Análisis y Gestión de las Instituciones Educativas.

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En este contexto, las organizaciones están descolocadas, ya que estas dependen de su adaptación al entorno.

El cambio y la acumulación permanente del conocimiento exigen a los sistemas educativos una capacidad de actualización continua; la universalización del acceso y la heterogeneidad sociocultural, demandan capacidad de desarrollar estrategias y modalidades de enseñanza diferenciada, los cambios en el mundo del trabajo reclaman la formación de competencias potentes y la formación democrática una mayor responsabilidad en la formación de la personalidad.

Un nuevo término hizo su aparición en la escena educativa, management, palabra de origen anglosajón que significa dirección, gerencia, organización que es adoptada por el discurso educativo de repensar las estrategias de optimización del servicio. Al igual que cualquier otra agencia del mercado, la escuela es ahora un servicio, en tanto servicio más que institución se convierte en organización.

Martucelli nos dice que una institución se convierte en organización cuando lo que la define es el juego entre la oferta y la demanda y las decisiones se toman en términos de costo – beneficio

El management, tiene la capacidad de direccionar procesos de cambio, pero requiere de un líder. “La construcción de escuelas eficaces requiere lideres pedagógicos… Por liderazgo se entiende como un conjunto de prácticas que buscan facilitar, animar, regular, orientar. El líder fortalece a las organizaciones para recuperar el sentido y la misión pedagógica. Los gestores educativos deben estar en condiciones de asegurar las funciones de analizar y sintetizar, anticipar y proyectar, conectar y asociar, decidir y desarrollar, comunicar y coordinar, liderar y animar, evaluar y reenfocar.

El liderazgo trae tiempos de transformación, de crisis, de incertidumbre, para los cuales no son eficaces las imágenes del mundo basadas en el pasado o en las rutinas ya establecidas.

Los procesos de liderazgo son inevitables en épocas de grandes transformaciones, en tiempos en que las representaciones sobre las prácticas pedagógicas requieren otros imaginarios que generen y despierten una nueva mentalidad y acciones.

Los líderes de hoy son flexibles, saben delegar y motivar a su gente.

La modalidad restitutiva de un orden perdido.

Un alumno recibe la devolución de una prueba escrita. Frente a la evidencia del resultado desaprobatorio, este procede a arrugar la hoja, ante la mirada de su profesora, que comienza a gritar indignada y se dirige a la dirección. La directora convoca al consejo de convivencia y se decide aplicar al alumno una sanción producto del gesto irrespetuoso.

Las formas de enfrentar estas situaciones ponen de relieve la ventaja de la representación por sobre lo que se presenta y la obligación a echar mano a los dispositivos disponibles. El supuesto va a desencadenar las soluciones. Es decir a la irrupción (ataque) sobreviene el dispositivo.

La gestión situacional.

La inteligencia de una gestión se encuentra asociada a la capacidad de registro de su propia ignorancia. Blejmar señala que gestionar supone un saber, pero no un solo saber técnico, sino un saber sobre la situación en la que se interviene. Jamás podremos capturar en su totalidad los sentidos de las diversas situaciones que acontecen en una escuela, sin embargo lo que no es vano es la posición de seguir escuchando, proponiendo, creando, buscando, etc.

Lo interesante de una gestión no se mide exactamente por lo realizado, sino por la capacidad de crear condiciones para que algo se movilice en los sujetos y en las matrices culturales de la escuela.

La gestión situacional es otra posición frente al hecho educativo, se trata de una posición ética frente a lo que acontece.

La propuesta de la gestión a la que apostamos no va en busca de escuelas armoniosas, libre de obstáculos, lo que busca es escuelas que puedan nombrar lo que acontece en ellas. Gestionar aquí es crear condiciones para que el movimiento de subjetivación se produzca.

Gestionar es fundar experiencias, por lo tanto lo que se debe hacer es gestionar escuela, es hacer que la experiencia educativa tenga lugar.

Esta experiencia educativa requiere como condición contar con una comunidad de hablantes, contar con un maestro y un alumno en diálogo. Sin embargo no contamos con un dado hay que producirlo.

Ej de gestión situacional: creación de jardines maternales para los hijos de alumnas – madres adolescentes.

La gestión situacional pretende producir algo del orden de la inexistente en la escuela pero evita formatear rumbos y sujetos. De lo que se trata en palabras de Blanchot es de un hacer, un pensar, un acto de decidir que se declararan incompletos.

Esta gestión no elige la realidad en la que le toca actuar, pero si elige la posición que decide tomar frente a ella. Un elemento central en este modo de concebir la gestión es la implicación.

La gestión situacional no evita al Estado, sino que lo interpela y lo requiere. Ya no sería el Estado un dispositivo que funda el sentido de una Nación y diseña las formas de producir comunidad simbólica, sino un Estado que produce las condiciones necesarias para desanudar problemas, habilitar experiencias y crear condiciones para una nueva configuración nacional.