Inteligencia Emocional en el liderazgo de las organizaciones

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En continuidad con el párrafo anterior, Goleman (2000) en su artículo Leadership That Gets Results identificó seis tipos de liderazgo teniendo como base a un cierto componente de la inteligencia emocional, y estos son: liderazgo coercitivo, la gerencia da a su equipo indicaciones precisas con la finalidad que se genere un cumplimiento inmediato de las tareas; el abusar de este estilo tiende a desmotivar al personal; liderazgo visionario, los gerentes maximizan su compromiso con la organización a través de la generación de estándares, logrando la eficacia y eficiencia de sus colaboradores en sus labores, asimismo, este líder se caracteriza por ser un visionario; liderazgo afiliativo, los gerentes valoran el trabajo que desempeñan sus colaborados y ellos son conscientes de eso, ya que los estimulan, reconocen sus logros, aceptan sus ideas y opiniones, lográndose un efecto muy positivo en la comunicación; liderazgo participativo, la toma de decisiones se da en conjunto con los colaboradores, generando confianza, respeto y compromiso, en ese sentido el gerente recibe ideas novedosas de su personal para volverlas realidad; liderazgo ejemplar, el gerente se presente como un ejemplo a seguir, para ser imitado por los miembros de la empresa con la finalidad de elevar el nivel de desempeño de estos, que sean más competentes, y se auto motiven con el objetivo de lograr las metas corporativas, y finalmente, liderazgo coach, el líder “se pone en los zapatos” de sus colaboradores para identificar sus debilidades y fortalezas con la finalidad de ver qué expectativas tiene el colaborador en lo personal y en el trabajo, generando una mejor relación líder-empleado. [h]

Teniendo en claro ambos conceptos, inteligencia emocional y liderazgo, podemos establecer que la inteligencia emocional tiene un papel importante en el liderazgo de las organizaciones, lo cual se demuestra en que un buen líder será aquella persona capaz de controlar sus emociones, auto motivarse, ser empático, para luego motivar a sus empleados. [i]El poseer un alto grado de inteligencia emocional es característica principal de los mejores líderes, ya que la IE es parte de las habilidades del liderazgo. Esto, fue respaldado por Dulewicz y Higgs (2000) que, en sus estudios realizados en conjunto durante siete años, les permitió demostrar que existe una estrecha relación entre las capacidades de las personas y su rendimiento en las organizaciones, y que las características por las cuales se diferencia un rendimiento “normal” de uno “excelente”, está relacionado a la realización de la persona, con base en la inteligencia emocional. Por tanto, la IE potencia la aptitud de un líder, quien logrará generar un gran impacto al interior de sus organizaciones, creando un clima laboral óptimo, que demuestre el compromiso de todos y cada uno de los colaboradores.

Ahora bien, el desarrollar la inteligencia emocional de las personas es una ventaja competitiva en las empresas, y que es generada a través de sus líderes; esto conlleva a múltiples beneficios tales como: mayor motivación del personal, más creatividad, comunicación más asertiva, líderes más tolerantes con sus colaboradores y viceversas, y ser más flexibles frente a los cambios organizacionales (Martínez, 2002). Dicho lo anterior, desde el punto psicológico existen más beneficios de la IE tales como: incremento de la autoconciencia, fomenta las relaciones interpersonales armoniosas, incrementa el rendimiento laboral, genera una mayor motivación y entusiasmo, otorga la capacidad de influenciar y liderar en los demás, mejora la empatía y las habilidades sociales, genera un bienestar psicológico, predispone una buena salud emocional y genera defensas para saber cómo reaccionar positivamente ante el stress y la tensión (Zavala, 2011). E[j]n 2005, Caruso & Slovey en su libro El directivo emocionalmente inteligente indicaron que el desarrollar la inteligencia emocional y el liderazgo, permiten que sean usadas como herramientas de solución a los problemas que a diario deben enfrentar los gerentes en sus organizaciones.

Al interrogante ¿[k]influye la inteligencia emocional en los lideres dentro de una organización?, la respuesta es sí, se ha demostrado a través del ensayo que el desarrollar la inteligencia emocional genera muchos beneficios tanto a nivel personal como laboral, el saber manejar las emociones, hará de los colaboradores buenos líderes, quienes llevarán a sus equipos a cargo a lograr los objetivos de la organización. Un buen líder es aquel que nace y se hace, ya que, si bien poseerá cualidades innatas, desarrollará otras cualidades a lo largo de su vida, con las diferentes situaciones que le toque vivir. Un líder inteligente emocionalmente será capaz de obtener lo mejor de cada colaborador, ayudando a su crecimiento y creatividad. Finalmente, mientras un líder sepa escuchar, trasmitir confianza, ser accesible, entre otras con su equipo, logrará que este y por ende la organización a la que pertenece, llegue a ser sostenible en el tiempo, tenien.do como base el saber manejar la IE para fines de motivación y compromiso de todos los involucrados en la organización. [l]

Referencias

Arroyo, R. (2012). Gestión emocional y habilidad para relacionarse. Habilidades gerenciales: desarrollo de destrezas, competencias y actitud (pp.121-126). Colombia: Ecoe Ediciones.

Burns, J.M. (1978). Leadership. New York: Harper & Row

Caruso, D. & Salovey, P. (2005). El directivo emocionalmente inteligente: Cómo desarrollar y utilizar las cuatro técnicas emocionales del liderazgo. San Francisco: ALGABA Ediciones, S.A. Recuperado de https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=LdDONDeyWvAC&oi=fnd&pg=PA9&dq=inteligencia+emocional+y+liderazgo&ots=DOXmx6m7Vh&sig=jSWkTHpcBwsCMU5fJGTRP3VHZqY#v=onepage&q=incrementa%20la%20autoconciencia&f=false

CENTRUM Católica - centrumX Online (2014). Liderazgo, innovación, cultura y comunicaciones. Recuperado de

Costa, L. (2013). La inteligencia emocional según Goleman. Recuperado de https://sobretodolavida.com/2013/07/03/la-inteligencia-emocional-segun-goleman/

Dulewicz, V. & Higgs, M. (2000). Emotional intelligence – A review and evaluation study. Journal of Managerial Psychology, 15(4), pp. 341 – 372

Fernández-Berrocal, P. & Extremera, N. (2005). La Inteligencia Emocional y la educación de las emociones desde el Modelo de Mayer y Salovey. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 19(3), pp. 63-93.

Goleman, D. (1998). Working with emotional intelligence. Nueva York: Bantam Books.