Durante mis practicas docentes.

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Otra de las cosas que más me gustan de esta carrera, y por la cual creo que es la indicada para mí, es el cariño que los niños me regalan. Pues cuando estoy en el aula, ellos obedecen las reglas, aprendieron a respetarse entre sí, y a respetar a quien este frente al grupo. Es, realmente incontable el cariño que les tengo. Cuando me encuentro ahí, en el salón, con ellos. Se siente como si estuviese en otro mundo, todo coordina, todo encaja, tiene sentido.

Después, llego una maestra. Si bien recuerdo, su nombre es Paulina. Una maestra jubilada que solo venía a cubrir un interinato. “Mis niños”, así los llamo, no querían dejar de aprender. Muy rápido la maestra y yo, en conjunto nos pusimos a trabajar. En un dos, por tres… cuando menos lo esperamos, varios de los niños comenzaron a leer. Esa fue una muy buena y bonita noticia al percatarnos de eso. La maestra, aplico diversas estrategias. Algunas llamarón mi atención, y tome notas de ellas. Tal vez pudieran servirme en algún momento. Una de las que más destacaron fue cuando creo una actividad en la pared, hizo una especie de juego. En el cual los niños tenían que llevar una barca que comenzaran con palabras que se les decía en ese momento. Y el resultado fue muy bueno, ya que pude darme cuenta del nivel de cada niño. Pre-silábico, silábico y silábico alfabético. Así nos dimos a la tarea de implementar diferentes actividades para los antes mencionados niveles. Y así poder tener un grupo “parejo”, neutral en conocimiento. Fue muy poco el tiempo que estuvo la maestra, pero en ese tiempo. Aprendí muchas cosas de ella. Tal vez fue su experiencia la que me ayudo. Conocí nuevas estrategias, y como poder sobrellevar diversos problemas que pudiesen presentárseme.

Sé que este escrito es de crítica. Pero, no tengo a quien criticar pues, los dos docentes que estuvieron cubriendo interinatos, fueron de mucha ayuda para mí. Y como lo dije párrafos atrás, tal vez no eh logrado todos mis objetivos en el aula donde ejerzo mis prácticas docentes. Pero estoy en el proceso de hacerlo! Si eh obtenido buenos resultados aún así, no estando completamente preparada, sé que cuando lo este, seré una muy buena docente.

Por lo tanto, estaré muy feliz con lo que elegí, y podre decir que no me equivoque de profesión, ahorita solo sé que me dedicare a seguir aprendiendo. A seguir formándome como docente. Y si bien lo dice una persona que ha influido mucho en mi formación docente, el Director de la Primaria, que a pesar de ser mi superior en la antes dicha, es mi amigo desde tiempo atrás.

“Un papel no hace que seas docente, un docente es quien sabe educar”.

Por mientras, espero seguir escuchando por la calle ese ;

¡Adiós maestra! De mis niños.

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