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Parcial pedagogia

Enviado por   •  10 de Julio de 2018  •  2.203 Palabras (9 Páginas)  •  344 Visitas

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Naturaleza filosófica del pensamiento Vareliano

El pensamiento Vareliano basa sus fundamentos en una corriente de pensamiento de carácter filosófico y cultural, cuyas ideas incorporó durante su viaje, denominado “Positivismo”. Este movimiento se desarrolló en Europa, particularmente en Francia, Inglaterra, Alemania e Italia. El movimiento llegó a Estados Unidos e incluso América Latina, y fue popularizado por August Comte.

En esta corriente, lo “positivo” refiere a lo real, es decir, lo opuesto a lo ficticio o abstracto. Implica el concepto de lo “real” o “cierto”.

Al mismo tiempo, lo “positivo” es considerado como lo “fecundo”, “eficaz”, “útil”. Bajo esta concepción, lo positivo es lo que resulta útil en beneficio de los hombres, sobre todo en temas referentes al dominio de la naturaleza. Aquello positivo también comprende el significado de “orgánico”, entendido como aquellos que se puede relacionar dentro de un conjunto dotado de unidad y sistematicidad.

El positivismo científico afirma que el conocimiento de este carácter debe atenerse a hechos o fenómenos observables, a su descripción y a partir de ello a la formulación de leyes o principios universales que los relacionan. Esto significa que se considera como fuente de conocimiento a las experiencias y sus conexiones, determinando leyes invariables. Este conocimiento tendrá como objetivo conocer para prever los hechos futuros y dominarlos a través de las leyes de sucesión de los fenómenos. La ciencia proporciona la base teórica para la acción del hombre sobre el mundo que lo rodea, constituyéndose como una fuente o instrumento de poder para este. Accediendo a la ciencia, se accede a la realidad y por lo tanto al progreso.

El positivismo Vareliano se puede observar en su obra “La Educación del Pueblo” (1874), donde expone:

“El niño es pequeño y es ignorante: favorecer su desarrollo e ilustrarlo es el trabajo del maestro; para realizarlo tiene dos agentes-el salón de clase y el testo-el primero es el lugar del desarrollo; el segundo el instrumento de la enseñanza” (Varela. 1874:201).

Aquí pone de manifiesto su consideración de la enseñanza como el garante del aprendizaje del alumno. Esto supone que el niño, ignorante, carece de conocimientos científicos, por lo que la escuela como institución debe trabajar para su desarrollo e ilustración. Entiende que la educación es el vehículo del desarrollo y el progreso.

José Pedro Varela y su papel en la dictadura de Lorenzo Latorre

Durante los años 1854 y 1855 el Dr.Jose G. Palomeque (Secretario del Instituto de Instrucción Pública) recorrió las escuelas del interior del país y realizó un detallado informe sobre su estado: asistían apenas 899 alumnos en 30 escuelas; en las que "...se limitan tan sólo a rudimentos de escritura, lectura, doctrina cristiana y las primeras cuatro reglas fundamentales de la aritmética y nociones de gramática castellana"; los maestros no tenían una formación de calidad y carecían de buenos libros; entre otros puntos.

Este informe incluía un conjunto de medidas pensadas en respuesta a la situación descripta, que iban desde sistematizar y uniformizar todo el sistema escolar, hasta crear recursos específicos para la educación, atender la educación femenina, formar maestros, establecer la obligatoriedad escolar.

Basado en el conocimiento de esta información y consiente de la realidad de que vivía la República Varela reflexiona sobre los levantamientos armados sufridos durante los primeros años de la independencia. Considera que el caos de alguna manera se produce al formar la república antes que el republicano. Así reflexionaba en una conferencia:

“Para establecer la República, lo primero es formar los republicanos; para crear el gobierno del pueblo, lo primero es despertar, llamar a vida activa al pueblo mismo; para hacer que la opinión pública sea soberana, lo primero es formar la opinión pública; y todas las grandes necesidades de la democracia, todas las exigencias de la República, solo tienen un medio de realización: educar, educar, siempre educar”. (Varela. 1874:71)

Sus ideas y sus proyectos lo llevan frente a lo que sería el gran dilema de su vocación, cuando el dictador Latorre, en 1876, le ofrece un cargo de Presidente de la Comisión de Instrucción Pública de Montevideo. Para sorpresa de muchos, Varela aceptó. Esta decisión le costó la pérdida de amistades muy valiosas. La paradoja se da en que acepta un cargo de un gobierno dictatorial por un lado, pero es su libro, defiende la democracia: “El gobierno democrático republicano, sin duda el más perfecto de todos los que los hombres han adoptado, hasta ahora, para la dirección de los negocios públicos, garantiendo a todos los miembros de la comunidad la libertad, en todas sus manifestaciones, llamando a todos a tener participación activa en el gobierno, dejando abierto el campo a todas las aspiraciones, con la acción constante del pensamiento y de la actividad pública, despierta la acción y el pensamiento del individuo, en un grado desconocido para los pueblos que viven bajo otra forma de gobierno” (Varela. 1874:67)

Varias son las interpretaciones que se pueden hacer al respecto de la decisión de Varela. Lo cierto es que no renunció a sus principios, y probablemente fue la forma que encontró para llevar adelante sus proyectos.

Tomando posesión del cargo, presenta un proyecto de Ley de Educación Común, en el que establece los que pueden entenderse como los cuatro principios rectores del pensamiento Vareliano: Universalidad, Obligatoriedad, Gratuidad y Laicidad.

La educación popular era imprescindible para crear el gobierno del pueblo. De esta manera, el sufragio universal suponía la conciencia universal, exigiéndose así la educación universal.

Por medio de esta ley, el Estado declara obligatoria y gratuita la enseñanza. La obligatoriedad obedece al hecho de considerar la ignorancia no como un derecho, sino como un abuso, por lo que requiere la actuación del Poder Público. La gratuidad, por su parte refiere a que no se le exige a cada escolar una cuota mensual o anual. Es el pueblo quien recibe la Educación y quien la paga.

Respecto de la mencionada laicidad que plantea la ley, si bien no se alcanzó por completo este principio sino hasta 1917, se determinó que, en la escuela, la enseñanza de la religión católica apostólica romana o del catecismo católico, debe respetar el derecho de los disidentes no obligando a sus hijos a recibir una religión

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