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Rol docente en la sociedad del conocimiento

Enviado por   •  29 de Noviembre de 2018  •  3.635 Palabras (15 Páginas)  •  522 Visitas

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El término postmoderno fue utilizado a fines de la década del 60, con la publicación de “La condición postmoderna”, de Jean Francois Lyotard en 1979. Otros factores que contribuyeron a definir la nueva época fue la caída del muro de Berlín y la Guerra del Golfo.

Hablar de posmodernidad, no es más que hablar de la prolongación de la modernidad, sólo que un poco más complicada de definir por estar de moda, donde hay un gran público especializado hablando de ella, público que no pudo explicar o analizar desde la razón moderna, los sucesos producidos a finales de siglo XX, qué fueron de impacto global. El ideario posmoderno sostiene que la modernidad falló en su expresión de pensamiento y expresión, generando un sentimiento de desencanto y apatía. La posmodernidad conserva y acentúa, la desigualdad, la hipocresía, el racismo y el colonialismo propio de la modernidad. Para autores como A. Giddens el postmodernismo no existe, lo que estamos viviendo, no es el fin de la modernidad, sino la agudización de sus características y contradicciones.

J. F. Lyotard, establece que la postmodernidad no es una época histórica diferente de la modernidad, sino que es un fenómeno “cultural” dentro de la modernidad. Sin embargo, otros autores afirman que la sociedad postmoderna es una categoría creada por la nueva intelectualimdad globalizadora (Bauman, Z. 2002). Surgimiento, resultado del Nuevo Orden Internacional y la economía basada en el capitalismo más radical de la historia. La nueva conceptualización o modernización de la modernidad, es creada por los poderes hegemónicos cómo otra herramienta de dominación desde el relato. Es notable cómo las corrientes discursivas cambian de nombre “modernismo”, “posmodernismo”; pero quedan persistiendo la dominación, la opresión, la injustita, la desigualdad. El discurso posmoderno, pareciera refutarse a sí mismo, porque acepta o intensifica aquellas cosas que critica. Desde lo intelectual se intenta dar respuesta esto, pero simula ser una industria en crecimiento. Donde estas reflexiones suponen gobernar las prácticas sociales. Dice (Waisman, M; 1991).

La posmodernidad es un proceso, en el cual estamos inmersos, que reestructura y resignifica continuamente nuestro modo de vida, nuestra cultura y nuestra sociedad.[b]La posmodernidad, trasciende más que sustituye a la modernidad. Sin embargo, el concepto, conduce a un nuevo orden internacional del sistema capitalista, que provocó un cambio de valores y actitudes de consumo de las sociedades. Proponiendo un sistema trasnacional- económico, de la producción de bienes y servicios, modificando el modelo capitalista moderno de la revolución industrial, qué genera un alto grado de concentración del capital, qué da origen a una gran subordinación, explotación y opresión, entre países con economías diferentes. Es agenda el cuestionamiento de los escritos modernos, ya qué se cuestiona la objetividad del pensamiento con el que fueron escritos. Corrientes históricas cómo la revisionista, denuncia la falta de verdad en libros, con la intención de consensuar y justificar diferentes procesos de la historia y así moldear los pensamientos de la época.

Gran parte de los pensamientos modernos, son hoy, una utopía; y toman primacía que afirman que todo es relativo, que todo vale, que el desarrollo o progreso es sólo de carácter personal, que no hay criterios absolutos, tales como la Verdad y la Razón, mediante los cuales podemos evaluar y juzgar. Pero de hecho nuestra época, sí evalúa y juzga como nunca antes. Se minimiza la importancia del pasado y casi no se tiene en cuenta el futuro, dejando al presente cómo lo más relevante. La posmodernidad vino, “quiere”, modificar radicalmente las formas de pensamiento, junto con la cultura, el arte y la vida social de las personas.

La mayoría de las teorías modernas y posmodernas, son de origen anglosajón o norteamericano, qué podríamos tomarlo como otra forma de imperialismo cultural.

En América Latina estos pensamientos, son tema de debate y discusión critica permanente. En nuestro continente ¿se fueron sucediendo la modernidad y más aún la posmodernidad cómo una consecuencia de procesos históricos? O ¿fueron condiciones impuestas? A diferencia de los países del “norte”, que fueron consecuencia “apropiada” y no “copiada”, producto de su propia historia, lo nuestro ha sido una modernización impuesta, tardía. Se habla de posmodernidad en Latinoamérica, cuando la sensación es de no haber terminado aún el proceso de modernización. Pero acá estamos con una lógica posmoderna, impuesta por un mundo globalizado que regula nuestra vida social como un “biopoder” (Hard, M y Negri, A; 2002). Este biopoder imperial, ejerce el mando a través de la extorción, la guerra o la paz; el dinero; los medios de comunicación, principal herramienta para jaquear la cultura local. De igual forma a cuando ingresar a nuestro continente las ideas modernas, la cultura local, dependiendo de su fuerza, de forma paralela, resignifica y da un nuevo valor a estas imposiciones. Desafiando esta “enajenación exocéntrica”, qué rompe con esa modernidad-posmoderna congelada, la vuelve heterogénea. Diría Fernández Cox, generando una modernidad apropiada, modernidad qué fue recibida, apropiada y reconfigurada. Y en la superación de esta nos encontraríamos con una modernidad reencantada o posmoderna, resignificando la realidad (Fernández Cox, C. 1991).

Estos procesos, catalizan y radicalizan movimientos que están en la sociedad previamente, como las nuevas condiciones de vida y de trabajo que han minado la estructura patriarcal de la familia: inserción acelerada de la mujer en el mundo del trabajo productivo, drástica reducción del número de hijos, separación entre sexo y reproducción, transformación en las relaciones de pareja, en los roles de la mujer y el hombre. El posmodernismo se apoya en tendencias de la cultura de consumo que favorecen la estilización de la vida, bajo el supuesto de que la vida estética es la vida éticamente buena proponiendo cómo meta de la vida, la búsqueda de nuevas experiencias, valores y vocabularios. Esta nueva realidad presenta una “disputa que se da entre aquello que en una sociedad vale y aquello que se sostiene que debe valer” (G. Santiago, 2004). Los valores de derecho, solidaridad-cooperativismo-justicia-amor-etc., que son aquellos que deberían valer; en nuestra época, cómo en las anteriores, fueron resignificados por los valores de hecho, aquellos que la sociedad cree que valen. Hoy estos valores los forman las tecnologías haciendo primar cómo valor central “la imagen”. “Lo que vale, hoy, no es lo que debe valer, sino lo que se muestra como valioso” (G. Santiago, 2004). Las actividades

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