EL DERECHO INDIVIDUAL DEL TRABAJO.

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Éste nació frente a la injusticia que provocó la revolución industrial y ha mantenido al movimiento obrero como un aliado natural hasta nuestros días. Precisamente, no es difícil reconocer, que el movimiento ha sido una de las más importantes fuentes materiales de derecho del trabajo porque su gestión ha provocado la aprobación de innumerables leyes laborales.

Así, al derecho del trabajo le ha tocado la gran responsabilidad histórica de crear equilibrio entre los más fuertes y los más débiles, entre el capital y el trabajo, aportando al fortalecimiento de los derechos individuales, a los del movimiento obrero organizado y promoviendo el desarrollo del intervencionismo social del Estado, para garantizar mayores libertades civiles dentro de sistemas democráticos y constitucionales.

El concepto derecho individual del trabajo puede poseer un sin número de acepciones, pero porque quedarnos con la de autores como: Mario de la Cueva o tal vez Néstor de Buen Lozano, cuando nosotros mismos podemos ser analíticos y crear una definición única y de propia autoría, para mí el derecho individual del trabajo es: “un conjunto de principios, leyes, normas e instituciones que se encargan de fijar derechos y obligaciones, para regular la relación obrero – patronal, en la prestación del trabajo personal, subordinado y remunerado”. Su fundamento legal el artículo 123° constitucional.

Existen diversas posiciones acerca de los caracteres del Derecho del Trabajo, que derivan de la concepción que los diversos autores aportan, encontramos siete : el derecho del trabajo es el derecho de la clase trabajadora, la fuerza expansiva del derecho del trabajo, el derecho del trabajo es derecho unitario compuesto por varias partes, el derecho del trabajo es los derechos mínimos que el pueblo y el poder legislativo garantizaron a los trabajadores en la constitución y en la Ley Federal del Trabajo, el derecho del trabajo es el derecho inconcluso, el derecho del trabajo es imperativo y por último la idea del derecho del trabajo como derecho protector de la clase trabajadora.

Para finalizar hablare de los principios fundamentales que rigen a nuestro Derecho Individual del Trabajo; la idea del trabajo como un derecho y un deber social, la idea de la libertad y el derecho del trabajo, el principio de igualdad y el derecho del trabajo, un apunte sobre la idea de la dignidad humana y las consideraciones en torno a la idea de una existencia decorosa.

Como podemos ver, el Derecho Individual del Trabajo está presente en nuestras vidas cotidianas y es de vital importancia para garantizar el cumplimiento de las obligaciones de las partes que intervienen en una relación de trabajo.

En toda relación de trabajo existe un trabajador y un patrón, en donde cada uno cuenta con derechos y obligaciones, para poder llevar a cabo sus actividades. Si uno de los dos no está al pendiente de sus derechos y obligaciones es más probable que surjan problemas en la relación, y esto, termine afectando eventualmente a la organización.

Todos tenemos la necesidad de subsistir y de brindarles la mejor de las oportunidades a nuestras familias. Cada persona vive bajo distintas circunstancias las cuales influyen en la manera que deciden desempeñarse.

“LA CONTROVERSIA DE VALLADOLID”

¿Hasta qué punto somos diferentes? La discriminación es uno de los grandes problemas a los que se está enfrentando la humanidad desde hace largo tiempo.

Hacia el siglo XVI, cuando Las Indias se hallaban recién conquistadas, sus habitantes, incivilizados para los “descubridores”, representaban una especie extraña, diferente, inferior. El argumento era tan simple como ridículo e incluso insuficiente: “no pueden hacer lo que nosotros”.

En el año de 1550 en Valladolid España, se suscitó la controversia de Valladolid o también conocida como: “La defensa del indio”. Que consistía en un debate de oralidad basado en lo divino, que fue realizado en el colegio de San Gregorio en Valladolid, en el cual se oponían dos puntos de vistas distintos de concebir sobre la colonización de América, por una parte estaba la de Fray Bartolomé de las Casas, quien era el defensor de los indígenas y en contra el profesor Juan Ginés de Sepúlveda.

La Controversia de Valladolid refleja la debilidad humana ante dos de sus más grandes tentaciones: la ignorancia y el dominio. La discusión se lleva en un plano más emocional que racional. Los argumentos esgrimidos tanto por de las Casas como por Sepúlveda están más sustentados por sus propias convicciones que por una verdadera realidad.

Se refleja claramente la discriminación que ejercen los españoles sobre los nativos, dando tratos inhumanos solamente por ser indígenas, pero cabe recalcar que también eran seres humanos completos y verdaderos, que como tales merecían respeto e igualdad.

Durante la discusión Bartolomé señalaba, que los españoles están acabando y terminando con la vida de los nativos por el trato tan fatal que recibían, desde que inicio el descubrimiento y la conquista de los españoles, no hacían otra cosa más que esclavizarlos, torturarlos y masacrarlos.

Es tan triste darse cuenta como en la antigüedad estas personas eran tratadas prácticamente como animales, eran marcados en sus rostros con el nombre de su propietario, vendidos de amo en amo, también eran exterminados de una manera aterradora (quemados vivos, ahogados o lanzados a los perros para que los devorarán).

Por su parte Sepúlveda, defendía que la guerra que llevaban los conquistadores españoles a los indios era justa acusando a los indios por sus pecados e idolatría. Para él, los indios eran seres inferiores que pertenecían a otra categoría.

En la disputa no hubo un vencedor final, y ambos opositores se consideraron vencedores. La mayor parte de los teólogos dieron como ganadoras las tesis de Las Casas, mientras que la mayor parte de los juristas lo hicieron a favor de las de Sepúlveda. La resolución final fue la emisión de varios informes que tuvieron sus consecuencias.

Lo más importante de la Controversia de Valladolid es que en ella se fundaron los Derechos Humanos. Fue la primera vez que se planteó la cuestión de los derechos fundamentales de los hombres por el simple hecho de ser hombres, derechos anteriores a cualquier ley positiva.

Más allá de la historia de la injusticia bajo la que vivieron los indígenas apenas conquistados, la Controversia es un buen pretexto para reflexionar acerca de la argumentación como instrumento de defensa y sobre la congruencia con la propia postura.

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