¿CUÁL ES EL PAPEL DE LA ESCUELA EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CÁTEDRA DE LA PAZ?

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Muchos hogares colombianos carecen de conocimiento frente a los Derechos Humanos[3], por lo tanto, desde las instituciones educativas se debe realizar un trabajo arduo para que los sujetos en formación conozcan y por ende se refleje en su manera de actuar y pensar el conocimiento de estos. El ambiente escolar está rodeado por la desigualdad, la injustica, la intolerancia, etc. “Creemos que es fundamental desarrollar esta pedagogía desde la óptica intercultural y de la educación en Derechos Humanos, sobre todo dentro de contextos como el nuestro en los que, históricamente, nuestras sociedades fueron construidas y asentadas en la exclusión de los diferentes, del “otro””[4] Y la escuela tiene la gran tarea de cambiar esta situación y resaltar el respeto de estos. Ahora bien, en el camino por construir la paz, y desde la mirada de los derechos humanos es importante educar para la convivencia y democracia:

La educación en derechos humanos y para la democracia, tal como lo establecen el Protocolo de San Salvador y una decena de otros instrumentos internacionales, aún no está bien instalada como un componente clave del currículo y de los programas educativos, ni se refleja en los textos y las pedagogías utilizadas en las escuelas públicas, si bien se puede apreciar una tendencia positiva, aunque desigual entre unos países y otros, en dirección a establecer las bases legales de la educación en derechos humanos. Hay más avances en la adopción de compromisos internacionales que en la incorporación de definiciones en el orden constitucional. (IIDH, 2003, p.11)

La escuela se ha encargado de callar las voces de sus estudiantes, sujetándolos y anulando por completo sus pensamientos. La participación es un elemento fundamental dentro de una institución democrática, la cual a diario debe luchar por cultivar en el entorno educativo la convivencia[5], facilitando así, las relaciones dentro del plantel y a su vez fortaleciendo las relaciones de los niños y niñas fuera de este.

En conclusión, es imperativo conocer qué entienden los niños por educación para la paz, y cuál es el propósito de que todo gire en torno a ella; en primera instancia, se debe aprender a ser. Si somos seres rodeados de situaciones complejas, hogares difíciles, etc. debemos iniciar con una interiorización de quién soy, si puedo cambiar eso que soy para aprender a convivir con los demás. No pretender entonces que la escuela se preocupe solo por incluir en su malla curricular una cátedra para la paz como si fuera un área de estudio más; se necesita ir más allá de esa cátedra. Ayudar a que los niños y sobre todo, como docentes, interioricemos lo que significa la paz para nosotros, de ahí que podamos ir construyendo poco a poco el país que queremos.

Entender que los conflictos son inherentes al ser humano, cualesquiera que sean, pero que se pueden ver como oportunidades para grandes cambios es uno de los puntos a tener en cuenta para la construcción de la paz en la escuela.

“En la década de los 90 se supera por completo la visión negativa de paz, y los procesos educativos alrededor de estas se concentran en temas como los derechos humanos, la justicia, el desarrollo económico, y el impulso de una cultura de paz basada en el diálogo, el respeto y la dignidad. A partir de este momento la paz es entendida como un proceso de construcción de una comunidad humana que se sustenta en la igualdad, la fraternidad, la justicia y la libertad” (Contreras, p. 10).

Baste ya una cátedra de paz con aquellos contenidos encerrados en materias; es hora de tener un compromiso en la educación para construir la paz, basado en la igualdad, el respeto, la convivencia, la libertad; una educación para la paz que acepte la diversidad de lo que somos todos los seres humanos, y es la escuela el protagonista para apuntarle a cultivar en los estudiantes todos estos valores, ya que tenemos una oportunidad después de un conflicto tan largo y difícil del último siglo.

Referencias

IIDH, (2003). EL PANORAMA ACTUAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Y LA DEMOCRACIA.

Contreras, J. (s. f). El derecho internacional humanitario: principio de una educación para la paz. Universidad de la sabana.

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