Como fue el Trabajo de la escuela cuzqueña
Enviado por Rimma • 2 de Noviembre de 2018 • 2.773 Palabras (12 Páginas) • 329 Visitas
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Descripción:
La escuela cuzqueña es una célebre escuela de pintura y tradición artística que surge en la ciudad virreinal del Cuzco. Quizás, fue la más importante de la América colonial española, y el afán de los pintores indios y mestizos de expresar su realidad y su visión del mundo, por el otro. La escuela cuzqueña corresponde a fines del siglo XVII y buena parte del XVIII. El gran propulsor de esta fue el obispo del Cusco Manuel de Mollinedo y Angulo quien llegó en 1673. Su obra fue la reconstrucción de las iglesias dañadas por el terremoto de 1650, con tal propósito se hizo la re-decoración total de la catedral. La Escuela Cusqueña es considerada como el primer centro artístico organizado en el Nuevo Mundo, sin embargo, al momento de la conquista ya existía en el imperio una significativa actividad plástica que perduró hasta la colonia, lo demuestran en sus ceramios, huacos, keros; así como también en las culturas pre incas, sus tejidos, murales, etc. Así es como las primeras décadas del virreinato estuvieron vinculadas netamente a la difusión de la fe católica, por lo tanto el arte se convirtió en un extraordinario soporte didáctico para las explicaciones de los catequistas.
Características:
La prestigiosa Escuela de Pintura Cusqueña o Pintura Colonial Cusqueña, se caracteriza por su originalidad y gran valor artístico. Fue el resultado de la confluencia de dos culturas, la clásica europea y el anhelo de los pintores indígenas, criollos y mestizos de expresar su realidad y su punto de vista a través arte sacro. Es la única en el mundo que estofa con láminas de oro, pintando directamente sobre este metal.
Fundadores: Bernardo Bitti fue, además de pintor, sacerdote jesuita. Fue un italiano que desarrolló su trabajo en Lima, Cuzco, Ayacucho, La Paz y Sucre. El aporte español y, en general europeo, a la Escuela cuzqueña de pintura, la cual se produce desde época muy temprana, cuando se inicia la construcción de la catedral. Es la llegada del pintor italiano Bernardo Bitti en 1575, sin embargo, la que marca un primer momento del desarrollo del arte cuzqueño. Este jesuita introduce en el Cusco una de las corrientes en boga en Europa de entonces, el manierismo, sin embargo, no era manierista, sino, era de un estilo “contra maniera” y “anti maniera”. Su obra cumbre fue “Coronación de la Virgen” (1580), se exhibe en la iglesia San Pedro. En 1592 se encuentra con Mateo Pérez de Alesio, de quien recibe la influencia de pintar las “madonas”. Su gran talento artístico lo convierte en el pintor principal y exclusivo de la orden jesuita. Fue un muy reconocido pintor y escultor de Sudamérica durante el siglo XVI. Aunque nunca firmó ninguno de sus cuadros, su estilo se ha vuelto inconfundible. Entre sus principales características podemos destacar el uso predominante de la línea, la mera insinuación de los volúmenes, la figura alargada al estilo manierista, la sofisticación en la postura de sus personajes, quienes están trabajados teniendo como base una línea serpentinata. En las figuras de Bitti no se aprecia el naturalismo, sino por el contrario, la ingravidez de sus telas, sus colores fantasiosos y la ausencia de diferentes texturas de sus paños (influencia del Greco y Rafael según los historiadores José de Mesa y Teresa Gisbert) responden hacia un deseo de idealización de sus figuras como se puede observar en sus Vírgenes y Santos quienes están arropados con telas de colores pasteles.[pic 3]
Mateo Pérez de Alesio fue un pintor y escultor de origen italiano, activo durante casi toda su carrera artística en Perú, donde vivió más de 40 años, entre 1588 y 1628. Llegó a la Ciudad de los Reyes (Lima) desde Roma, abrió un taller en el Cuartel I, Barrio 2º calle Mantas, admitió algunos alumnos y discípulos, como Pedro Pablo Morón, que llegó con él, Francisco García, pintor de imaginería en 1595 y por dos años, el padre agustino Francisco Bejarano en 1599, Domingo Gil de 1600 a 1603, Cosme Ferrero Figueroa y posteriormente su hijo Adrian o; siendo esta una de las primeras academias de arte de Lima. Permaneció en Lima, según contratos desde 1588 hasta 1628, fecha probable de su fallecimiento. Fue el pintor más importante en Lima durante largo tiempo, y tuvo mucha influencia en la escuela pictórica local incluso después de su muerte. Su producción, de dibujo y composición rigurosos, muestra una marcada preferencia por grandes escenas de tono ligeramente grandilocuente, muestra de su admiración por Miguel Ángel y otros pintores del Manierismo. Se especializó, sobre todo, en pintura de temática religiosa. Su pintura más celebre es “La virgen de la Leche”, una de cuyas réplicas fue venerada por Santa Rosa de Lima y aún se conserva en su santuario. Antes de llegar al Perú, en 1572, había pintado un fresco a la entrada de la Capilla Sixtina “La Disputa del Cuerpo de Moisés”.[pic 4]
Angelino Medoro fue un pintor italiano que emigró al Virreinato del Perú vía España. Su actividad tuvo una importante influencia en el arte de este territorio y, en particular, en la escuela cuzqueña. Tras su formación posiblemente romana viajó a Sevilla en 1957 atraído por el ambiente artístico de la ciudad o siguiendo la tendencia de emigrar de numerosos pintores italianos. Se embarcó hacia Perú permaneciendo antes por algunos años en Colombia y Ecuador. La primera obra americana fechada es la Virgen de la Antigua (1587-88) en la capilla Hernández de Roa de la iglesia de Santo Domingo de Bogotá. Su estancia en Colombia se repartió entre Tunja y Santa Fe de Bogotá. Según el historiador de arte peruano Ricardo Estabridis, Medoro llegó al Perú hacia 1600, fecha en la que firmó un contrato con la orden mercedaria para pintar a su virgen patrona. La mayor parte de su obra se encuentra en Lima habiendo recibido encargos de los más importantes conventos de esa ciudad. Durante su estancia en Lima se formaron en su taller el pintor indígena Pedro Loayza y Luis de Riaño. Su obra es dispar en estilo y calidad. En una primera etapa se notan caracteres contramanieristas, alejados del estilo de Bitti, para posteriormente dejarse influenciar por la Escuela sevillana de pintura de fines del XVI, caracterizada por la pervivencia del canon manierista junto con la introducción de fórmulas naturalistas. En su obra se aprecia cierta preocupación por los fondos, abiertos a espacios arquitectónicos, y la preferencia por los colores tierra, a diferencia de los utilizados por Bitti. El estilo de Medoro refleja también una fuerte influencia flamenca, derivada del estudio de grabados que no hacían falta tanto en España como en América, influencia que parece evidente tanto en la composición como en la descripción
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