CAPACIDADES Y ACCIONES DE CUIDADO DE LA MADRE Y EL ESTADO NUTRICIONAL DEL NIÑO MENOR DE 2 AÑOS
Enviado por Helena • 12 de Mayo de 2018 • 12.351 Palabras (50 Páginas) • 468 Visitas
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Dentro del departamento de La Libertad se evidencia un 25 a 26 por ciento, de niños con desnutrición, porcentaje que se encuentran entre la costa y la sierra. En la costa básicamente en la zona urbano mariginal donde la desnutrición puede llegar al 33 por ciento, pero hay distritos en la sierra donde supera el 50 por ciento Peruprensa, 2010(9).
En la Provincia de Trujillo, durante el año 2014, de una población de 22753 niños menores de 2 años se reportó que el 39.7.0 por ciento padece de desnutrición crónica. Así mismo el Puesto de Salud Alto Moche reporto que de un total de 1435 niños menores de 2 años, 453 niños que representa a un 31.6 por ciento padecen de desnutrición, y durante el mes de mayo se reportaron 72 casos de niños con desnutrición Crónica siendo el 11.6 por ciento de una población de 621 niños menores de 2 años Estadística, Red de Salud Moche, 2014(10).
Un inadecuado consumo de alimentos se refleja en el estado nutricional de los niños, condicionando retardo en su crecimiento (desnutrición crónica) y causando una alta prevalencia de anemia por deficiencia de hierro. En el caso de Perú, el 25 por ciento de los niños menores de 5 años sufre desnutrición crónica y el 50 por ciento padece anemia. La anemia y otras deficiencias nutricionales ocasionan un bajo rendimiento escolar, lo que repercute en la capacidad del adulto para tener una vida productiva y saludable ENDES, 2007(11).
En las etapas iniciales del desarrollo sólo los miembros de la familia, y en especial la madre, pueden asegurar una ingesta demandante para completo y óptimo crecimiento y desarrollo del niño quien es un ser dependiente de su madre, la cual debe satisfacer todas sus necesidades y velar por su salud Whaley y Wong, 1995(12).
La madre como principal responsable de la crianza del niño, cumple un rol preponderante en su cuidado y por consecuencia en su nutrición, de acuerdo a sus capacidades y acciones de cuidado dependiente, las cuales son adquiridos por aprendizaje, creencias, costumbres, y prácticas, y pueden ser valoradas a través del impacto, de la observación o expresada a través del lenguaje Honorio, 2001(13).
Las capacidades de cuidado dependiente han sido explicadas como parte de una estructura jerárquica tripartita de capacidades, los cuales son fundamentos uno de otro, estos son: disposiciones y capacidades fundamentales, componentes de poder, capacidades para las operaciones de autocuidado Orem, 1991(14).
La disposición y capacidades fundamentales se refieren a aquellas habilidades comunes básicas que posibilitan las acciones deliberadas, que habilitan a los componentes de poder, los cuales son posibilitadores de las operaciones que facultan el cuidado Orem, 1991(14).
Los componentes de poder son las capacidades más inmediatas representativas del conocimiento, la motivación y el repertorio de destrezas necesarias para el compromiso con el autocuidado; los componentes de poder son empíricos de la acción deliberada Orem, 1991(14).
Las capacidades para las operaciones de autocuidado son el tercer componente de la estructura fundamental de esta capacidad, constituye el límite entre las capacidades y el autocuidado mismo e incluyen las sub operaciones estimativas, transicionales y productivas. Las operaciones estimativas se refieren a la indagación y la investigación relacionadas con los requisitos. Las operaciones de tipo transicional se refieren al aspecto de juicio y toma de decisiones de las operaciones de autocuidado y las operaciones productivas se refieren a la habilidad de comprometerse, así como al compromiso existente en dichas operaciones. La suficiencia de la capacidad de autocuidado se expresa a través de las operaciones productivas, en donde la persona ejecuta un conjunto de acciones para satisfacer sus requisitos Orem, 1995(15).
Las capacidades para emprender la acción deliberada son las llamadas agencias de autocuidado y describen el poder de la agencia de las personas en relación a diez componentes de poder. Estos componentes de poder son conceptualizados como acción específica de autocuidado y representan habilidades tales como atención, el uso de energía, el movimiento, el conocimiento, la toma de decisiones, razonamiento y el repertorio de habilidades Guevara, 1997(16).
Las acciones de cuidado dependiente son las actividades aprendidas que la madre realiza para mantener la vida, la salud y bienestar de su niño que incluyen: agua, alimento y protección; atención de la eliminación, mantenimiento del equilibrio entre la actividad y el descanso; la interacción social y la evasión de riesgo para la vida. Orem sostiene que la satisfacción de requisitos universales de autocuidado está dirigido a la prevención y promoción de la salud Guevara, 2003(17).
No son innatas las maneras que determinan y satisfacen las necesidades de autocuidado de la persona. Estas se aprenden según creencias, hábitos, costumbres y prácticas que caracterizan las formas de vida del grupo al que pertenece el individuo. Lo que es normal para un individuo o un grupo no puede serlo para el otro. Las habilidades intelectuales y prácticas para el cuidado de la salud son influenciadas por factores relacionados directamente con las características de una persona por el estímulo y apoyo de miembros de su grupo familiar. Toda persona aprende a cuidarse al ritmo de su ciclo vital en base a ciertas normas culturales de allí que existe variedad de prácticas dentro de los grupos sociales que reflejan no solo la adaptación a las condiciones ambientales sino también al tipo y a la cantidad de conocimientos que han sido adquiridos, transmitidos y puestos en práctica Eben y Cols, 1995(18).
Durante el estudio se pudo indagar que las madres alimentan a sus niños con alimentos que estén a su alcance, dando prioridad a los carbohidratos ya que estos alimentos son de bajo costo y su producción es en abundancia, mientras que el producto de origen animal como la carne de gallina, cuy, cerdo y res; los productos lácteos, huevos y las menestras, son vendidos a los mercados y el dinero obtenido sirve para comprar otros productos como: arroz, fideos, harinas y enlatados, lo que va afectar notablemente el estado nutricional de los niños Puesto de Salud Alto Moche. PSAM, 2014(19).
Estas formas de alimentación origina una brecha nutricional entre lo que consume el niño y sus requerimientos, la cual se agudiza entre los 6 y 24 meses de edad, tanto entre los niños que viven en las áreas rurales como también entre los de las poblaciones urbano marginales, constituyéndose así, en los grupos de mayor riesgo nutricional en el país Cavendes, 1994(20).
JUSTIFICACIÓN
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