Comportamiento y manejo grupal en el seno de una organización mecanicista con un entorno de crisis económica

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En primer lugar se debe establecer la definición y tipo de los grupos en cuestión, en este caso, Stephen Robbins (2004) define grupo como el conjunto de dos o más individuos que se relacionan y son interdependientes y que se reunieron para conseguir objetivos específicos, así mismo los clasifica en dos tipos: los formales y los informales. Para el autor, un grupo formal es aquel que está definido por la estructura de la organización, con asignaciones determinadas de trabajo que fijan las tareas. En los grupos formales, el comportamiento de los individuos está estipulado y dirigido hacia las metas de la organización. Los seis miembros de la tripulación de un avión son un ejemplo de grupo formal. Por otro lado los grupos informales son alianzas que no tienen una estructura formal ni están definidos por la organización. Estos grupos son formaciones naturales del entorno laboral que surgen en respuesta a la necesidad de contacto social. Tres empleados de diferentes departamentos que comen periódicamente juntos son un ejemplo de grupo informal. Nos encontraríamos en este caso ante grupos formales ya que corresponden a la clasificación anteriormente mencionada.

Dentro de la organización estos grupos están conformados en la mayor parte de los casos por un número de personas que varía entre las cinco y las 15 y por lo general cuentan con cierto tipo de jerarquía interna, hay un responsable general del grupo, que a su vez es un elemento del organigrama mecanicista de la institución, puede haber dos o más unidades operativas dentro del grupo con sus respectivos responsables y cuentan con varios empleados con diferentes cargos cuyas funciones están establecidas mediante manuales. Organizacionalmente, estos grupos formales son una micro organización mecanicista donde cada quien tiene establecidas sus funciones y su posición jerárquica, aquí es donde se presenta la primera barrera a superar para el cambio de paradigma propuesto. Dicho cambio debe partir del líder e implica la reestructuración tanto de las funciones individuales como de los horarios laborales para lograr el objetivo común del grupo con la flexibilidad requerida por la situación actual.

Para poder aplicar el modelo propuesto se debe partir de la base de una comunicación muy efectiva entre todos los miembros del grupo, para, en primer lugar, definir las “reglas del juego”, es primordial que todos los individuos tengan muy claro cuales son los objetivos grupales, y que ante todo estos deben cumplirse, estableciendo un compromiso personal de cada uno de ellos en este sentido.

En segundo lugar debe tratarse el tema de la flexibilización del horario laboral, que es en esencia el motivo de propuesta de este modelo de trabajo. Debido a las dificultades para conseguir tanto los productos de la cesta básica como otros insumos y repuestos necesarios para la vida cotidiana de los empleados de la institución se debe llegar a un acuerdo de asignación de horarios de trabajo, en principio por consenso, pero siempre con la aprobación del líder del grupo quien debe ser el que tenga la última palabra ante una diferencia de opiniones a este respecto.

Por último se debe abordar la redistribución de tareas, consecuencia de la flexibilización del horario nos encontraremos que determinadas tareas que según el manual de cargos debería cumplir un determinado funcionario no podrán ser realizadas por este porque no se encontrará en el lugar de trabajo, las mismas deben ser asumidas por algún otro integrante del grupo, partiendo del principio establecido de cumplimiento de objetivos grupales, es fundamental que entre todos los individuos que componen el grupo se llegue a un acuerdo de que asignaciones extras realizará cada uno de ellos en ausencia del o los compañeros responsables originalmente de las mismas.

Una vez establecida la manera de trabajo a nivel grupal y asumiendo que todos los integrantes cumplan con las condiciones acordadas, lo que tendría como consecuencia que los objetivos de la dependencia se cumplirían sin mayores contratiempos, quedará analizar las implicaciones que esta nueva estructura laboral tendría para el líder del grupo, entendiendo que el mismo es un elemento de un organigrama mucho más amplio y basado en un modelo mecanicista.

El líder del grupo deberá notificar a su superior jerárquico inmediato según la cadena de mando de la organización la propuesta de reorganización laboral transitoria, manejando la situación de una forma diplomática ante el mismo, explicándole los motivos de la toma de esta decisión y posiblemente planteándole un periodo de prueba en el que los resultados del trabajo del equipo deben ser iguales o mejores de los obtenidos anteriormente. Deberá tener la aprobación de dicho supervisor para poder llevar a cabo la reestructuración planteada y asumir un alto nivel de compromiso a la hora de liderar al grupo.

CONCLUSIONES

Ante una situación de crisis económica es factible la reestructuración organizacional a nivel grupal dentro de una organización basada en un modelo mecanicista con la finalidad de flexibilizar horarios y tareas. Siempre con el compromiso por parte de todos los miembros del grupo de cumplir con los objetivos planteados y contando con la anuencia del responsable de nivel superior al líder

REFERENCIAS

Stephen P. Robbins. Comportamiento Organizacional. Pearson Educación. México. 2004.