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Demanda Marítima Boliviana ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya

Enviado por   •  24 de Septiembre de 2018  •  3.061 Palabras (13 Páginas)  •  420 Visitas

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Por otra parte, la gestión boliviana reveló un ablandamiento de la posición portuaria altiplánica, lo que finalmente al tener dos posturas contrapuestas derivó en la firma del esperado Tratado de Paz de 1904, en el cual Bolivia renunció a una salida soberana al Pacífico, Chile se comprometió a construir el tren Arica-La Paz y a cancelar los créditos bolivianos, entre otros temas. Este Tratado restableció las relaciones de paz y amistad entre Chile y Bolivia y puso fin al Pacto de Tregua[23]

Entre la firma del Tratado de Paz de 1904 con Bolivia y el Tratado de Lima de 1929 con Perú, Bolivia efectuó tres intervenciones (1920, 1921 y 1922) ante la Sociedad de las Naciones con el propósito de revisar el Tratado de 1904. Sin embargo, ni este Organismo Internacional ni Chile aceptaron la propuesta boliviana tanto por el respeto al principio de intangibilidad de los Tratados como base de la paz mundial, como al resultado de esta revisión, traducido en la eventual devolución del litoral boliviano[24]. A partir de este momento, se puede afirmar que se inicia formalmente la demanda boliviana por un acceso soberano al océano Pacífico después de haber suscrito el Tratado de 1904[25].

Como el tema del plebiscito por Tacna y Arica aún estaba pendiente, Chile y Perú firmaron un protocolo en Washington, nombrando como árbitro al Presidente de Estados Unidos para resolver la procedencia o improcedencia del plebiscito. Bajo este marco, el Secretario de Estado Frank Kellogg propuso en 1926 un acuerdo para ceder Tacna y Arica a Bolivia, siendo las condiciones propuestas que Bolivia debía compensar adecuadamente dicha cesión, incluyendo el valor de las obras públicas; el Morro de Arica quedaría bajo el dominio y jurisdicción de una comisión internacional como monumento al valor de Chile y Perú; los territorios de Tacna y Arica quedarían perpetuamente desmilitarizados y Arica se convertiría en puerto libre[26].

Cuatro días demoró Chile en aceptar la Propuesta Kellogg como base de negociación para ceder Tacna y Arica a Bolivia; cuarenta y tres días le tomó a Perú decir que no, y una vez más las ilusiones bolivianas se desvanecieron. El alegato peruano se basó en que Tacna y Arica forman parte integrante del corazón nacional, no pudiendo ser transferidos a una tercera potencia, en plena paz, sin que el honor nacional sufra menoscabo, sin que la dignidad del país quede mancillada y sin que las más caras expectativas del Perú queden burladas. No obstante lo anterior, no tenía objeción para que se entregara gratuitamente un "corredor" a Bolivia con el fin de que llegara soberanamente al mar[27].

Después del fracaso de la Propuesta Kellogg, los gobiernos del Perú y Chile, siempre bajo el auspicio de Estados Unidos, firmaron el Tratado de Lima el 3 de junio de 1929 el cual no sólo dejó de lado los intereses de Bolivia, sino que a través de un Protocolo Complementario[28] que inicialmente se mantuvo en secreto; Chile cerró el candado del encierro geográfico boliviano y le entregó las llaves al Perú[29].

El protocolo complementario de 1929 significó para Chile una voluntaria limitación de su soberanía territorial en Arica a favor del Perú; el “previo acuerdo” para poder disponer de lo propio es una pesada limitación que vino a sumarse a otras servidumbres otorgadas al país del norte[30].

En 1950 durante los gobiernos de Urriolagoitía de Bolivia y González Videla de Chile, se materializaron negociaciones en torno a la llamada tesis del “corredor”, en las cuales se presentaron proposiciones concretas que habrían permitido a Bolivia el retorno al Pacífico a través de un corredor soberano de diez kilómetros de ancho, contiguo a la frontera peruana, compensado con proyectos hidroeléctricos y de regadío en beneficio del extremo Norte de Chile utilizando las aguas del lago Titicaca[31]. Dichas negociaciones fracasaron debido a la oposición de sectores de la ciudadanía de La Paz, para quienes el agua peruano-boliviana del "lago sagrado" era intocable y además por que dichas negociaciones fueron filtradas a la prensa antes de tiempo por el Presidente de Estados Unidos Harrry Truman[32].

Un problema adicional en la relación entre ambos países se sumó a las conversaciones que se llevaban a cabo en la década del cincuenta. En efecto, las relaciones formales chileno-bolivianas se hallaban rotas desde 1962, a raíz del diferendo del río Lauca. Este problema se remonta a fines de la década de 1930, con el interés chileno de utilizar parte de las aguas de aquel río para regar el valle ariqueño de Azapa. Tal acción fue considerada perjudicial por parte del gobierno boliviano el cual dio inicio a una serie de reclamos respecto al desvío de las aguas del río sin el consentimiento de Bolivia. Luego de años de negociaciones sin acuerdo alguno, en 1962 Chile comenzó a utilizar las aguas del Lauca y Bolivia rompió relaciones diplomáticas[33].

En febrero de 1975, los Presidentes Augusto Pinochet y Hugo Banzer, suscribieron en la localidad boliviana de Charaña un acuerdo que restableció las relaciones diplomáticas suspendidas en 1962. Lo más significativo de esta reunión fue que las autoridades chilenas manifestaron su disposición a otorgar a Bolivia una costa marítima soberana de 8 kilómetros de extensión, unida al territorio boliviano por una faja territorial igualmente soberana de 3000 kms² de superficie, condicionada a un canje simultáneo de territorios de superficie equivalente a la entregada, como asimismo el aprovechamiento de la totalidad de las aguas del río Lauca, junto con la desmilitarización de la zona cedida. La petición del canje de territorios a Bolivia obstaculizó la negociación, pero otro factor la dañaría aún más: la consulta a Perú en cumplimiento con lo establecido en el Protocolo Complementario del Tratado de Lima de 1929. El Perú contestó con una propuesta que Chile consideró inaceptable: el establecimiento de un área bajo soberanía compartida de los tres Estados. De ahí en adelante, las negociaciones se estancaron. Sin llegar a un entendimiento, el presidente boliviano decidió, en marzo de 1978, romper las relaciones diplomáticas con Chile, las cuales hasta el día de hoy no han sido restablecidas[34].

Cuando en 1986 se restableció el diálogo entre las partes, Bolivia propuso que Chile entregase a contar de la línea de la concordia 20 kilómetros de extensión de costa en lugar de 8 kms, propuesta que fue rechazada por nuestro país. Estas reuniones fueron efectuadas por los cancilleres Jaime del Valle y Guillermo Bedregal, de Chile y Bolivia respectivamente y fueron conocidas como las negociaciones del enfoque fresco.

Con la llegada de la democracia a nuestro país, las

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