Incertidumbre y formación. En Autoformación de maestros en los márgenes del sistema educativo

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Retomando a Prudencio, Luz y Puebla quienes se refieren como objetos refiriéndose a los alumnos, a los grupos y al hecho educativo, como si fueran parte de una producción de fábrica de la cual pueden derivarse productos educativos, olvidando que la materia prima en este caso son seres humanos con capacidades y sentimientos distintos uno de otro y tomando al maestro como un obrero que se está vigilado, por lo que dará mayores resultados al igual que sus alumnos en el momento de que haya una claridad sobre los elementos que midan su trabajo, lo que ahora se traduce en una mayor calidad educativa, a su vez premiando su mejor desempeño con programas como lo era carrera magisterial o ahora, el Programa de promoción en la función por incentivos para educación básica y media superior, buscando con ello un ideal del maestro que aún no se ha alcanzado y que parece inalcanzable debido a la complejidad porque se cruza con las diferentes expectativas de la educación que tienen los diversos actores de dicho proceso tales como el supervisor, la institución escolar, el sistema educativo y la sociedad en general.

De todo lo anterior se puede decir que es importante que como docente se pueda reconocer los errores y partir de ellos para lograr mejoras en la práctica misma y tomando esta última como punto clave para una mejora constante sobre todo en el aprendizaje en los alumnos, viéndolos como seres humanos que hay que formar como buenas personas, capaces de enfrentarse a diario a sus problemas, sin olvidar que son parte de una sociedad, en la que tienen que aportar cosas nuevas a beneficio de ellos mismos y de los demás.