El Liderazgo Distribuido permite mejorar los Aprendizaje de los Estudiantes

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Unas de las acciones prioritarias del Director en este cambio que está realizando a su forma de dirección, que ha pasado de una dirección personal como único líder a un liderazgo distribuido, entre todo el equipo de trabajo, es integrar muy bien en el Equipo de Trabajo a todos los docentes, creando un clima adecuado, para que ninguno se sienta excluido, aprovechando las distintas capacidades de ellos, para que su aporte sea bien provechoso.

Por lo tanto es necesario atender en forma preferencial a los docentes, de quienes depende principalmente el aprendizaje de los alumnos, en el caso de una escuela básica, yo pondría los mejores profesores en el primer ciclo básico, en donde el profesor jefe pasa prácticamente todo el día con los alumnos, y debe lograr los aprendizajes elementales, en las asignaturas de lenguaje y matemática, como son la lectura comprensiva y la escritura legible sin faltas de ortografía, es el profesor del primer ciclo, quien debe lograr que sus alumnos aprendan estas habilidades, para ello es menester que el docente crea que sus alumnos son capaces de leer comprensivamente, para ello, por ejemplo después que los niños hayan leído, les pide que escriban lo que leyeron, de ese modo los niños deben pensar, razonar, para escribir lo que recuerdan, al mismo tiempo, ellos aprenden a redactar y practican la escritura y van mejorando la letra poco a poco, para ello el profesor debe corregir uno a uno, tal como hacían los profesores unas tres o más décadas y lograba que los alumnos comprendieran lo que escribían, tenían buena letra y buena ortografía. Actualmente los niños deben aprender esto con más lectura, pero la mayoría de ellos, solo leen un resumen que sacan de Internet, por lo que no mejoran la ortografía ni la redacción como se imaginaron aquellas personas que hicieron los programas actuales. Ya no es necesario saber gramática todo ello se aprendería de tanto leer, sin embargo, como nuestros alumnos no leen, el resultado es nefasto, los estudiantes actuales, no comprenden lo que leen, tienen mala ortografía, tienen mala caligrafía porque no escriben, sus trabajos los hacen con el computador: copian y pegan.

Para mejorar todo el caos en el lenguaje nativo de los chilenos, debería por lo menos en los primeros años, además de leer, los niños practiquen mucho la escritura y aprendan gramática en forma práctica, por ejemplo, redactando una carta para emplear la puntuación. Si aprenden la conjugación de algunos verbos, que redacten utilizando los diferentes tiempos de un verbo, etc.

En la asignatura de matemática es necesario que el profesor desarrolle en sus estudiantes habilidad matemática, para que todos puedan desarrollar las operaciones elementales con número naturales, además del cero.

Como profesor de Matemática, quiero detenerme un poco en este punto. A la Enseñanza Media llegan los alumnos, sin dominar las cuatro operaciones básicas como son: la suma, la resta, la multiplicación y la división.

Suman con los dedos, porque su profesor de primer año no permitió el cálculo mental, siempre usó una muletilla para que sus alumnos sumaran, ejemplo: porotos, y no eliminó de ellos los porotos al poco tiempo, cuando lo hizo, los niños lo reemplazaron por sus dedos. En la resta los alumnos que llegan a E. M. lo hacen bien cuando cada cifra del numerador es mayor que la que está debajo, de lo contrario, si la resta en con reserva una buena parte de los jóvenes no logra un buen resultado y si lo logra lo hace con mucha lentitud. Pero donde está realmente el problema, es en la multiplicación y mayor aún en la división, seguramente el lector, adivinará donde está la causa, si, no saben las tablas de multiplicar.

De acuerdo a mi experiencia personal y profesional, el aprender las tablas es una habilidad, que se aprende en primer año de Enseñanza Básica o hasta en segundo. Los niños de esos cursos son como esponjas, todo lo absorben con facilidad, es decir, lo aprenden porque tienen hambre de saber, y los profesores deben en esta tarea hacerse ayudar por la familia del niño y emplear el ingenio, para que los niños logren aprender las tablas. El niño que aprende las tablas en primero tiene al menos un 90% de probabilidad que no las olvide, pero este aprendizaje tiene que ser significativo, para el niño, debe poder realizar multiplicaciones sin reserva, como entretención, ejemplo: 2 x 3; 231 x 2; 21 x 4, etc. Para que el niño se dé cuenta para que sirven, ejercicios nada complicado en primer año, también es necesario presentarles los ejercicios en forma de problemas, para que el niño aprenda razonando, pues el razonamiento crea el hábito de reflexionar, que es una cualidad, que solo tenemos los seres humanos. Las tablas de multiplicar no traumatizan a un niño chico, al contrario, los hace capaces de aprender, además de la multiplicación y división, una vez llegado a cursos superiores, trabajar con fracciones, decimales, proporciones, potencias, raíces, logaritmos, etc. Les abre todo un mundo de posibilidades de aprender matemática y otras ciencias que utilizan la matemática como ciencia básica.

Para que esto resulte, el profesor tiene que creer que sus niños son capaces de aprender, no limitarlos al no permitir que ellos se hagan de los conocimientos. Por otro lado, para ello es necesario que el profesor dé cada día una “pequeña tarea” para la casa y revisarla todos los días y corregirla a algunos niños si es posible, para ello debe dar ejercicios para que demás niños no se aburran y cometan desorden y debe mostrarse contento cuando los niños logren buen resultado. La tarea debe ser pequeña, sino se trasforma en una carga para los niños y su familia, generalmente es la madre quien sufre de esas tareas kilométricas.

Como la meta primera y el fin último del líder escolar (Director) es que sus alumnos reciban una educación de calidad, para ello debe lograr mejorar los aprendizajes de sus alumnos, por lo que debe distribuir o compartir ese Rol con los docentes de su establecimiento, quienes son los profesionales que tienen las competencias, para abordar la tarea hacer que los alumnos tengan aprendizajes efectivos. Para ello es necesario, que los profesores sientan que el Director confía en ellos y les da la autonomía necesaria para que realicen su trabajo con confianza.

Eso se logra cuando el Director “motiva a sus docentes a lograr un mejor desempeño, que tengan un alto sentido de responsabilidad, sobre todo porque el profesor tiene la responsabilidad de formar personas, y tener un compromiso con los resultados de la Escuela” (2)[2]

Unas de las funciones, que el Director puede distribuir es la supervisión. Los profesores deben sentir que la supervisión es formativa y no