribuir los recursos necesarios de manera tal que sean equitativos para que todas las escuelas cuenten no sólo con elementos tecnológicos, sino especialmente con aquellos que posibiliten la enseñanza perdurable en el tiempo como por ejemplo :los edilicios y los de capacitación bibliográfica, a través de bibliotecas que hagan posible el encuentro placentero por la lectura y el reconocimiento del libro como otro recurso necesario para el aprendizaje. Estos recursos le permitirán aprender a investigar, comparar, comentar con sus pares, de manera tal que el ámbito escolar sea realmente un lugar gratificante para ellos y sus familias.

La profesionalidad y el empeño docente es el eje fundamental para una escuela productiva.

El rol del docente más allá del de asistir socialmente a los niños en estos tiempos que corren, no debe estar circunscripto al mismo, no debe perder la esencia primordial de guiar y enseñar a través del aprendizaje y la búsqueda del conocimiento por diferentes métodos y con múltiples objetivos. Que pueda brindarle a sus alumnos la posibilidad y la gratificación del asombro de lo encontrado, de lo aprendido, de lo vivido en el aula o en otros ámbitos de la