EL PERFIL DEL DOCENTE COMO FORMADOR DE VALORES

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para dar paso a la presencia del discurso y finalmente actuar de manera comprometida en el mejoramiento de la vida social.

Educar con valores contribuye a la construcción de una cultura educativa, esta permite a la sociedad concientizar respecto a la importancia de la educación, de la educación como tal y no de la idea de la educación como la adquisición de conocimientos técnicos o científicos.

El asistir a escuelas normales, posgrados o especialidades certifica al docente para impartir la cátedra, pero lo que garantiza el brindar educación integral y de calidad es la convicción de servir, ambas se complementan ese es el perfil del docente que se requiere actualmente. Ser sensible a las demandas de los niños, a sus necesidades y requerimientos, pensando en un buen futuro para ellos. Cambiar la idea que las generaciones venideras serán mejores que las nuestras (cambiar la idea de que el poder económico y la buena posición social lo es todo y que hay cosas mejores para procurar el bienestar.

Justo sierra

José Vasconcelos

Ignacio Manuel Altamirano

Es aquí donde radica precisamente el problema, hoy es común la falta de conciencia de los actos, se actúa sin sentir, las emociones han dejado de ser importantes. Prevalecen el individualismo sobre el compañerismo.

Ante el amor, la fé y la paz, predomina la indiferencia, la soledad, la envidia, la ambición, el abandono y la muerte. Muchos comienzan a perder la esperanza de un mundo mejor; algunos jovenes prefieren refugiarse en quienes sí creen que los comprenden y forman sus grupos o bandas; otros deciden resignarse en medio de la amargura y de la delincuencia generando a su paso diversos tipos de violencia.

Se ha mitificado la idea de que al aumentar la tecnología y el conocimiento se van a solucionar y tener controlados muchos males que a la sociedad aquejan y que lo que se destruye se puede restaurar adecuadamente, lo cual es una utopía puesto que la tierra es un entramado complejo que está lejos de ser administrado; Capra (2007) refiere a la necesidad de crear comunidades sustentables puesto que la sobrevivencia dependerá de la educación y compromiso ecológico que se posea.

Se muestra que es más fácil y cómodo permanecer impávidos ante las injusticias sociales y naturales, que criticar y actuar en pro de la humanidad, se vislumbra “un descuido y un abandono de los sueños de generosidad, ahogados por la hegemonía del neoliberalismo, con el individualismo y la exaltación de la propiedad privada que éste implica” (Boff, 2002: 26). Nuestra sociedad se ha convertido en una especie de espectáculo y simulación.

En estos tiempos de violencia y desconfianza, la libertad, tranquilidad y seguridad en la vida cotidiana, se valoran como agua en el desierto. El diálogo y la cordura se han ido diluyendo. Predomina más la falta de apego al Estado de derecho de los propios ciudadanos, acostumbrados a burlarse de las leyes o corromper a queines deseen aplicarlas, ya que ha prevalecido que los problemas se solucionan por medio del influyentismo.

Como lo dice or sitado en sanchez (2007) expresa que:

“les enseñan a los alumnos lecciones de hipocresía y desesperación. Aprenden sin que nadie jamás se los diga, que ellos solos deben superar la terrible brecha que hay entre ideales y realidad. Se necesitan desesperadamente académicos y administradores que sean modelos de integridad, afectuosos, considerados y amables; instituciones que sean capaces de incorporar plenamente, los ideales a todas sus actividades”