LA EXPERIENCIA DEL APRENDIZAJE COMPARTIDO O COMO SOSTENERSE SOBER EL DESCONOCIMIENTO

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Esta capacidad simbólica, cuya expresión mas clara es el lenguaje, marcará su ingreso a la cultura y la posibilidad de comunicarse con los otros.

El aparato psíquico se constituye de la experiencia de proximidad y separación con el otro, de satisfacción y separación con el Otro, de satisfacción y frustración. Allí se crea ese espacio que el sujeto podrá y deberá recorrer con su deseo, su pensamiento y su palabra.

Aprendemos y enseñamos para ampliar el espacio de pensar, de crear y de vivir. Toda solución fantaseada como definitiva en psicoanálisis se llama síntoma. Toda solución definitiva se orienta al sentido de la muerte.

La creatividad de un sujeto depende de la capacidad simbólica, es decir de sus posibilidades de colmar el espacio dejado por sus objetos primarios, de infinitos modos y a través de diferentes objetos.

LA ENSEÑANZA REPRESIVA Y SUS EFECTOS

Cuando la palabra del que enseña es incuestionable el que aprende queda enfrentado a la doble paradoja:

- Puede adoptar sumisión y se habrá excluido la posibilidad de pensar. Es el aprendizaje por la idealización, por imitación, por imitación masiva con el otro.

- Otro caso es rebelarse contra la autoridad o los contenidos. Esta opción tendrá el alto costo a la renuncia de aprender, que se expresa sintomáticamente como trastorno de aprendizaje. Aparente triunfo del sujeto sobre este objeto que intenta sujetarlo. En realidad, fracaso y empobrecimiento del pensar.

Para que el otro, la autoridad o el conocimiento puedan ser aceptados como diferentes y a la vez deseables, es necesario que se ofrezcan como objetos provisorios, tradicionales, de apertura hacia otros objetos.

LA EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE COMPARTIDO

El aprendizaje compartido será aquel donde el maestro puede poner en juego y su deseo de enseñar y aprender. Donde el deseo de saber del alumno no será reprimido, ni silenciado. El docente tendrá la función de acompañar en la incertidumbre sin aplacarla con certezas ilusorias.

Aquel que enseña debe mediatizar y hacer tolerable para el otro la magnitud de lo desconocido. Su propia relación con el desconocimiento se halla en juego allí su angustia y los caminos para elaborarla. Debe ofrecerse como guía provisorio, objeto

Transicional que permite tolerar el desconocimiento y la supervivencia del deseo de saber.

El docente tiene la tarea de mantener abierto el espacio del pensamiento, sin ceder la fuerte tentación de ofrecer respuestas definitivas, ni a la renovada demanda del alumno de sentir aplacada su angustia y colmada su necesidad de aprender.

Si todo va bien, si el deseo de saber no ha sido colmado por un exceso de respuestas tranquilizadoras, ni ha naufragado en un mar de incertidumbre, ese sujeto que aprende será alguna vez un nuevo explorador, habrá adquirido la posibilidad de descubrir y conquistar un poco mas del territorio sin nombre de lo desconocido.