Reflexiones sobre Género y Ciencia – Evelyn Fox Keller

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Dejando a un lado en cómo se ha formado el concepto de naturaleza y ciencia en relación a la mujer y al hombre, la autora en su libro va más allá y realiza un análisis psicodinámico del género en la ciencia, con el objetivo de entender qué es lo masculino y qué es lo femenino y qué les caracteriza. Para comenzar, desde tiempos inmemorables se ha relacionado a lo masculino con lo objetivo, dominante y poderoso, mientras que a lo femenino se le atruía la subjetividad, lo débil y los sentimientos. Partiendo de esto, la identificación del pensamiento científico y masculinidad está muy arraigada en la cultura general, y por lo tanto, la mayoría de los esfuerzos intelectuales y creativos válidos culturalmente han sido dominio históricamente del hombre, invadiendo también los hogares y la educación de los niños. Los roles que se toman en las familias también influye en la desigualdad de género, de manea que la madre evade al niño del mundo exterior, con el objetivo de protegerlo y cuidarlo, mientras que el padre es quien tiene el poder y, por lo tanto, conocimiento, y el que puede enseñarle cómo es la realidad.

Ya desde bien pequeños se enseña que el conocimiento da el poder y que eso le permite al ser humano descubrir las conexiones que se producen en el mundo. Los científicos tienen la necesidad por dominar a la naturaleza de la misma forma en la que se domina a otros seres humanos. Pero esta necesidad ha llevado al hombre a producir fallos en la psique humana y en la teoría en sí. Este hecho está relacionado de manera indirecta con el género, en cómo se ha estado planteando la ciencia y si el dominio de la naturaleza es el único camino de poder entender el mundo que nos rodea. Esto nos lleva a la siguiente cuestión: ¿y si la ciencia está mal planteada? Desde el punto de vista masculino, la ciencia tiene que ser capaz de tener el poder para dominar aquello que lo rodea y conseguir de esa manera las respuestas a sus incógnitas. Sin embargo, nunca se ha llegado a plantear la ciencia desde una visión femenina, dejando a un lado el poder y el querer dominar algo que posiblemente no pueda serlo. Pero tal vez esa no es la solución. Como hemos dicho antes, tanto científicos como científicas tienen como objetivo comprender la naturaleza por medio de la ciencia. Por esa razón, los métodos que se utilicen para llevar a cabo ese cometido, serán iguales en mujeres y en hombres, y ninguno será mejor que otro. De esta manera llegamos a la siguiente conclusión: la naturaleza no entiende de género y, por lo tanto, la ciencia tampoco. No se trata de dominar, se trata de aprender y conocer a la naturaleza a través de la ciencia, y tanto mujeres y hombres, científicos y científicas, se necesitan mutuamente, de igual a igual, para poder conseguirlo.