INFORME DE INVESTIGACIÓN EN TRINAS: EL CONTEXTO INSTITUCIONAL DE LA PLANEACIÓN.

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Los escenarios se configuran no en virtud de la racionalidad sino de la autoridad. La palabra se distribuye no en función de lo que cada uno tiene que decir sino de la importancia que tengan las personas en la jerarquía escolar. Las influencias que ejercen la organización sobre el profesorado y el alumnado son particularmente importantes por su consistencia y amplitud.

Un punto importante a considerar para la mejora de lo planteado anteriormente, es el camino y las estrategias para el desarrollo profesional; que son una forma jerarquízante y dogmática de entender y desarrollar la reforma. Se proponen algunas formas distintas de conseguir un mayor y mejor desarrollo profesional del docente; una de ella es la reflexión compartida sobre la práctica en donde se da a conocer que el conocimiento profesional se adquiere a través de la experiencia y de la práctica reflexiva. También es importante mencionar que la reflexión crítica sobre la práctica profesional incluye la preocupación por comprender los entramados políticos y sociológicos y psicopedagógicos de la reforma.

La conciencia crítica obliga de una manera u otra a los profesionales a reflexionar sobre las condiciones en que se da el proceso educativo, sobre las estrategias de cambio que se implantan y sobre las dificultades y los obstáculos que se arraigan en las costumbres inveteradas. Se dice que “el estudio de la educación debe estar imbuido de una conciencia crítica que nos permita comprender cómo las tradiciones y costumbres en vigor limitan la búsqueda de nuevas posibilidades” (Popkewitz, 1990, pag.70). Esto quiere decir que es necesario la preparación educativa en las personas, ya que así se tendrá la capacidad de dialogar y comprender como las tradiciones de algunas sociedades restringen a la población a indagar cosas de interés.

Otra forma para lograr mayor avance educativo es el desarrollo de la autonomía profesional, que por un parte se plantea desde la visión del profesor como un profesional autónomo y competente y por otro desde la prescripción minuciosa que lo convierte en un mero aplicación. Sin autonomía es muy difícil que pueda haber responsabilidad por parte del docente, ya que no cuenta con esa capacidad y es discutible que el profesor disponga de ella en cuestiones nucleares referidas a las decisiones sobre objetivos, contenidos, evaluaciones, comportamientos, entre otros aspectos.

La autonomía de la que hablamos encierra un poder de decisión significativo y relevante. Por ello, se menciona que “el poder absoluto e irresponsabilidad son las condiciones ideales para la resistencia frente al cambio” (Ranjad, 1988, pag.71). La mayoría de las veces la oposición a esta mejora es por parte de los maestros, porque implica un cierto esfuerzo y responsabilidad por parte de ellos para así poder lograrlo. Desgraciadamente esta es la realidad, los docentes están desinteresados por la educación que reciben los estudiantes ya que se menciona que no obtienen los beneficios suficientes por lo realizado.

Para finalizar es necesario mencionar que la mejora de la calidad de la enseñanza y de la profesionalización de los docentes, exige unas condiciones organizativas que hagan viable al menos y si es posible fácil la transformación y la mejora de la racionalidad y de la justicia de la práctica educativa. Si no se modifican los contextos organizativos de la educación será difícil que se produzca en ellos mejoras significativas, empezando por los actores principales; los cuales son directivos, docentes, padres de familia, comunidad y educandos.

El debate que hoy tiene lugar en nuestra sociedad acerca de la reforma educativa permite a los profesores avivar la crítica respecto a las estrategias de cambio y reactivar la autocrítica sobre el ejercicio profesional. También es una excelente ocasión para trabajar colectivamente y para organizarse, con el fin de conseguir mejores condiciones para el ejercicio de su práctica profesional y así obtener mejores resultados en relación a los estudiantes. De esta manera cambia un poco el panorama para los docentes, en donde se espera que se aplique la responsabilidad y el interés por el cambio; siempre y cuando beneficie a ellos y a los educandos.

Referencias:

Santos Guerra, M. (2006). Enseñar o el oficio de aprender. Santa Fé: HomoSapiens.