Cuento Administración-Fund. Admin

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Pasó todo el resto del año, acabando su 5º año de preparatoria, pasando a estudiar el 6º año, metiéndose en la ares de las Ciencias Sociales, sus compañeros que igual se habían metido ahí para estudiar Administración, con el objetivo que se habían planteado desde un principio, después de lo mencionado por Iván en la plática, le dijeron –Tú no sé qué haces aquí, vas a fracasar si sigues pensando de esa manera- diciéndolo con rencor y odio, pensando que esas palabras iban a perjudicar el pensamiento y la seguridad de Roberto, pero esto no le importó, él estaba seguro de lo que quería. Finalmente término el bachillerato, cada vez más convencido de su postura que lo motivo a estudiar esta carrera.

El día que recibió la notificación de que se había quedado en la UNAM, en la Facultad de Contaduría y Administración, en la licenciatura de Administración, no se le había visto tan emocionado, pero esa emoción que había sentido al saber que si se había quedado, la superó cuando estuvo frente a la Facultad, se veía muy emocionado, no podía creer lo que había logrado, entró, y sintió un gran cosquilleo en todo su cuerpo, llegó a su salón en donde iba adquirir todo ese conocimiento que con tantas ganas quería aprender, se sentó en una banca que vio sola al final del salón, su corazón no dejaba de latir con tanta rapidez. Llegó el primer profesor, se sentó, se presentó y dio introducción de su materia, al acabar esto, pasó a la presentación, esa típica presentación de cada uno de los estudiantes que se encontraban sentados en un pupitre, preguntándoles muchas cosas, pero la pregunta más importante para Roberto que era:“¿Por qué había elegido esa carrera?”, los alumnos contestaron a esa pregunta:

-Yo quiero tener mi propia empresa- dijo Gustavo

-Yo quiero ganar mucho dinero, y ser una emprendedora- dijo María

-A mí me gustan las Matemáticas y los números- dijo Luis

-Yo quiero complementar mi otra carrera, para poder poner una cadena de restaurantes- dijo Alberto

-Yo quiero ser una gran administradora, y poner mi empresa- dijo Ana

-Yo quiero continuar con el negocio de mi familia- dijo Elizabeth

-Yo quiero ganar mucho dinero e investigué que aquí hay una gran bolsa de trabajo- dijo Alan

-A mí me gusta ser líder y trabajar en equipo- dijo Karen

Y así fueron pasando todos los estudiantes, la mayoría con objetivos similares; ser emprendedores, porque les gusta, porque sus padres lo estudiaron, para poner una empresa, etc, etc, etc. Hasta que finalmente llegó el turno de Roberto, quién se notaba tranquilo y con mucha seguridad, exclamando

-Yo solo quiero aportar con esta profesión, para cambiar a la sociedad- todos al escuchar esto, se voltearon, algunos sorprendidos y otros riéndose de las palabras de su compañero. El maestro al igual sorprendido le preguntó -¡¿Y cómo piensas lograr eso?!- y Roberto con una sonrisa en la cara le contestó –Aprender de usted, llevarme todos los conocimientos que me sean posibles de usted, analizarlos y crear mi propio criterio, para después poder transmitirlos en una empresa que ayude a la sociedad- dicho esto, hubo un silencio y el maestro muy emocionado exclamó -¡Felicidades y Bienvenido!-

Pasó el semestre, pasó el segundo, el tercero, el cuarto y así, cada año, cada semestre, cada día, cada clase, cada hora, cada minuto, cada segundo, fue enamorándose más de la carrera y fue teniendo un criterio firme para poder lograr su objetivo.

Después del término de su carrera, se dedicó a emprender el negocio que tanto quería, asesorías en Administración, transmitiéndoles todo el conocimiento que adquirió, dando él su propio criterio, enseñándoles algo sumamente importante para llegar a ser un gran administrador, a lo mejor rompiendo con una parte muy importante para un administrador, como lo es denostando a las instituciones, y a la mala administración que México tiene durante décadas, esto obviamente también le trajo consecuencias negativas para su vida y para su empresa, catalogándolo como un peligro, una amenaza para el sistema y rompiendo así el código de ética del administrador, pero a pesar de esto, Roberto se sentía bien ya que enseñaba algo que era muy difícil encontrar en un país con tantos intereses, y eso eran los valores, la integridad de una persona, y eso si lo siguió conforme a lo dicho en el código de ética.

Y a pesar de la mala fama que las autoridades había echó a su empresa, no le importó, porque las pocas personas que iban, sabía qué hacía lo correcto, sabía que había dejado una pequeña semilla de su conocimiento en esas personas, y tenía la gran esperanza de que México pudiera mejorar.

Obviamente nunca pudo cumplir su objetivo de poder estar en una institución pública, pero al término de su vida, se despidió diciendo –me voy feliz de haber hecho lo que hice, me voy feliz de haber tenido un objetivo claro y que este nunca cambio a pesar de tantas críticas, tropiezos y barreras que me pusieron, muchos creen que no hice nada, pero yo sé que deje en algunas personas mi conocimiento y esa idea, ese conocimiento no se va a perder, pero lo más importante es que fui feliz, y si logré esto, estoy satisfecho-

Pasó mucho tiempo y en realidad no hubo un cambio claro en la administración del país, pero Roberto se fue feliz, cumplió con algo muy importante para llegar a ser un buen administrador, dio un giro inesperado, vio a la Administración como una ayuda, le dio un matiz diferente, y como olvidar las últimas palabras de Roberto, que son tan importantes no solo para un administrador, sino también para la vida.

La administración ¿cambiaría una sociedad?

De Sebastián Santiago Garza

No. de cuenta: 314284451

Profesora: Elionay Aldana Muñoz

Grupo: 1175

Elegí el artículo 5 del Código de ética del administrador, porque me pareció un punto muy importante, y como lo describí en el cuento es algo que hace falta en una sociedad como la mexicana, son elementos muy importantes no solo para un administrador sino para todas las personas que se dediquen a cualquier profesión, y también siento que con este artículo se puede sacar mucho provecho para sacar una buena historia, viendo la realidad y dando una crítica importante.