La importancia de la didactica en el aula

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Si bien en la clasificación de la ciencias de la educación, la didáctica se ubica en el campo de la pedagogía aplicada, se puede ver entonces que es un arte y una ciencia, ya que posee carácter científico en cuanto Sabe, pero no solo se queda ahí, sino que Hace Saber, así el didacta Enseña, instruye, comunica y hace aprender a través de múltiples consideraciones que rodean todos los factores de la enseñanza.

Dentro de la práctica docente diaria, en la experiencia de haber estado presente en aula, observando de cerca la práxis docente, hemos podido observar que, actualmente la realidad rebasa al docente en el desarrollo de sus actividades frente al educando, en dónde los alumnos rodeados de tecnología y ávidos de contacto con otras personas, pierden fácilmente el interés a la instrucción que se les pretende dar.

Que se requiere definitivamente un salto gigantesco a la modernización de la aplicación didáctica dentro del aula, pues, los alumnos en la actualidad viven en una realidad diferente, con cargas emocionales y activas diferentes, así como con necesidades de atención y desarrollo de habilidades abismalmente diferentes a tiempos pasados, desafortunadamente lo teórico no va al paso de la práctica diaria en el mundo que nos rodea.

Nuestro contexto educativo es muy variado, así como nuestro contexto cultura es tan diverso y lleno de una gama de posibilidades que nos permiten como agentes de la educación, proponer y desarrollar estrategias didácticas desde la sencillez de nuestros espacios educativos, y que nos permiten no solo saber enseñar, sino hacer saber, que existen formas variadas para lograr el conocimiento de muy diversas formas y menos monótonas a las formas tradicionales de impartir enseñanza, que definitivamente actualmente quedan atrás comparado con el desarrollo del niño.

Es un gran reto como docentes y con esto concluyo este ensayo, que más que simples definiciones y/o formas de enseñar, debemos hacer una reflexión, sobre la importancia de los métodos, formas, alcances, prácticas, etc, influyen en el aprendizaje, pero también no sólo en el aprendizaje, sino en la formación personal de un ser humano, tal cual es el educando. Aún creemos que a los alumnos hay que tratarlos aun como simples espectadores y que es el docente que posee el conocimiento, pero la realidad social y educativa nos invita a hacer todo lo contrario, a tratar de ser como niños para descubrir el verdadero sentido de educar y de saber enseñar a través de formas creativas y novedosas que reflejen el verdadero sentido de la vida que es el fin último para el cual se enseña y para el cual todos aprendemos, sin importar el rol que desempeñemos en el centro educativo.

Todo esto nos lleva a la reflexión de plantearnos una didáctica centrada en el ser, no sólo en procesos y contenidos, por lo que el nuevo docente, debe caracterizarse por su actitud y flexibilidad y toma de conciencia dentro del proyecto educativo, basados en un proceso de reciprocidad y participación constante y activa, donde se apoye la solidez de la construcción del conocimiento y su aplicación en la vida cotidiana y la labor social de las personas.

El campo social debe retormar su importancia, estudiamos y aprendemos para ser, ser dentro del mundo en el que nos desenvolvemos, por lo que no podemos constreñirnos a conocimientos que no propicien el desarrollo personal dentro de nuestra comunidad, coexistiendo en iniciativas individuales y colectivas, en búsqueda constante y consciente de lo que realmente se necesita aprender y la forma más significativa de hacerlo.

Magda Teresa González Aguilar

Cuarto Cuatrimestre

Ciencias de la Educación con Terminal en Psicología Educativa

Mixto Domingos