Educar por competencias - Educación Superior

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Ducci (2007, en Hernández, 2016), presenta las definiciones de competencias Profesionales y Laborales. En sus definiciones incluye el contar con “conocimientos, destrezas y aptitudes necesarios para ejercer la profesión… resolver problemas profesionales de manera autónoma y flexible” y ser capaz de “colaborar en su entorno profesional y en la organización del trabajo” (p.3) En cuanto a las competencias laborales, nos dice que:

“Es la construcción social de aprendizajes significativos y útiles para el desempeño productivo en una situación real de trabajo, que se obtiene no sólo a través de la instrucción, sino también – y en gran medida – mediante el aprendizaje por experiencia (propia) en situaciones concretas de trabajo” (p.4)

Así, se entrelee el énfasis la importancia de la aplicación práctica, los proyectos y su implementación en escenarios naturales, las simulaciones, y en la vida real.

Al desarrollar competencias, estamos hablando de que la persona hace suyos distintos factores unidos y que se ponen en marcha de manera combinada al aplicar la competencia en su desempeño cotidiano: conocimientos, actitudes, valores y habilidades. Todo ello le ayuda a “desempeñarse con eficiencia en situaciones reales determinadas” (Hernández, 2016). No sólo se hace competente en el área de su especialidad, sino en diversidad de tareas en distintas áreas del conocimiento y de su vida.

Mucho se ha cuestionado si el enfoque por competencias está enfocado meramente a la productividad y la economía (Coll, 2007) sin verdadera preocupación por el desarrollo personal y social de los habitantes de los países. Esta crítica se basa en gran medida, en que el modelo comenzó como respuesta a lo que las industrias y empresas requerían en sus empleados y obreros, y que pedían a las universidades que los educaran para ello. Entonces, hay personas que creen que es un enfoque con giro “imperialista” y basado solamente en generar buenos empleados y obreros para ser más productivos y que las cabezas ganen mayor utilidad, no tanto los empleados que les trabajan. (Deuda con la cita, pues no alcancé a buscarla).

Sin embargo, el punto de vista que se maneja en este ensayo, y que apoya al enfoque por competencias, es que debemos enseñar para afrontar exitosa o eficientemente la vida en todos sus aspectos, y las competencias específicas a desarrollar en los estudiantes de Educación son en verdad muy importantes para que puedan ser a su vez, formadores de gran calidad, y puedan aspirar a emprender y a escalar en su carrera profesional con éxito, sabiendo enseñar muy bien a sus propios estudiantes, desarrollando sus competencias. Se considera aquí que el enfoque en verdad funciona para que las personas puedan resolver problemas reales, de manera adecuada y eficiente, con eficacia.

Los alumnos que han ingresado a la UNAG y que han pasado por las aulas de esta autora, en general traen un perfil muy bajo de desempeño académico y de competencias genéricas. Por observación personal, desde Enero del 2015 a la fecha, evaluando sus ejecuciones y demás actividades en las unidades de aprendizaje impartidas cada cuatrimestre, se ha detectado muy bajo nivel dentro de competencias como: Comprensión Lectora, Expresión oral y escrita, muy bajos niveles de razonamiento lógico, pensamiento creativo (innovador, propositivo) enfocado a la solución de problemas, pensamiento crítico; así como pobre desempeño académico. En algunos se observan problemas de aprendizaje serios. Incluso, algunos presentan problemas de socialización, pero sobre todo, en muchos parece que su motivación es extrínseca, y con falta de vocación y de autonomía. La profesión de Psicóloga enfocada al área escolar-educativa y laboral da mucha luz para poder hacer estas detecciones y diseñar estrategias de intervención, por lo cual la autora puede colaborar con gusto con el equipo de planeación, diseño y evaluación.

Todo lo anterior amerita una investigación seria para no caer en especulaciones, pero vale la pena tomarlo en cuenta pues es la base con la que trabajamos. Son la mayoría adultos que trabajan, y que superan los 23 años, algunos sólo quieren conseguir el título pues ya laboran como docentes en alguna institución. Nos encontramos con un perfil real de ingreso que habrá que sopesar con el esperado, y nos puede servir para efectuar un proceso de admisión más riguroso, contemplando ciertos criterios de desarrollo cognitivo y de competencias con las que se espera que ingresen a la universidad nuestros nuevos estudiantes, todo esto con la intención de que efectivamente, en tres años que duran sus estudios, podamos desarrollar con eficiencia, las competencias profesionales y laborales que se espera que logren desempeñar con eficiencia y a nivel avanzado, al egresar de la Licenciatura en Educación. Todo esto es desconcertante y a la vez representa un reto. Sabemos que si todos los profesores intencionamos el desarrollo y fortalecimiento de competencias, lo podremos lograr. No obstante, si cada uno enseña con diferente enfoque y distintas exigencias y metodologías, criterios y formas, entonces no estaremos más que reproduciendo lo que estos estudiantes han vivido previamente en su historia escolar, generalmente tradicional y acoplándose a “caprichos” de cada maestro, sin una línea transversal. Toda esta problemática y esperanza de solución es de gran interés para la autora, por lo cual este módulo del Diplomado Docente Universitario es acogido con gusto y entusiasmo de su parte. Estas reflexiones da para mucho, que no es posible tocar en este trabajo, pero da pie para estudios a futuro y reflexiones posteriores.

Lo más importante es “remar todos para el mismo lado” y enseñar con hechos. Aterrizar el enfoque en la práctica cotidiana, con revisión de la práctica docente, reuniones de academia, apoyo mutuo, observaciones, formación permanente y continua.

Sólo con esta transversalidad y colaboración entre maestros podremos llevar a nuestros estudiantes a ser competentes, incidir en programas educativos, generar procesos de evaluación que les permitan diagnosticar de manera pertinente; colaborar con el diseño de esquemas innovadores; atender necesidades específicas de los centros donde laboren; atender sus diversas dimensiones y su relación con el entorno para colaborar con la formación ciudadana responsable; atención a las familias, organizaciones y otras instancias interesadas en la Educación como fenómeno. Lo anterior forma parte del perfil de egreso para nuestros estudiantes en la Licenciatura en Educación (UNAG, s.f.)

Para formar egresados que logren lo planteado en el objetivo del programa de la licenciatura (véase el mismo documento anterior)