Caso Peñoles México

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Las concentraciones de plomo en los suelos en el Gómez Palacio fueron superiores al límite de detección, con un intervalo de 80 a 210 ppm. Sin embargo, todas estas concentraciones fueron menores al valor meta recomendado por US-EPA para sitios de alto contacto con niños que es de 400 ppm. En contraste, las concentraciones de plomo en suelo obtenidas en las casas de los vecindarios de Torreón 1 y 2, estuvieron por arriba de 400 ppm, con un intervalo de 1640 a 17320 ppm. De nuevo, estos resultados estuvieron de acuerdo con los reportados por Benin, et al. (1999), donde el valor máximo descrito fue de 13231 ppm [7].

2. METODOLOGÍA

En 1995 las instalaciones de Torreón habían sido objeto de un proceso de auditoría ambiental en el marco del programa nacional de auditoría ambiental promovido por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA). De dicho proceso se identificaron algunas irregularidades para las cuales Peñoles se comprometió a poner en marcha ciento trece medidas destinadas, entre otras cosas, a reducir emisiones de metales [8].

En 1998, después de las revelaciones hechas, la Secretaría de Salud estatal confirmó la concentración de plomo en la sangre en los niños.

En febrero de 1999, la PROFEPA ordenó a la empresa adoptar ochenta medidas suplementarias para reducir la presencia de plomo en la zona [8]. Cabe señalar que se desconoce cuáles fueron las ochentas medidas suplementarias y si estas fueron aplicadas.

En mayo de 1999, en el marco de un procedimiento administrativo de sanción llevado por la PROFEPA, esta autoridad ambiental ordenó a Peñoles reducir su producción para disminuir las emisiones de plomo. Esta limitación comprendió dos etapas; en una llamada fase II, la producción fue restringida en un 50%; más tarde en septiembre en la fase I, los niveles de producción fueron llevados al 75% de su capacidad y finalmente en febrero de 2000, se autorizó restituir la producción al 100% [8].

Durante ese tiempo aparecieron algunas muestras de inconformidad por parte de la población afectada quienes desaprobaron la sanción de limitar la producción por ser percibida como indulgente. La autoridad ambiental conminó a la empresa a adoptar medidas para limitar las emanaciones y mitigar la contaminación [8]. Siendo estas medidas la de realizar un plan de muestreo de suelos, calles, banquetes, azoteas, patios de casas y cajetes de árboles para elaborar un mapa con curvas de concentración y asignar prioridad a los puntos que debía remediar [9].

Cambió del suelo superficial, pavimentación con cemento/pavimento, y aspirado casas, azoteas, patios, calles y banquetas; así mismo reforestación de las áreas no pavimentadas. También se llevaron a cabo los estudios para remediar suelos in situ, aplicando sales de fosfatos. Lo anterior permitiría reducir la solubilidad del plomo, y con ello, su biodisponibilidad [9].

También se pavimentaron escuelas primarias, jardines de niños, secundarias y escuelas superiores ubicadas en la periferia de las instalaciones de la fundidora, utilizando concreto hidráulico. Con el objeto de reducir la exposición y mejorar la limpieza de los barrios o colonias más próximas, se realizó un convenio con el municipio para pavimentar las calles (360,000 m2 de pavimento). Además, se aspiraron las banquetas, techos e interiores de las casas [9].

Esta etapa incluyó la adquisición de 448 casas en la colonia Luis Echeverría, el área más inmediata a la empresa, ordenando la reubicación de familias de la tercera sección, dicha colonia fue algún momento fue propiedad de Ferrocarriles Nacionales de México y que, debido a los asentamientos irregulares, fue objeto de expropiación en 1979. En esta área se construyó el parque El Centenario, en el cual hay 9,600 árboles en una extensión de 18 hectáreas, además de un jardín de 5,000 m2 con cactáceas de la región, y un vivero donde se germinan 40 mil árboles por año, mismos que se donan a la comunidad [8].

Otra acción que se decidió implementar fue el análisis sistemático de las tendencias contaminantes, esto es a través de un sistema de monitoreo que incluiría el plomo y su nivel en el aire cercano a la empresa; en lo que respecta a las medidas sanitarias como la continuación de los diagnósticos de plomo en la sangre y los programas de atención médica de la Secretaría de la Salud y Desarrollo Comunitario son cubiertos por la empresa. Cabe señalar que se creó un fideicomiso con una cantidad inicial de 60 millones de pesos (6.4 millones de dólares) para dar seguimiento sanitario a las personas afectadas con altos niveles de plomo y que presentan secuelas posteriores. Lo más importante de estas acciones es la integración de una comisión ambiental por autoridades de Salud, Medio Ambiente y Desarrollo Social para garantizar que se apliquen las medidas, así mismo indicó que se realizaría una evaluación diaria de contingencia y se informaría al público sobre los valores de las emisiones y las medidas adoptadas [3], pero cabe señalar que no se encuentra información al respecto que se haya realizado o esté realizando tal cuestión.

También se dio a conocer que la compañía estaba construyendo grandes espacios cerrados para confinar el manejo y almacenamiento de sus materiales. Sin embargo, para la comprobación del éxito de estas medidas se esperaba poder realizarlas cuando las construcciones fuesen terminadas. Como medida provisional, los materiales se cubrían con grandes lonas para minimizar las fugas. No obstante, los monitores ubicados en los alrededores de la empresa, siguieron registrando valores altos de plomo en el aire [6].

En el 2007 se informó que Met-Mex tenía contemplado un plan para la desaparición de los desechos contenidos en el “Cerro Negro”, ya que la compañía descubrió que la escoria tiene concentraciones de hasta un 12% de zinc, por lo que planeó reutilizarlo y obtener más de un millón de toneladas de este metal. El resto de la montaña está formada por sílices (vidrio) que también serían procesados. El zinc es un metal que se volatiliza fácilmente y al calentarlo se puede convertir en vapor, lo cual permite su posterior condensación. Este proceso se realizaría en las plantas de Peñoles y las pruebas se estaban haciendo en sus propios laboratorios. Los resultados esperados eran lograr tanto evitar generar residuos de sus procesos como ir disminuyendo este depósito de residuos. En esa fecha se indicaba que los trabajos iniciarían en dos o tres años; sin embargo no existe información reciente sobre el estatus de esta iniciativa [3].

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

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