Infancia y escuela.
Enviado por tolero • 3 de Mayo de 2018 • 2.628 Palabras (11 Páginas) • 419 Visitas
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Sin duda a partir de este ejemplo se puede observar como el espacio sirve para dividir, para categorizar la ubicación de los niños y niñas. El espacio nos habla de divisiones sociales tal como escribe Bourdieu, P. (1998), de jerarquías, de fronteras entre grupos de personas. Analizando el espacio, podemos descubrir las desigualdades de una sociedad, como en este caso se observó que a partir del espacio las niñas debían realizar cierto tipo de actividades que eran menos valoradas y no jugaban a ciertos deportes como el fútbol, debido a que los niños tenían el dominio de este deporte, por lo que las prácticas realizadas por estos son de un mayor valor social. Es así, como a los niños se les anima a moverse más, a ocupar más espacio, y, por el contrario, a las niñas se las incita a ser más pasivas, menos agresivas y a realizar actividades que no requieran de mucho movimiento o esfuerzo físico.
Otro trabajo que nos habla de este uso de los espacios escolares, es el trabajo realizado por Grugeon, E. (1995) en el que se muestra de manera evidente que en el patio de la escuela, niñas y niños no juegan juegos juntos y que presentan diferentes tipos de agrupaciones en la hora de recreo, en el caso de las niñas, se observa que estas forman grupos generalmente pequeños que denotan una cierta proximidad física e intimidad entre ellas, mientras que los niños corren de un lado a otro y no conforman grupos reducidos. El trabajo que Grugeon, E. (1995), se realizó de una investigación que llevó a cabo Stutz (1992), quien estudió el comportamiento de niños y niñas, de entre siete y catorce años de edad, de la escuela de Norwich ubicada en Inglaterra. En este trabajo describió cómo las niñas forman círculos cerrados, en el que están muchas veces sentadas realizando juegos complicados en los que parecía que todas conocen exactamente lo que tienen que hacer, dentro de esta dinámica se observa que los niños no son partícipes y que, aunque niñas y niños jugaban en grupos distintos, en muchas ocasiones ambos grupos interactúan de forma competitiva o conflictiva entre ellos.
Ledesma, C. (2012) quien también observa el patio del colegio y las dinámicas que niños y niñas tienen en esta área logró observar que tanto los niños y cómo las niñas participan a través de sus prácticas en la organización del espacio y que la organización, y distribución de este espacio limita a su vez las posibles actividades que los infantes pueden realizar en el. Ledesma, C. (2012) nos dice que el patio de la escuela es un espacio que no se puede desvincular de la acción educativa ya que ofrece una multitud de posibilidades de aprendizaje para el infante, que favorecen la socialización, la interacción entre niños y niñas, potencia el juego libre y favorece el desarrollo evolutivo, por lo que centrarse en este espacio nos permite acercarnos a las dinámicas que establecen los niños y observar cómo estas se modifican en este espacio también, a causa de la organización con la que este entorno cuente. Además, Ledesma, C. (2012), nos deja claro que los espacios de la escuela permiten que el infante genere la necesidad de hacer, manipular, construir, ensamblar y recrear en el, que es justamente la intencionalidad pedagógica que se desea generar en la escuela, por lo que el patio se presenta como un elemento metodológico dinámico que apoya el progresivo reconocimiento del infante y el observar este espacio nos permite según escribe Ledesma, C. (2012), obtener un panorama de las actividades que este realiza.
El último estudio que nos servirá para analizar si las prácticas que realizan los infantes dentro del patio de la escuela son distintas y de qué maneras se dan, es la investigación realizada por Pacheco, C. (2004) quien se dedica a estudiar las distintas prácticas sexistas que surgen en la escuela, con el fin de obtener información sobre las prácticas educativas que se dan en el contexto escolar para poder tratarlas y eliminar la disparidad de género en la educación primaria y secundaria. Pacheco, C. (2004) nos relata que en los recreos se observan agrupaciones diferentes de niñas y niños, y que son los varones quienes realizan una mayor utilización de los espacios del colegio, mientras que las niñas se restringen a permanecer en los pasillos y aulas realizando juegos más tranquilos o menos activos. Además, Pacheco, C. (2004) observa que no hay ningún tipo de supervisión por parte del personal docente ni tampoco se dan instancias pedagógicas de integración durante los recreos.
Pacheco, C. (2004) nos muestra que la organización del espacio físico es ocupado mayormente por los varones en actividades que implican un gran despliegue físico y las niñas realizan actividades más pasivas en espacios reducidos, por lo que claramente a través de las prácticas realizadas por los infantes se puede observar que la escuela refleja y reproduce el sexismo presente en nuestras sociedades, limitando el desarrollo de capacidades que niños y niñas puedan tener, limita la construcción de su identidad y les asigna roles se lo masculino y femenino a una edad temprana. Esto podría asociarse con lo que estipula Pavez, I. (2012), cuando habla de una infancia situada y afectada por las desigualdades de género, sin embargo, Pavez, I. (2012) también nos dice que dependiendo de los estímulos que tengan y del entorno en que se encuentren estos agentes de cambio, cambian las prácticas que realicen en áreas como el patio de la escuela, por lo que es posible mejorar el entorno escolar y combatir estas prácticas que promueven la desigualdad de género.
Conclusión
A partir de lo estipulado con anterioridad logramos constatar que las prácticas que realizan niños y niñas dentro del patio de la escuela son distintas, y no solo eso, también observamos que el espacio que ocupan dentro de esta área se diferencia notablemente, siendo los niños quienes siempre contemplan un espacio mayor del patio y más central, mientras que las niñas se concentran en espacios reducidos y marginales. Por lo que podemos decir que el patio de la escuela se plantea como un lugar donde los niños se desarrollan y ejercen ciertas dinámicas, que si bien como estipula Parsons, T (1959), pueden asociarse a formas de actuar que les permitan encajar en un orden social funcionalista, adoptando un rol dentro del entorno escolar, que en caso de los niños es observado como un rol activo, más disperso y dominante, mientras que en el caso de las niñas este rol se muestra de forma más pasiva, más concentrado y sumiso, no debemos olvidarnos del poder de agencia que tienen estos, ya que como estipula Pavez, I. (2012) la infancia debe ser comprendida como un construcción social, en la que los niños no son actores pasivos,
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