Taller patologia de la enfermedad

– Etiología – Fisiopatogenia – Signos clínicos – Diagnósticos diferenciales – Conducta clínica terapéutica o tratamiento – Pronostico – Diagnostico definitivo.

12. folículo anovulatorio persistente

Los folículos anovulatorios persistentes, hacen referencia a aquellos folículos que desarrollan un gran tamaño, pero que no logran ovular. También se denominan folículos anovulatorios hemorrágicos, siendo una causa importante de ineficiencia reproductiva en la yegua. Los folículos anovulatorios pueden persistir por varios meses, resultando en intervalos interovulatorios prolongados, y en mayores días abiertos.

Etiología: La incidencia de PAF, aumenta significativamente con la edad, presentándose principalmente en yeguas entre los 16-20 años. También con la época del año, siendo más común en primavera y otoño, donde la yegua pasa por ciclos transicionales. También, puede ocurrir en la época de apareamiento. En su mayoría, los folículos anovulatorios son luteales, con concentraciones altas de progesterona. No existe predisposición de raza. Por lo general, son de gran tamaño (5-15 cm) y persisten por 2 o más meses, resultando en un comportamiento estral anormal. A su vez, se asocia con yeguas que presentan disfunción pituitaria, o con yeguas que se encuentran en altos niveles de competición. Su incidencia, oscila entre un 5-25%.

Signos clínicos: Se asocian a intervalos prolongados interestro, a fallas en la ferilización y en la concepción, debido a la ausencia de ovulación.

Fisiopatogenia: La fisiopatogenia se encuentra relacionada con una insuficiente estimulación gonadotropiónica para inducir la ovulación, insuficiente producción de estrógeno por parte del folículo, o hemorragia dentro del lumen del folículo preovulatorio, donde el antro del folículo se llena de sangre y no se logra reorganizar aporpiadamente.

Diagnóstico: Por ultrasonografía; donde la sangre se podría evidenciar como puntos ecogénicos libres dentro del fluido folicular. También por bandas ecogénicas de fibrina, a través del lumen folicular, y por adelgazamiento de la pared folicular, e hiperecogenicidad, ya que ésta se luteiniza. A su vez, los folículos anovulatorios pueden crecer en tamaños desproporcionados y persisitir por varios ciclos, lo que puede observarse con US.

Además, por concentraciones plasmáticas de progesterona; los niveles se encontraban por debajo de 1ng/ml en los folículos anovulatorios persistentes, debido a la baja presencia de tejido luteal. También, estudios realizados por Ginther et al, revelaron que los niveles de estradiol aumentan 3 días antes de la ovulación en los ciclos anovulatorios, al comparar con los ciclos ovulatorios. Más aun, el mismo autor reportó menores niveles de vascularización antes de la ovulación, en los folículos anovulatorios, al comparar con los ovulatorios. Además, se reportaron menores niveles de testosterona, progestágenos e IGF-1 en folículos anovulatorios, lo que puede deberse a una insuficiente estimulación gonadotropiónica.

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