LOS CONTEXTOS Y SUS APRENDIZAJES
Enviado por davidcastillo • 30 de Enero de 2023 • Ensayo • 2.427 Palabras (10 Páginas) • 261 Visitas
COLEGIO PABLO LATAPI SARRE[pic 1]
Diseño instruccional - sesión presencial
Noviembre 2022.
ASIGNATURA O UNIDAD DE APRENDIZAJE
“CONTEXTOS DE LOS PROCESOS DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE.
PRODUCTO:
“LOS CONTEXTOS Y SUS APRENDIZAJES”
PRIMER CUATRIMESTRE.
ASESOR: MAESTRO TIRSO ALFONSO RODRIGUEZ OTAMENDI.
ALUMNO: DAVID CASTILLO ANGELES
TIANGUISTENGO HIDALGO, 12 DE NOVIEMBRE DE 2022.
LOS CONTEXTOS Y SU APRENDIZAJE.
Los contextos en que se da el aprendizaje son variados y han sido objeto de varias clasificaciones, el artículo revisa algunas de ellas y propone nuevas líneas para repensar los contextos en una sociedad cambiante. Sí, el aprendizaje sólo ha sido bien definido en los contextos más institucionalizados (escolares y no formales), y poco en lo que ocurre en la vida cotidiana.
La cuestión del aprendizaje y de la educación, se ha relacionado en muchas ocasiones con los contextos en los que ocurre. Estos suelen pensarse como un conjunto de rasgos, físicos en ocasiones, culturales y sociales, pero también interactivos e institucionales. En el terreno educativo, se distingue una especie de «supracontextos», por llamarlos así, la educación formal, la que se da en un contexto escolar, y de la informal, que se da en la vida cotidiana, las experiencias y las casualidades. la idea de «informal» su referente por oposición a lo escolar-formal es suficiente para darnos una aproximación a todo lo que no es escolar, ni intencional (Trilla, 1986).
Scribner y Cole (1973), enfatizan la gran diferencia que supone el acceso al alfabetismo, o a las prácticas letradas basadas en la escritura, como el eje para pensar esas diferencias en el resultado de haber pasado o no por la escuela, en razón de casos en los que la distinción es acceder o no al sistema educativo formal.
Este interés renovado no es sólo por estas grandes clasificaciones pedagógicas, sino que siempre está latente una determinada concepción sobre el aprendizaje, así como sobre la noción misma de contexto o incluso de los diferentes sitios de aprendizaje (Bliss et al., 1999) o espacios de aprendizaje (Illeris, 2006), que enfatizan la relación entre un contexto y una situación. El hecho, la idea misma de hablar de «educación informal», a pesar de cuestiones terminológicas y de las dificultades asociadas, ha supuesto una ampliación del campo de lo que se considera como educación y, por tanto, de aprendizaje.
La mayoría de estos enfoques, autores, revisiones, han insistido sobre todo en describir cómo se produce el aprendizaje en este tipo de contextos, acudiendo a un principio rector que se considera explicativo (actividad, comunidad).
SIMPLE Y COMPLEJO: DEL JUEGO ANIMAL AL ‘HABITUS’
Muchos los autores que han intentado elucidar cómo abordar los contextos y su estudio, unos de manera objetiva, otros de forma subjetiva, haciendo caer toda la fuerza del contexto sobre la percepción subjetiva que tiene el actor o los actores que intervienen en él y, desde luego, otros mezclando ambas posiciones, uno de los más influyentes fue Bateson (1955), quien se planteó el problema general de distinguir las conductas “reales” de aquellas que son un juego. Se preguntó cómo podían distinguir aquellas conductas que eran un ataque o una amenaza real de otras. La solución que dio es que se trata de un problema de contexto o de marco. En ese marco se produce un mensaje (o el mensaje crea el marco) que clasifica el resto de acciones y mensajes como parte de un juego, el mensaje «esto es un juego». Bateson generalizará sus ideas sobre los contextos y la relación jerárquica entre ellos, así como con la noción de «marcador de contexto».
Un paso más, es el que da Erwing Hoffman con su Frame Analysis (1974). El interés de esa obra es ampliar y mejorar las observaciones iniciales sobre el mensaje «esto es juego» a una categoría más general, no sólo al juego entre animales, sino a las múltiples situaciones entre humanos. Otro autor que ha sido también catalogado como interaccionista es Pierre Bourdieu, quizá se podría considerar en una primera aproximación «interaccionista» su noción de habitus, por ser, entre otras cosas, una manera de reconocimiento de los marcadores de contexto, Bourdieu señala que lo personal, lo que aparece como casi distintivo, es casi siempre social y que personas distintas, pero que pertenecen a estratos similares de capital económico y cultural, actuarán de maneras más parecidas, dentro de un cierto habitus común o cercano. El habitus es, pues, una conexión directa entre lo personal y lo social.
El concepto de habitus proviene de la influencia que el ensayo de Panofsky (1967) tuvo sobre Bourdieu como él mismo ha reconocido (Bourdieu, 1967, 1985), La idea de habitus es, cómo articular la posición de clase (o de los distintos «capitales», económico, cultural y social, con especial incidencia en el capital cultural) que lleva cada sujeto en la vida cotidiana. El habitus es la forma incorporada de una posición de clase dentro de un campo y de un proceso educativo, se trata de una predisposición casi colectiva, o de la forma en que cada sujeto se posiciona dentro de una clase cultural de pertenencia, o quizá de más de una, de lo que denomina un campo, de una conexión entre lo personal y lo social.
Es cierto que el habitus está más cercano a la acción espontánea, a la práctica, sin dejar de entrar también en los cálculos racionales (toma de decisión, valoración de oportunidades) que la sustentan, pero con un claro enfoque para dar cuenta de esas predisposiciones, de esa manera de saber cómo actuar ante una situación conocida o nueva. De hecho, ése es el problema que se plantea en los trabajos más teóricos de Bourdieu (1980), cómo comprender la acción humana, la práctica, sobre todo la que se da de manera espontánea e inmediata, la que acontece en la vida cotidiana, escapando a los grandes sistemas explicativos.
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