Cultura, política y poder

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Para Vargas Llosa “… En la banalización lúdica de la cultura imperante, en la que el valor supremo es ahora divertirse y divertir, por encima de toda otra forma de conocimiento o ideal…” No todo lo que hace referencia a la cultura de hoy es malo, pues hay formas de divertirse en donde el arte y la cultura están implícitas, como lo es el caso de las obras de teatro, a las cuáles tienen acceso muchas personas porque se están haciendo mucho más públicas esto pasa a nivel local y nacional, el otro caso es el de la música en donde hoy cualquier persona puede escuchar un concierto de una orquesta sinfónica en un parque y tener el privilegio de escuchar las obras de muchos maestros Beethoven, Mozart etc.

En cuanto al poder, este lo tienen entre otros los políticos pero no podemos dejar a un lado el poder que tienen las leyes, al respecto Vargas Llosa manifiesta: “…El desapego presupone que las leyes son obra de un poder que no tiene otra razón de ser que servirse a sí mismo, es decir, a quienes lo encarnan y administran, y que, por lo tanto, las leyes, reglamentos y disposiciones que emanan de él están lastrados de egoísmo e intereses particulares y de grupo, lo que exonera moralmente al ciudadano común y corriente de su cumplimiento…” Esta crítica es acertada teniendo en cuenta que las leyes son hechas para que las cumplan un grupo de personas que precisamente no son quienes las hacen, es decir si un ciudadano del común comete un delito a este se le juzga y se le condena de una manera distinta y lo más triste es que paga su condena en una cárcel con una cantidad de criminales más malos que él y de ninguna manera el individuo se reforma; pero no ocurre igual si el que comete el delito es un llamado padre de la patria, pues este fue quien hizo las leyes, su condena la paga (si es que lo condenan) en el confort de su casa y en compañía de su familia. No es justo que el que se robó un dulce vaya a una cárcel y que quien hace contrataciones fraudulentas no o en muchos casos salgan del país sin pagar un solo día de cárcel, lo más triste es que tampoco exista una condena social fuerte.

Como conclusión, en lo expuesto por Vargas Llosa se observa su inconformismo frente a lo que es hoy la cultura, a la cual denomina como una cultura de solo espectáculo y que está escasa de valores de toda índole. Encuentro en lo largo del escrito una fuerte crítica a lo que es la cultura actual, Vargas Llosa busca es escribir con una intención de despertar en el lector preocupación sobre el deterioro de la sociedad y a su vez lo invita a realizar una reflexión profunda para que de esta manera reaccione frente a lo que está pasando en el mundo de hoy, se nota cierta melancolía sobre lo que se conocía según el autor como cultura y como esta hacia una sociedad más rica.