EL MAESTRO IGNORANTE Cinco lecciones sobre la emancipación intelectual
Enviado por Mikki • 7 de Septiembre de 2018 • 3.034 Palabras (13 Páginas) • 655 Visitas
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David Asubel, en su teoría del aprendizaje significativo, nos dice que el aprendizaje es significativo cuando su contenido se relaciona con los conocimientos previos del alumno y este le da significado propio a los conocimientos que adquiere. Entonces vemos que es importante desechar la creencia de la inferioridad de la inteligencia del niño, es más, se debe guiar a la construcción del nuevo conocimiento relacionándolos con los que ya conoce.
Si hablamos de métodos, podemos decir que el mejor método es que el maestro sabe desarrollarlo de manera que mantenga motivado al estudiante por describir nuevos aprendizajes. El método descrito por jacotot tiene una lógica interesante, ya que considera al estudiante capaz de llegar al conocimiento por sí mismo. En la educación actual, este método puede ser aplicado en parte y mejorado mediante una posición reflexiva de los maestros.
Capítulo III: LA RAZÓN DE LOS IGUALES
Una opinión no es una verdad, pero quien no conoce la verdad, la busca. Sin embargo es un error tomar nuestras opiniones por verdades.
Las inteligencias no son iguales, Interpretado desde diferentes puntos de vista “opiniones” (fisiológico, espiritual, materialismo) el debate sobre la igualdad o diferencia de las inteligencias, puede generar una situación cíclica que nunca terminaría, pues está impregnado de subjetivismo, de sentimientos “opiniones desde el conocimiento individual” sobre hechos, que no pueden ser probados equitativamente ante todas esas manifestaciones intelectuales, hecho que en sí mismo explica la desigualdad de las inteligencias.
Las prácticas de enseñanza universal desarrollan la inteligencia a partir de la atención que se le da a una circunstancia, en relación directa con el instinto o la necesidad. Es imposible decir que las inteligencias son iguales, porque cada individuo manifiesta su nivel de aprendizaje a través de su voluntad por aprender. Una vez satisfecha la necesidad, la inteligencia descansa, es cuando la voluntad más fuerte, la del maestro debe intervenir, motivando, impulsando y mostrando nuevos objetivos y posibilidades de aprendizaje.
La voluntad servida por la inteligencia, pues el hombre tiene la voluntad de aprender o no, como indica el análisis cartesiano con el pedazo de cera, “quiero observar y veo, quiero escuchar y oigo, quiero tocar y mi mano de extiende…es mi voluntad, no es mi brazo, es mi potencia mi facultad…Tengo ideas cuando quiero, ordeno a mi inteligencia buscarlas, tantear…”
El acto de la inteligencia es ver y comparar lo que ve y como la inteligencia ve el azar, debe repetir mecánicamente lo que vio para poder comparar, convirtiéndose la repetición en el ejercicio de la inteligencia, lo cual se convierte rutinario, generando la posibilidad de pereza en el estudiante si no se le da significado, según la voluntad obligue a la inteligencia. He aquí la importante función de la voluntad superior del maestro en la enseñanza universal, orientar, provocar, motivar a la inteligencia a buscar nuevos significados y maneras de expresarlos. La principal atención que el hombre puede esperar del hombre es esa facultad de comunicarse el placer y el dolor, la esperanza y el temor.
Según la enseñanza universal, un individuo puede todo lo que quiere, no es el poder de la comprensión, es la potencia de hacerse comprender que pasa por la verificación del otro.
El principio de la veracidad es el centro de la experiencia emancipadora, pues cada estudiante debe ser consciente de su potencia, y no mentir sobre sus experiencias a la hora de dar nuevos significados, pues estaría mintiéndose a sí mismo y retirando su voluntad de aprender.
Yo también soy pintor!...yo también puedo, tengo la voluntad y puedo imitar, repetir, crear una obra de arte como cualquiera, expresado a través del lenguaje que puede ser entendido y hablado por cualquiera que tenga inteligencia. Como docentes, “No se trata de crear pintores, sino de hacer emancipados”, de no limitar las capacidades de los estudiantes, de provocarlos, de mover sus voluntades.
Desde el punto de vista del otro igual, el hombre debe aprender todas las formas de lenguaje de cada cosa que quiere hacer, así el pintor debe aprender el mensaje del poeta, quien crea sus poemas a través del mismo método universal del pintor “aprender, repetir, imitar, traducir, analizar, recomponer”. Es decir la lección emancipadora, implica que cada uno de nosotros no debe limitarse a un solo oficio que haría nuestro aprendizaje mecánico y memorístico, si no debemos experimentar diferentes cosas a través del doble planteamiento y compartir nuestras experiencias con otros iguales para someter nuestras producciones a la comparación y comprobación.
Capítulo IV: LA SOCIEDAD DEL MENOSPRECIO
La educación es un derecho de todo el pueblo y una de las preocupaciones principales de las autoridades nacionales. En los últimos tiempos se vienen observando cambios constantes en las políticas educativas, trayendo esta situación, otros cambios constantes en las corrientes pedagógicas y métodos a utilizarse.
Desde todos los tiempos, existe la certeza que no se puede enseñar lo que se ignora, el maestro debe tener los conocimientos necesarios para transmitir a los demás. Esta idea es la que Jacotot, pone en duda con su experiencia, ya que descubre que la explicación no tiene sentido, que todos pueden aprender de todos, es más, que explicar las ideas a otros, es como decirles que no pueden entender nada por sí solos.
Si consideramos a los estudiantes iguales en inteligencia, será fácil guiarlos y exigirles que se esfuercen para llegar al conocimiento por sus propios méritos y no sólo siguiendo el método del maestro; así se desvirtuará la idea de desigualdad.
En toda sociedad, el que se cree superior en inteligencia, se compara con el inferior y siente que puede dominarlo, es así como se han producido tantas injusticias en el mundo. El superior o más fuerte o más sabio, presiona y aplasta al que se siente inferior.
La inteligencia del hombre es empleada por la voluntad, ésta destruye e impide que otra inteligencia pueda igualarla o superarla: todo accionar del ser humano está regido por la voluntad y la inteligencia. Solo la conciencia y la razón de cada uno de nosotros son invariables y será lo que impida o permita el dominio del otro.
-Retórica, es el arte de razonar que se esfuerza por destruir la razón
En la sociedad no se permite la igualdad, debe ser desigual para mantener su orden
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