Pedagogia clase 11
Enviado por Ledesma • 10 de Septiembre de 2018 • 2.325 Palabras (10 Páginas) • 335 Visitas
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ILLICH Y FREIRE: ENCUENTROS Y DESENCUENTROS:
La corriente desescolarizante, durante fines de la década del ´50 y el ´60, del siglo XX, ve a la escuela como un agente reproductor de un orden existente injusto. Como señala Puiggrós[4] “De aquellos ataques frontales y radicales, no derivó una nueva concepción de sistema educativo, sino vanguardias antisistema , que estuvieron lejos de impactar en las estructuras permanentes de la educación formal, de manera acorde al magnitud de las denuncias” . Para la autora, en su preocupación por que la educación escolarizada reprodujera la ideología dominante, tanto las corrientes reproductivistas como las del antiescolarismo, produjeron un discurso que desaguazó las categorías pedagógicas, produciendo un vaciamiento que impactó otras ciencias sociales, como la sociología, la psicología, y la misma pedagogía.
Iván Illich, consideraba necesario eliminar a la institución escolar para poder cambiar la sociedad opresora. Desde su perspectiva, América Latina era una “sociedad feudal” , es decir que era innecesario “mantener instituciones obsoletas”. En este punto existe una distancia entre el planteo de Illich y el pensamiento de Freire, pues éste último nunca planteó la abolición de la institución escuela, sino que se abocó a replantear la relación existente entre los sujetos sociales vinculados en el acto educativo (entendido ampliamente); su postura critica un modelo de dominación que implica a los procesos educativos y a la institución escuela.
Para Illich, la figura del educador es la de activista cultural, quien desplegará su accionar en el campo pedagógico informal. En su libro “Un mundo sin escuelas” sostiene que la vía de la educación es individual y es la autoeducación: Al respecto señala Puiggrós, “ (…) el autor comprendió el valor de los saberes adquiridos por vías informales y los efectos negativos del credencialismo sobre las formas de legitimación de la educación.”[5] Sin embargo, al descreer de la política y prescindir de la figura educador, su obra no impactó ni incidió en las transformaciones de la educación en América Latina, como tampoco en las tendencias posteriores para pensar y planificar el cambio.
En el análisis de la siguiente frase “Si la educación transforma, tiene el poder de transformar sólo porque mantiene aquello que transforma (…)”( Puiggrós ; 2005:21) expresada por P. Freire, encontramos dos posturas: Illich argumenta, que más allá de los cambios, la educación se encargará de mantener lo que transforma, es decir de convertir en instituido lo instituyente, priviliegiará su aspecto conservador. Sin embargo, Freire le otorga otro significado, pues invita a los educadores a convertirse en “partícipes del cambio social”, es decir que el cambio vendrá asumiendo un posicionamiento político por parte de los educadores, dejando atrás la falsa idea de “neutralidad” en educación. En este sentido, será el “pueblo” el encargado de apropiarse de de la cultura dominante, para posteriormente poder liberarse de ella.
UNA PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA:
La obra de Freire no puede entenderse sin partir de su contexto concreto: el proceso de desarrollo social y económico brasileño y la superación de la cultura colonial. Un país que vive ´cultura del silencio´ en transición entre una sociedad jerarquizada y una sociedad democrática por construir, donde el pueblo es el protagonista. Su pensamiento ha trascendido los marcos históricos geográficos de su país y de una sociedad para ofrecer nuevas perspectivas de cambio y transformación. Para Freire sino somos ´seres de adaptación´, sino de transformación, el sistema educativo no puede limitarse tan sólo a la transmisión, entendida como educación bancaria (como depositar el conocimiento en la mente de los educandos ) sino en un proceso de liberación . Es claro en la totalidad de su obra, el lugar que tiene lo político como significante de su propuesta. Para el pedagogo, los problemas de la educación no se remiten exclusivamente a cuestiones pedagógicas, sino también a cuestiones políticas. Por ello su propuesta debe ser leída como praxis política y cultural.
“Pedagogía de la ezperanza” se propone como alternativa de superación a la “Pedagogía del Oprimido”. En sus últimas obras, insistirá en la trampa y las limitaciones de las políticas neoliberales que se presentan en la última década como la única respuesta a los males sociales. Su racionalidad económica bajo la perspectiva de la globalización, impulsa una visión “fatalista” y reduce el quehacer educativo a una mera cuestión técnica. Por ello, Freire insistirá en que la educación necesita tanto de formación técnica y científica como de sueños y utopías.
La Pedagogía del Oprimido (1970) se convierte en los últimos años en Pedagogía de la esperanza (1993) y enuncia una vez más allí, que las personas son sujetos de la historia. Conocer (dimensión epistemológica) y transformar (dimensión política) no constituyen para Freire, dos dualidades de la acción educativa, sino aspectos distintos de la misma unidad mediante la praxis histórica del ser humano.
Sugerencia para ver: http://www.youtube.com/watch?v=GjKWoP6uV2o
DESTACAMOS AQUÍ ALGUNAS IDEAS CENTRALES DE LA OBRA
- Las personas tienen que llegar al fondo de su problema por sí mismos y ver la capacidad de darle cara, no hay unas personas que lo saben todo y otras nada.
- El educador y la educadora son un apoyo para que los educandos encuentren la solución, el educador que da la solución no es progresista.
- El ser humano si niega la realidad en la que vive es humillado, pero es humillado por aceptar la ideología del que lo humilla. El mundo lo niega y se produce la autonegación.
- Utilizar un lenguaje masculino y femenino implica una ideología progresista y por ello también una educación de este tipo lleva al cambio.
- Cada persona tiene “el saber de la experiencia vivida” (educación) y cada persona concibe la educación de forma diferente dependiendo de su contexto (experiencia vivida).
- La educación neutra no es posible, en la enseñanza, se puede y se debe transmitir los propios pensamientos ideológicos, respetando los del educando, ya que, enseñar no es transmitir los conocimientos concretos de un objeto, enseñar es un acto creador y crítico respetando el antagónico.
- La lucha para el cambio no niega la posibilidad de llegar a acuerdos entre las partes antagónicas, debido a que
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