CASO PRÁCTICO DE LIDERAZGO.

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Ya todo visto más objetivamente, es cuando debemos poner fin a nuestro conflicto, tratar de unir las partes dispersas. Llegar a ver una luz después de una oscuridad que se nos vuelve eterna. Ya hay un todo más ordenado, se ve todo claro y conectado, y todo se nos vuelve una oportunidad, enfrentando maravillosos desafíos en este trabajo.

COMPROBACIÓN Y EXPERIMENTACIÓN

Es el momento de evaluar si valió la pena dedicar tanta tensión a solucionar lo ocurrido. Se tiende a pensar que lo mejor es no entregarse a la primera ocurrencia tras la situación en suspenso propia del momento de incubación emocionalmente es uno de los momentos más difíciles porque engendra incertidumbre e inseguridad frente a las decisiones necesarias, y en general, conlleva como consecuencia o bien abandonar todo el trabajo, o reemplazarlo o comunicarlo y ningunas de esas opciones son fáciles de asumir.

De acuerdo a lo anterior, y siguiendo las intuiciones objetivas más adecuadas, se sigue realizando el trabajo de forma adecuada y en la forma más óptima posible, tomando en cuenta todos los consejos recibidos, aprovechando cada oportunidad que percibamos, aprovechando al máximo el tiempo, trabajo en equipo y el apoyo de compañeros y gente más experimentada que nos quiera entregar sus conocimientos, consultar cada asunto que nos complique.

De esta manera se optimiza y maximiza positivamente el trabajo, tomando decisiones adecuadas.

Logrando cumplir con todas las tareas solicitadas, a pesar de su primer infortunio laboral.

EN CONCLUSIÓN:

Queremos resaltar la interrelación entre las cuatro fases o etapas, la intervención de los dos modos de pensamiento consciente e inconsciente, el hecho de que ninguna de ellas existe aislada de las demás porque el mecanismo de la creatividad es una máquina compleja con elementos innumerables y siempre en movimiento. Una de las lecciones para el pensamiento estratégico es la importancia de los elementos inconscientes ya que la gran mayoría de los procesos estratégicos actuales sólo incorporan elementos racionales, conscientes y se olvidan de los que pueden indicarnos bien que sea de manera borrosa o incompleta, los potentes mecanismos inconscientes de nuestros cerebros.

“Escuchen la disciplina y háganse sabios, y no muestren ningún descuido.”

(Proverbios 8:33.)

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