Estrategia didactica para promover la escritura.

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Para él fue determinante la lectura de El laberinto de la soledad de Octavio Paz, ese libro lo marcó profundamente porque se dio cuenta que el mexicano se mueve en dos orillas: el relajo y la solemnidad. Él se metió en medio de ellas con un sentido del humor crítico y esa es su gran aportación a la literatura mexicana”, señaló Carlos Mapes.

Para Javier Aranda, la aportación de Carlos Monsiváis a la literatura fue que tuvo el genio de dar origen a obra de muchas curiosidades al amalgamar dos vertientes: la alta cultura y la cultura popular, además de recogerlas en sus crónicas con un lenguaje simple y atractivo para cualquier lector.

1. No puedo hacer un resumen de mi vida, porque está conformada por varias épocas y circunstancias, libros, amistades y pleitos, y eso, sólo admite resúmenes parciales”.

2. Muchos dicen que han cumplido con su deber, y a mí, me da mucho gusto no haber cumplido ni con la mínima parte de él, para desgracia o fortuna de esta patria”.

3. Mi definición de fracasado: aquel que confía en sus propios méritos para hacerla.

4. En el principio era el orgasmo, la utopía renovable a diario.

5. La patria concebible es la autobiografía, el contarle a algunos que se ha sido alguien.

6. Si nadie te garantiza el mañana el hoy se vuelve inmenso.

7. ¿Hasta qué punto es responsable de sus actos una persona abandonada, sin recursos ni capacidad específica, enloquecida por los malos tratos, la indiferencia y la imposibilidad de alimentar a los suyos?

8. Ya no le diga cinismo. Dígale sinceridad.

9.Falso que los de la clase gobernante seamos racistas. Los racistas son los indios y los nacos y la plebe y el infelizaje, que prefieren fracasar con tal de no tratarnos.

10.Los pobres nunca serán modernos. Se comunican por anécdotas, no por estadísticas

Cherry, la número uno

Había una vez una niña, llamada Cherry, que siempre había destacado desde su niñez entre el resto de los niños por su piel de color blanco y por su forma de ser, algo peculiar.

Mientras que las niñas de la misma edad de Cherry sólo pensaban en jugar con las muñecas, Lady Cherry, sólo tenía en la cabeza una única cosa: llegar a ser una gran cantante, ser la número 1, aunque por eso mismo sus compañeros no la tenían muy en cuenta.

Un día, al terminar la clase de música, todos los niños salieron corriendo al patio pues era la hora del recreo. Bueno, todos no, casi todos, ya que Cherry se quedó dentro de la clase.

Lady Cherry había visto algo en la clase de música que le había llamado mucho la atención, y no podía irse de la clase sin probarlo… era el nuevo micrófono que había comprado la profesora.

Encendió los altavoces y conectó el micrófono y se puso a cantar como nunca antes lo había hecho. De repente, toda la clase estaba llena, con sus compañeros de colegio dando palmas sin parar y boquiabiertos de lo bien que cantaba Cherry.

A partir de ese momento, Cherry se dio cuenta que era muy especial, pues con su voz conseguía que la gente se olvidara por unos minutos de todo lo que había a su alrededor, para disfrutar de la música que hacía Lady Cherry, la número uno.