Relacion Maestro-Alumno.¿qué tanto puede éste hacer para que el alumno aprenda?

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“esta situación induce a muchos alumnos y alumnas a estudiar de formas que no facilitan la elaboración y asimilación suficiente de conocimientos”. El trabajo del docente en este tipo de situación debe estar dirigido a restar importancia a los productos como tal e identificar en éstos características que le permitan conocer el nivel de aprendizaje que adquieren los alumnos a lo largo del curso. Quizá no sea la tarea más sencilla evaluar procesos en lugar de calificar productos, sin embargo, y si se explica adecuadamente al ao. que no es suficiente memorizar para aprobar quizá éste modifique con el paso del tiempo sus costumbres escolares enfocándose más en el aprendizaje obtenido.

El autoestima del adolescente es muy importante para él y la imagen que proyecta para su grupo de coetáneos es un aspecto que el maestro puede utilizar para motivar a los aos. “a ningún alumno le gusta sentir que no vale, que no es capaz, y mucho menos le gusta que su falta de valía quede de manifiesto ante sus compañeros o compañeras” en el fondo estas actitudes demuestran que el adolescente conoce sus capacidades y sabe lo que es capaz de hacer, pero también es consciente de que no lo hace porque prefiere ahorrarse las molestias que esto implica, pero existe un punto que la mayoría no quiere rebasar y es aquel en que su autoestima se ve dañada. A algunos aos. no les molesta ser catalogados como el flojo o el chistoso del salón, pero el punto que la mayoría no quiere rebasar es donde pasa a ser el “tonto” del grupo.

“toda persona, y los alumnos de secundaria no son una excepción, necesita sentirse aceptada incondicionalmente por las personas con las que interactúa” partiendo de esto hay otro aspecto que determina la relación de aprendizaje que tiene lugar en el aula y es la percepción de aceptación o rechazo que los aos. sienten por parte del docente, si el ao. en cuestión suele distraerse, ser malo en la entrega y elaboración de trabajos es común que haya cierta relación de disgusto entre él y el maestro. Esto también puede ocurrir por cualquier actitud consciente o inconsciente que se tenga hacia el joven, lo que puede entorpecer el trabajo y hacer sentir al adolescente que al maestro le cae mal o que no puede expresarse con libertad.

Hay muchas formas de utilizar la autoestima de los alumnos, evidentemente procurando aumentar la confianza en sus opiniones. Comúnmente los aos. se avergüenzan al hablar frente a sus compañeros por temor a equivocarse y recibir burlas, sin embargo, si el maestro crea un contexto de confianza y sobre todo de respeto con el tiempo los alumnos podrán expresarse no solo para aportar información sino para preguntar y aclarar dudas. Este es desde mi punto de vista un gran obstáculo para los docentes ya que si no logramos que el ao. exprese realmente su forma de entender y sus dudas entonces no se puede asegurar que la función del docente cumpla su cometido, aunque para ello existan los exámenes éstos te permiten ver qué fue lo que no se entendió una vez que paso el tiempo y cuando es más difícil corregir concepciones erróneas de lo que sería si se hiciera en el momento.

Todo lo mencionado anteriormente se ha abordado de manera general y aislada a los contenidos propios de una asignatura. Entonces si hablamos de historia encontraríamos que son pocos los aos. que perciben la importancia de la materia, que se reduce a acontecimientos pasados y que por tanto no influyen en su vida. La herramienta principal de la historia para despertar interés en los alumnos de secundaria es establecer la relación de los procesos actuales con el pasado, cuando los adolescentes pueden ver estas relaciones, darse cuenta de que lo que pasa en el país y en el mundo es consecuencia de algo que ocurrió antes, y sobre todo que sus acciones repercuten directamente en el futuro, es algo que comúnmente los aos. no notan al estudiar historia. Por lo tanto crear esa conciencia histórica y social permita a los alumnos darse cuenta de que la historia como tal no está lejos de su presente ni del de sus familias.

Por otra parte propiciar la participación en las clases de historia permite que ellos vayan dándose cuenta de las relaciones y de que las acciones que ahora estudian en su mayoría fueron realizadas por personas con motivaciones e iniciativas diversas, mediante las participaciones se hace que el alumno reflexione sobre eso o sobre cómo habría actuado él estando en una situación como esa.

Conclusión:

Mantener el esfuerzo e interés de los alumnos a lo largo del curso depende de una gran variedad de situaciones, las que se han mencionado anteriormente son solo algunas de ellas. “muchos comienzan prestando atención a la explicación o a la actividad, pero a medida que encuentran dificultades, comienzan progresivamente a distraerse y a dejar de trabajar” (Alonso, Tapia (1999) el gran obstáculo de todo docente es mantener la atención del alumno en las actividades y el contenido que se aborda, pero esto no es una tarea fácil, en especial porque como se mencionaba antes el interés tiene que venir de los estudiantes, sin embargo eso no significa que el docente no pueda intervenir. Encontrar el punto medio exacto entre las actividades muy difíciles y las muy sencillas es una medida que puede hacer la diferencia pero sobre todo procurar que nuestras acciones no solo pongan de manifiesto la importancia de la apropiación de los contenidos, sino que también enseñen a pensar. (Alonso, Tapia (1999) si esto fuera una tarea sencilla no existirían más las clases llenas de contenido poco significativo y la memorización como forma habitual de estudio, si los estudiantes aprendieran a pensar en el proceso y no en el resultado inmediato entonces la calidad y significación de los contenidos aumentaría en gran medida.