Humíferos, cuento

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Era cuestión de tiempo para qué los pocos gobiernos que quedaban se quisieran adueñar de lo desconocido, o restringir a los simples y pocos civiles el acceso a intentar conocerlo, una ley mundial se estableció: Quedaba prohibido el acercamiento o contacto con “El Visitante”. El castigo era la muerte. “El Visitante” no tocaba las profundidades del mar, pero en si abarcaba casi exactamente una tercera parte de la Tierra, tamaño colosal, esférico, tenía un místico tono Lunar, era ligeramente atraído hacía el centro de la tierra, su acomodo no hizo daño profundo a la tierra, solo a la superficie en donde aterrizó, y un tanto a sus alrededores.

La Nasa no tardó en iniciar investigaciones a profundidad. La civilización fue forzada a vivir con ello, e intentar salvar lo poco que quedaba, pero todos sabíamos que sí antes, no se hacía nada para salvar el mundo de pequeñas problemáticas, ¿qué haría la diferencia ahora que estaban reducidos?, nada, solo se redujo la forma de pensar inhumana, y junto con ello la mitad de la raza terrestre. El pequeño planeta llamado Tierra, pasó por mucho desde sus inicios, cambios pequeños que con su acumulación pasaron a grandes, evolución de una raza inteligente que lo único que hacía era destruirlo y con ello, a ellos mismos. De cada 100 descubrimientos que se hacían, 98 eran para su autodestrucción y satisfacción nefasta, ¿qué ganaba el humano haciendo mal, sí solo nacía para vivir y después morir?, ¿por qué tanta insistencia en llegar a su propia extinción para después ser transformados en polvo?, ¿qué se ganó?, nada, absolutamente nada, pero aun así seguían sin entender razones simples que no necesitaban ni siquiera un máximo esfuerzo, era simplemente observar un poco la grandeza que había y el diminuto ser que era frente todo lo existente en su propia realidad. Año 2103, han transcurrido 50 años desde la llegada del “Coloso Visitante”, el huésped ha perdurado, la Tierra ha cambiado, y sus habitantes también. La raza inteligente se ha vuelto “más inteligente”, y después de mitad de siglo no se ha descubierto nada, el fenómeno sigue siendo avanzado para nuestro entendimiento. Y gracias a la censura mundial de gobiernos todo se quedará solo para unos pocos, los demás se retrasarán otra mitad de siglo o más en comprender. Maquinas nuevas, tecnología súper avanzada, la humanidad se dedicó totalmente a sobrevivir con escases, pérdidas, vacío, se unieron más que nunca, las indiferencias ya no eran tanto problema, pero el trauma era aún más grande. Por más que se quería seguir, no tardaban mucho en volver a caer en la melancolía. Todo recurso se utilizaba de manera precavida, se intentó salvar lo que aún sobrevivía, el humano se hizo más culto sobre su propia cultura, aun así, eso no quitaba el hecho de que seguían cegados por su situación. Año 2150, la humanidad aún sobrevivía, y se acostumbraba aún a la presencia del Visitante. Uno de los factores buenos de nuestra raza, era la insistencia. Y otra mitad de siglo pasó para llegar a un descubrimiento sobre el coloso. Lo nuevo de este siglo fueron los cambios radicales en las sociedades que se formaron, seguían siendo muy cultas, un tanto tradicionales y muchas cosas que se practicaban quedaron en el olvido, “El Visitante” pasó a ser parte de la historia, y lo consideraban parte de la Tierra. Seguía el fantasma del pasado en lo que quedaba del planeta, los humanos aún sentían tristeza. Esta generación pasó a ser grande siendo tan pocos. Oceanía quedó un tanto completo, fracción de África y Europa sobrevivieron, el único continente sin pérdidas fue el americano, lo mayor sucedió en Asia, ya no existía más en esta actualidad. Ese gran espacio y más de la mitad de lo que se hacía llamar Europa era territorio prohibido por leyes máximas que el hombre estableció. El descubrimiento del “Visitante”, era más allá de lo imaginable, se excavó en la superficie de este para intentar descubrir el centro del coloso, muchos llegaron a la idea de que era un huevo enorme de alguna especie inteligente y gigante, otros decían y aseguraban de que era una incubadora de extraterrestres, o un simple satélite. Sí confirmaron su existencia ya cuando se acercaba a la Tierra, fuera de órbita, se mostraba invisible, y nada lo podía identificar fue silencioso, solo apareció en forma de nube hasta que aterrizó mostrando su verdadera apariencia. Al parecer su corteza era delgada, y era posible excavar en ella, era rocosa pero no muy gruesa las teorías de muchos empezaban a convertirse en realidad y esto impartió terror por ciertos periodos. Investigadores caían y el miedo ganaba, otros se arriesgaban, y mucho, cuando el ser humanos llegó a la superficie, tardó en descubrir otro metal o material más resistente para alcanzar perforar más a fondo. Tuvieron que pasar otros 50 años para esto.

En el año 2215 el humano al fin cruzó la corteza del “Visitante”. Los resultados no fueron los esperados, dentro de la corteza algo toxico ocurría, el primer humano dentro no sobrevivió.

(segundo avance:)

Los investigadores a cargo del coloso, fueron disminuyendo de uno a uno. Como si fuesen sacrificios por la insistencia de llegar a ver dentro del “Visitante”, maquinas extremadamente avanzadas y equipadas junto con su piloto no regresaban una vez dentro, mes tras mes construían más y mejorados equipos para adentrarse, de tantos intentos fallidos, decidieron tomarse un descanso.

Pero en ese mismo año un científico obsesionado con el caso, seguía encerrado en su ambición, hasta que logró construir ‘La máquina’, sí una avanzada y poderosa máquina fuera de ingenio de cualquier época pasada, tan extraña cómo funcional, logró hacer la primera diferencia en el coloso.

Este joven científico llamado Alfred L. Krause, mejor conocido como el Joven All por sus colegas, es uno de los prodigios de su generación, destacado por su inteligencia e ingenio, el gobierno de esos años no tardó en reclutarlo para su investigación sobre el coloso a su corta edad, aparte de ser científico y experimentas, pasó a inventor de máquinas poderosas, todos esos planos fallidos fueron ideas suyas, pero cada falla solo alimentaba su ambición.

En la noche de 2218, el científico Alfred L. Krause, fue el primero en poder adentrarse en el coloso y regresar con vida.

La máquina taladró la primera capa del Visitante y lograron dar otro gran paso para saber realmente que era el coloso, siendo el joven All, el propio piloto de su nave fue quien vivió esa experiencia sobrehumana y sobre todo misteriosa.

En la segunda capa del coloso todo era distinto, la baba ácida no existía