Que paso con la educacion en argentina.
Enviado por Albert • 12 de Junio de 2018 • 9.649 Palabras (39 Páginas) • 324 Visitas
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En Argentina se sentía la falta de una legislación que unificara los sistemas escolares creados por gobernadores y criollos y reglamentara las relaciones entre Nación y provincias en materia educativa. Por lo cual, en 1871 se dictó la Ley de Subvenciones Escolares que sistematizó la ayuda económica de la Nación a las provincias. La ley destinaba fondos del tesoro nacional para construir edificios para las escuelas públicas, adquirir mobiliario, libros, útiles y pagar sueldos de profesores. En 1875 Onésimo Leguizamón, Ministro de Instrucción Pública del Gobierno de Nicolás Avellaneda comenzó a hablar de la necesidad de una Ley de Educación Común para la Provincia de Buenos Aires, la cual fue sancionada en 1875 como consecuencia de la reforma de la Constitución Provincial de 1873. Establecía la enseñanza primaria, gratuita y obligatoria, de ocho años para los varones y seis para las mujeres, el gobierno escolar a cargo de un Concejo General de Educación y un Director General de Escuelas, a cargo de Sarmiento. La administración local sería desempeñada por una comisión vecinal elegida por el pueblo. Las rentas escolares quedaban expresamente fijadas, lo mismo que un fondo permanente. En 1880 se convirtió en Capital Federal la ciudad de Buenos Aires. Por la Ley de Capitalización, los establecimientos y edificios públicos situados en el municipio de Buenos Aires quedaron bajo la jurisdicción de la Nación. En 1881 Roca creó el Concejo Nacional de Educación, Sarmiento fue su presidente, quien luego renunció a causa de la tensión existente con los vocales de dicho concejo que respondían a la jerarquía eclesiástica. Se acentuó en enfrentamiento entre la Iglesia Católica y los intelectuales y políticos laicos y se llegaría a la ruptura en el Primer Congreso Pedagógico Sudamericano en 1882.
Uno de los mayores puntos de conflicto era la garantía constitucional de la libertad de cultos, libertad de enseñar y aprender. La Iglesia consideraba que era su derecho ejercer el monopolio religioso y pedagógico. Sostenía que el orden cultural solo sería legítimo si respondía al derecho canónigo acorde al Concilio de Trento y seguía los lineamientos doctrinarios. Solo la Iglesia Católica tenía legitimidad como educadora. Su palabra pedagógica representaba la civilización, la moral, la verdad, y el orden social. Su labor principal era combatir al enemigo: el ateísmo, protestantismo, judaísmo, liberalismo, positivismo, anarquismo, racionalismo, científico-socialismo. El normalismo laicista encarnaba todos estos males. En 1862 el nacionalismo católico fortaleció su posición en los medios de difusión.
Toco a los colegios nacionales y en particular, a las escuelas normales llevar adelante una intensa lucha por la secularización de la enseñanza y de la formación docente. El resultado de este enfrentamiento fue que el sustrato hispánico católico persistió en el Noroeste, el Litoral se vio forzado a una mayor tolerancia cultural como consecuencia de la inmigración. La Patagonia tuvo una fuerte presencia de salesianos. A diferencia de la cultura memorística y libresca que impuso la Iglesia Católica en el Noroeste y de la modernización de la organización social que tuvo alguna vigencia en el Litoral, los salesianos educaban para el trabajo y las actividades prácticas.
La meta de la Iglesia fue que la ley se aplicara solo a la Capital y a los territorios nacionales. Esta posición triunfo y las provincias quedaron abiertas a la participación de la Iglesia en la enseñanza pública.
La escuela sería neutral para dar cabida a todos los habitantes en esa época de inmigración. Pero el Estado Nacional se proponía mantenerla bajo un férreo control. En 1884 el Congreso de la Nación aprobó la Ley 1.420 de Educación Común, laica y obligatoria, cuya jurisdicción abarcaría la Capital Federal y los territorios nacionales. Se estableció un consejo escolar en cada distrito de la campaña y en cada parroquia de la Capital y un Concejo Nacional de Educación. Se restó poder a la sociedad civil para elegir a los vocales y demás autoridades de los consejos. Los consejos escolares de distritos debían ser los nexos formales entre los ciudadanos y el sistema escolar. En 1885, por iniciativa de Nicolás Avellaneda, el Congreso de la Nación sancionó la Ley Universitaria, 1579. Establecía una forma parcial de autonomía universitaria, introducía el principio de la elección de las autoridades por parte de la comunidad universitaria. También establecía algunos de los órganos de gobiernos que aún conformaban la universidad como la Asamblea Universitaria y el Concejo Superior. En 1905 el gobierno presidido por Manuel Quintana sancionó la Ley Láinez que autorizaba a la Nación a instalar escuelas de su jurisdicción en las provincias que así lo solicitaran. Entre 1875 y 1905 quedó organizado legalmente el sistema educativo argentino.
La fundación del debate pedagógico
El analfabetismo era el tema de debate de la época. Los inmigrantes que llegaron entre fines del siglo XIX y principios del XX no eran aquellos noreuropeos cultos que esperaban los dirigentes argentinos, sino campesinos sobrantes del proceso de modernización europea, en su mayoría católicos y analfabetos.
La sociedad argentina no pudo llegar a ningún acuerdo sobre un problema tan crucial como la relación entre la educación y el trabajo. Las propuestas de los conservadores contemplaban la necesidad de diversificar el sistema, ofrecer nuevas opciones y capacitar a la población para una variedad de tareas.
Los debates entre políticos y educadores giraron en torno del papel que se le adjudicaba a la educación en la construcción de la hegemonía. El bloque de poder porteño, libreempresista y agrario exportador estaba interesado en usar la educación para imponer el orden. Los trabajadores rurales, los artesanos de las ciudades, el naciente proletariado industrial y los nuevos sectores medios inmigrantes querían que jugara un papel más progresista, la veían como un vehículo para la movilidad social y aspiraban a la concurrencia de sus hijos a la escuela tanto como la posesión de un pedazo de tierra o un empleo en empresas o administración pública.
La revolución radical de 1890 condeso la protesta de aquellos sectores lleno de preocupación a los intelectuales de la oligarquía. Crecía el anarquismo. Juan B. Justo creó el Partido Socialista. En 1891 quebraron el Banco Nación y el Banco de la Provincia de Buenos Aires. Además quedó seriamente afectada la compañía inglesa BaringBrothers por la falta del pago argentino. El ambiente político y económico intervino en la acentuación de tendencias pedagógicas distintas. El nacionalismo católico
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