QUIMIOTERAPIA, ¿TRATAMIENTO O NEGOCIO?
Enviado por Sandra75 • 5 de Noviembre de 2018 • 1.885 Palabras (8 Páginas) • 264 Visitas
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¿Pero por qué sigue siendo la quimioterapia la “mejor” opción? La única razón es que las farmacéuticas generan dinero a través de este, e incluso, en algunos casos, los mismos médicos. Tal como lo plantea Glidden (2014) en su entrevista, los médicos en Estados Unidos compran los medicamentos en 5.000 dólares, se lo venden al paciente en 12.000 dólares, el seguro cubre 9.000 dólares y los 3.000 dólares restantes es ganancia para el médico tratante.
Dado que las farmacéuticas lucran con la salud de las personas, muchos no pueden acceder a medicamentos que son mucho menos invasivos que la quimioterapia. Esta industria “señala que un nuevo medicamento para el cáncer les cuesta alrededor de mil millones de dólares, cifra cuestionada por varios expertos cuyos cálculos más conservadores la colocan entre los cuarenta millones y sesenta millones” (Muñoz, 2013, .p 58), lo que genera que el costo para el paciente sea excesivo, impidiendo que la persona pueda acceder a este. Lo mínimo que podríamos esperar, cuando se trata de la salud de las personas, es que los medicamentos sean vendidos a un precio justo, que permita a las compañías farmacéuticas “mantener una economía saludable sin incurrir en abusos que le reporte ganancias inmorales” (Muñoz, 2013, p. 58), pero lamentablemente esto no es así. Incluso, Muñoz (2013) nos cuenta que estas empresas se coluden para mantener los precios elevados creando un “monopolio colectivo”, perjudicando a los enfermos y el servicio de salud, y nosotros no podemos hacer nada, ya que estas industrias cuentan con el apoyo de la FDA (Administración de Drogas y Alimentos), la cual aprueba o prohíbe un medicamento.
La FDA también saca provecho de las ganancias que se generar a partir de los tratamientos con quimioterapia, ya que según la ley, las farmacéuticas deben pagar una “cuota de usuario” ´por cada medicamento aprobado. “En 2010, los ingresos por cuotas pagadas por las industrias farmacéuticas a la FDA se han elevado a más 500 millones de dólares anuales” (Burzynski, 2013), puesto que las farmacéuticas le pagan más de 1,4 millones de dólares por aplicación.
Es tanta la ambición por el dinero, que “el tiempo medio de revisión de los medicamentos prioritarios (los usados en enfermedades mortales como el cáncer) paso de ser de 21 meses en 1993 a 6 meses en 2004” (Burzynski, 2013). Ya ni siquiera se toman el tiempo necesario para comprobar seriamente si un medicamento es o no apto para ser administrado a un paciente, sino que los aprueban rápidamente para obtener las ganancias que les genera dicho medicamento.
¿Pero qué pasa psicológicamente con los pacientes? Desde antes que la persona confirme la enfermedad, ya está sufriendo psicológicamente. La incertidumbre de saber si lo que les está causando tanta molestia y dolor, es o no cáncer, les produce una ansiedad terrible. “Tanto el Paredes, 2010)
Cuando el paciente confirma su situación, sufre un fuerte impacto emocional que puede provocar miedo, ansiedad, depresión, incredulidad, falta de energía y sentimientos de soledad (Paredes, 2010; Terol, et al, 2000). Una vez el paciente comienza su tratamiento, sufre un fuerte estrés emocional producto de los efectos secundarios, como lo son los vómitos, nauseas, insomnio, entre otros. Si el paciente no tiene bien claro estos efectos, se puede generar una ansiedad, ya que el individuo espera sentir una sensación de mejora, no sentirse aún peor; o bien, al saber lo mal que se sentirá post terapia, sufra una depresión aún más grande por no tener otra opción. Paredes (2010) también se refiere a los efectos en sus vidas diarias, en cómo se relacionan con sus familias, ya que la irritabilidad puede ocasionar conflictos entre sus seres cercanos, o también su relación como pareja, ya que uno de los efectos colaterales de la quimioterapia es la disfunción eréctil. Es por esto que es fundamental informar al paciente no solo de la toxicidad de los fármacos, sino que también, y quizás más importante, es prepararlos psicológicamente, para ayudarlos a enfrentar este proceso con optimismo (Vega, et al, 2004).
Conclusión
Con todo lo ya expuesto a lo largo de este ensayo, podemos concluir que la quimioterapia como tratamiento para el cáncer, no es ni la mejor, ni la única opción. Solo se sigue utilizando porque existe una industria que gana una enorme suma de dinero por cada dosis administrada a un paciente oncológico.
Esta industria se hace millonaria a costa de la salud de 8 millones de personas al año, las cuales mueren por creer que están recibiendo el tratamiento adecuado o porque las farmacéuticas se han encargado de ensuciar la imagen de otros tratamientos más efectivos o bien porque hacen inaccesibles a los usuarios dichos medicamentos.
La quimioterapia no solo afecta a la persona físicamente, eliminando sus células buenas y atacando su sistema inmune, sino que además provoca grandes alteraciones a la parte emocional y psicológica del individuo y su entorno.
Es por esto que es fundamental informarse y tomar conciencia de cómo nos engañan para hacerse cada vez más ricos, haciéndonos creer que lo que nos dice el médico y los medios de comunicación, es lo mejor para nosotros. Debemos abrir los ojos para así poder decidir por sí mismos cual es la mejor forma de enfrentar una enfermedad como el cáncer.
Bibliografía
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