ENSAYO: COMPETENCIAS GERENCIALES

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El buen funcionamiento de la escuela se puede fortalecer a través de relaciones interpersonales con la comunidad escolar (docentes, alumnos y padres de familia), las cuales permitirán al dirigente conocer diferentes perspectivas que pueden funcionar como base para la toma de decisiones por parte del directivo. Estas elecciones deben ser oportunas y efectivas, pero respetando los principios y valores que rigen al individuo y la organización (Gutiérrez, 2010).

El papel del directivo como líder es de gran ayuda para su cargo, ya que puede ser capaz de influir en los miembros de la organización de manera tal que su desempeño sea elevado. Esto a través de capacitación y asesoría adecuadas. Además debe ser capaz de proponer soluciones a las diversas situaciones que se presenten en la organización, a partir de un análisis de alternativas y buscando la satisfacción de necesidades.

Las diferentes habilidades ya retomadas constituyen las llamadas competencias gerenciales, las cuales son indispensables para un gerente. Sin embargo, varias de estas capacidades se conjuntan con aspectos de la inteligencia emocional que según Goleman (2000) es poder leer nuestros sentimientos, controlar nuestros impulsos, razonar, estar tranquilos y optimistas ante ciertas pruebas y escuchar a los demás.

Se ha observado en varias organizaciones que el factor emocional tiene una influencia significativa en los resultados, es decir, cuando un individuo asocia las competencias cognitivas, laborales y emocionales tiene mayor posibilidad de desempeñar adecuadamente su trabajo.

La competencia emocional abarca dos categorías: la personal y la interpersonal, entre las cuales debe existir un equilibrio. Es Goleman (2000) quien basa la inteligencia emocional en las dimensiones del autoconocimiento, autocontrol, automotivación, empatía y las habilidades sociales.

Dichas dimensiones permiten al individuo hacer un análisis personal y de su persona para con los demás. En el autoconocimiento el ente puede reconocer y entenderse a sí mismo, reconocer sus debilidades, fortalezas, estados de ánimo, emociones e impulsos. Es aquí donde toma su papel el autocontrol, ya que debe ser capaz de controlar estos aspectos y adecuarlos hacia un objetivo. Y la búsqueda del objetivo es precisamente la presencia de la automotivación y es la dimensión que permitirá al sujeto enfrentar problemas y darles solución.

Por otra parte, cuando se trata de relacionarse con personas el individuo necesita entender las necesidades, sentimientos y pensar de otros, es decir, ser empático. Estas relaciones sociales le permitirán desarrollar habilidades de sugestión e influencia.

A continuación me permito presentar un análisis personal sobre las cinco dimensiones de la inteligencia emocional y realizando una proyección de ocupar un puesto directivo de una institución educativa.

Autoconocimiento: otorgando un 90% a este aspecto, ya que soy capaz de reconocer mis debilidades y fortalezas. Además de que conozco mis límites y admito mis errores, pero también gusto del aprendizaje y confío en mis habilidades.

Autocontrol: la mayoría del tiempo controlo mis emociones y me esfuerzo en orientarlas hacia los objetivos que me proponga o me establezcan. Sin embargo, hay ocasiones en que me gana los impulsos, por lo cual otorgo un 80% a este rubro.

Automotivación: otorgo un 85% a este aspecto, porque me establezco metas y me esfuerzo por alcanzarlas. En mi actividad laboral soy comprometida, pero en ocasiones mi ánimo decae ante ciertas situaciones.

Empatía: me gusta y me permito escuchar a las personas sobre sus problemas, motivaciones e intereses. No obstante, me cuesta trabajo responder a sus emociones, debido a esto coloco un 75%.

Habilidades sociales: califico este aspecto con 80%, ya que me agrada trabajar en colaboración con otros y soy capaz de crear lazos amistosos, pero tengo dificultades para liderar y dirigir a las personas.

Conclusiones

El éxito para dirigir una organización está en conjugar las diversas competencias que forman parte de la persona, poniendo especial cuidado al aspecto emocional.

El gerente o directivo de una organización necesita desempeñarse como líder y como miembro de la misma, con la finalidad de orientarla al éxito.

Las competencias cognitivas y emocionales son indispensables y determinantes del desempeño de una persona en un puesto laboral.

Los individuos pueden y deben mejorar sus competencias con la finalidad de lograr un desempeño adecuado en los diversos ámbitos: personal, familiar, social y laboral.

Referencias

DELGADO, Maria. Las competencias gerenciales en las organizaciones de alto desempeño [en linea]. Fecha de consulta 16 de febrero de 2016. Disponible en: http://www.uru.edu/fondoeditorial/articulos/Mariadelgado/LAS%20COMPETENCIAS%20GERENCIALES%20-%20mariadelgado.pdf

Gutierrez, E. (2010). Competencias gerenciales: habilidades, conocimientos y actitudes. Ecoe Ediciones.