“Constitución de 1917. Vigencia y Reformas.”

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Ahora, al respecto del “Salinato” me resulta muy interesante hablar de 2 puntos sumamente relacionados, de la tecnocracia y del neoliberalismo. Si bien el neoliberalismo en México tiene sus inicios en el gobierno de Miguel de la Madrid, es en el de Salinas que se consolida este modelo económico que traería a México a la modernidad. Como puntos pilares del neoliberalismo mexicano encontramos la incorporación al GATT y el TLC que en cierta manera son impuestos por el FMI de ahí la preferencia a los inversionistas extranjeros. Pero este movimiento también es respaldado por la corriente tecnócrata, en nuestro país encabezada por un selecto grupo de egresados de reconocidas universidades extranjeras, siendo parte de estos los presidentes Salinas y Zedillo, los 2 economistas, con una fuerte tendencia de incorporación al mercado internacional, esto a través de la apertura comercial. Al respecto me queda mencionar que no encuentro otro modelo económico que hubiera modernizado el estado mexicano, aunque lo cierto es que con el paso del tiempo ha cobrado sus costos. Y es el origen del creciente poder de los empresarios en las decisiones políticas del país.

De la alternancia política suscitada en las elecciones del 2000 poco queda decir, fue resultado de las malas políticas de la última década del siglo XX y el creciente descontento popular. Se menciona quizás que vivimos una mayor representación genuina al encontrar fracciones partidarias diversas inmersas en el congreso, a esto se le suma la creación del PRD en el 89 tras el descontento de exmilitantes por el nuevo movimiento tecnócrata.

Respecto a la última parte abordada por Gamas Torruco en “La vigencia de la constitución de 1917”, la referente a las reformas, me parece acertado su estudio por materias, personalmente expresare mi opinión respecto a 3 de diversas materias cuáles considero de gran importancia. Primeramente la Representación proporcional adicionada en 1977, pues esta permitió el camino hacia una conformación del congreso con participación de las diversas fracciones políticas de manera que se instauraron diversas formas de pensar y así un análisis más completo. También la creación del IFE, que a pesar de no llegar a ser la institución que debería y garantizar elecciones justas, surge como una gran oportunidad de verdadera democracia, quizás sólo deba de consagrarse y ejercitarse más su autonomía. Últimamente quiero hablar de los derechos humanos.

Recordemos que en 1917 nuestra constitución se puso a la altura de las constituciones del momento, en sus primeros artículos consagraba un amplio catálogo de derechos humanos que eran garantes por parte del Estado, además de que contaba con diversos derechos sociales. Si bien se ha batallado mucho por hacerlos efectivos, eso es otro problema. Respecto al contexto en que se realiza la reforma a la constitución en junio de 2011, es de mencionar que era necesaria pues ya los derechos que comprendían las garantías no bastaban para el trato digno de la persona. Personalmente considero las reformas de junio como las más destacadas en mucho tiempo, y es que los derechos humanos llevan implícitos una infinidad de nuevos retos para el Derecho Mexicano, como lo es “la globalización del derecho” desde un ámbito local, o la técnica de interpretación del ahora tan amplio catálogo de derechos a los que está suscrito México.

Por último, quiero hablar del garantismo. Lorenzo Córdoba Vianello, en el Universal publica un texto titulado “Garantismo” en el cuál, basándose en lo dicho por uno de sus importantes exponentes Luigi Ferrajoli, dice: “El garantismo es una corriente jurídica que parte del reconocimiento de los derechos fundamentales de los individuos y de su efectiva protección y tutela como la piedra de toque del diseño constitucional del Estado.” Menciono lo anterior en función de hacer hincapié en la gran problemática en México, que no son sus leyes primordialmente, es su aplicación. Sin perder de vista la gran reforma en materia de Derechos Humanos, ahora y más que nunca es importante que el Estado sea capaz de hacer efectiva su protección, esto si queremos ir hacia adelante en la confección de nuestro estado y darle una verdadera validez y vigencia a nuestra Constitución.