Licenciatura en Educación Secundaria con especialidad en Lengua Extranjera Inglés
Enviado por Eric • 18 de Abril de 2018 • 1.934 Palabras (8 Páginas) • 477 Visitas
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Las cuestiones que pude rescatar acerca del grupo con referencia a este alumno, fue que el grupo era homogéneo en sus decisiones y a pesar que no mostraban mucho interés por las clases que no fueran deportes, trabajan bien en las demás asignaturas.
Tomé asiento en el lugar que se situaba diariamente Claudio, y así conocí a sus compañeros con los que supuse debido a la cercanía tenía mayor convivencia.
Me pareció interesante escuchar comentarios que hacían en su ausencia con respecto a que un chico con características como él compartiera clases con ellos, “Claudio es un peligro para nosotros, él no debería estar aquí.” – comentó una joven a uno de sus compañeros, “qué tal que un día en unos de sus ataques nos da una patada o un golpe; y ¿recuerdan la vez que le dio un ataque y rompió la ventana?, le cobraron veinte pesos por el vidrio, si nosotros hubiéramos roto ese vidrio nos lo hubieran cobrado completo…”
En alguna ocasión pregunté a un grupo de alumnos qué era lo mejor de su estancia durante la escuela secundaria, a lo que me respondieron sin dudar: “los amigos”, considero que es fácil coincidir con ellos, pues además de la importante formación académica, la escuela es una sociedad en la que nos desenvolvemos diariamente y, aun así, se le dedica muy poca atención, espacio e interés dentro de la planeación y la práctica curricular.
Debe considerarse que uno de los principios inclusivos es precisamente la valoración de la formación social en la escuela. Tengo la impresión de que la estructura escolar tradicional se ha ido resquebrajando poco a poco porque se ha abusado de la carga académico–memorística, no ha logrado contribuir al desarrollo de habilidades intelectuales verdaderamente útiles y no ha abordado de manera comprometida la formación afectivo-social de los alumnos que les permitiese ser empáticos ante la diversidad.
Conociendo a Claudio
El día 14 de junio finalmente conocí a Claudio, un chico que a simple vista parece bastante similar al resto, camina apresuradamente para llegar a su lugar en el aula y rápidamente sacó de su mochila sus libros y libretas, detrás de él más despacio se acercó una mujer cargando una caja repleta de material didáctico y libros de apoyo que se situó en una silla al lado de Claudio, luego de preguntar quién era ella, descubrí que era la “enfermera asistente” del chico que además es su madre; ella se encarga de vigilar que él realice su trabajo diario con normalidad y que comprenda cada una de las asignaciones de sus maestros.
Luego de los primeros 15 minutos de clase, Claudio se queda dormido y al momento que lo tratan de despertar se molesta y decide salir del aula, no sin antes apagar las luces; el docente en turno no prestó mucha atención ante el incidente y volvió a encender las luces, luego de esperar un rato a que el chico regresara decidió ir a buscarlo; al regresar, dedicó un momento a explicarle personalmente la actividad que había asignado al grupo, para después dejarlo en manos de la asistente.
Solicité entrevistar al joven para conocer sus propias percepciones de la escuela secundaria, sus ambiciones y la convivencia a la que está sujeto, sin embargo, no se me permitió cuestionarlo, pues se encontraba en una situación de estrés ante las tareas para la casa que había asignado el profesor al grupo, pues ese día Claudio “había amanecido de malas” – comentó su madre, por lo que “era mejor no molestarlo”.
Puedo rescatar que el trabajo docente al que estaban sujetos tanto las autoridades escolares y los demás maestros con el grupo de 1ro A era mayormente de supervisión y seguimiento, se velaba porque el grupo no se viera afectado en cuestión de rezago de contenidos por tratar de llevar a la par a todo el grupo sin hacer a un lado la participación de Claudio, haciendo la carga de tareas para el hogar asignadas a él más pesadas en comparación con las del resto.
“La inclusión educativa, participación de todos.”
En el caso de Claudio y la escuela secundaria general Ignacio Ramírez, logré percatarme de un factor imprescindible para eliminar las barreras que limitan su aprendizaje, el cual es la participación de padres de familia, docentes y administrativos; sin lugar a duda el seguimiento fomenta la perseverancia en estudiantes como él a seguir adelante con sus estudios.
El rol de los pares debiera ser de empatía, apoyo e incluso inspiración según muchos de nosotros podemos pensar, me resulta lamentable que no sea así en el cien por ciento de los casos, la parte de la aceptación se ve afectada por la negativa influencia de los medios de comunicación, que no fomentan la propia cultura de la inclusión en cambio nos hemos vuelto individualistas incapaces de aceptar la diversidad de las personas.
El plan de estudios de educación básica 2011 nos obliga a considerar la diversidad como algo positivo buscando la participación de toda la comunidad educativa, pero realmente no se nos explica cuáles son los retos de trabajar la inclusión en el aula, pero es parte del proceso, seguimos aún en los inicios de este proyecto que, aunque parece demasiado ambicioso requerirá de tiempo, dedicación y seguimiento para que progresivamente logremos llevarlo a cabo con naturalidad.
Si desde nuestros hogares fomentamos el valor de la empatía será más fácil que al llegar al aula los mismos estudiantes propicien un ambiente de convivencia inclusivo alejado de prejuicios y egoísmo.
Bibliografía:
http://cippec.org/mapeal/wp-content/uploads/2014/06/Plan-de-estudios-b%C3%A1sico-2011.pdf
http://info4.juridicas.unam.mx/ijure/fed/9/2.htm?s=
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