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Historia de la educacion

Enviado por   •  1 de Enero de 2018  •  5.928 Palabras (24 Páginas)  •  281 Visitas

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Como el territorio argentino se había extendido, no hubo un sistema educativo integrado y, en consecuencia, la educación en la época colonial fue bastante heterogénea.

La educación primaria era impartida en las iglesias y en los cabildos. Mientras que la educación superior, en cambio, estaba relegada a las universidades. En estas últimas se formaban los dirigentes políticos y religiosos, ya que se daba prioridad a la enseñanza del derecho y de la teología.

Cuando llegaron los Borbones a la corona española, hubo algunas modificaciones en la enseñanza:

- Se introdujo algún tipo de educación para el trabajo, en particular para los sectores más bajos de la sociedad;

- Labranza y algún oficio para los varones;

- Costura, hilado y tejido para las mujeres.

Y pasaron los años….y llegaron los patriotas americanos, inspirados en las “ideas de la ilustración”, que buscaban instaurar una nueva sociedad en las naciones que iban surgiendo.

Para ello, pusieron tanto entusiasmo en la educación, pero no privativa solo de los sectores altos, sino al alcance de todos y, en particular, de aquellos que con la fuerza de sus manos iban a contribuir a consolidar la riqueza de las nuevas naciones.

Cuentan los que vieron que, si bien hubo caudillos progresistas que trataron de difundir la instrucción en las provincias y auspiciaron la conformación de Juntas Locales protectoras de la educación, otros como Juan Manuel de Rosas, en cambio, fueron la fiel expresión del “tradicionalismo conservador”, del nacionalismo y de la elevación y grandeza de lo popular.

Estos caudillos, con Rosas a la cabeza, le exigían a los docentes una adhesión incondicional al gobierno.

La educación dejó de ser pública y obligatoria; y los padres de los niños estaban obligados a pagar los gastos del local escolar, los maestros y hasta los útiles.

En las escuelas se impusieron las prácticas de los rituales federales.

Pero también había un grupo de amigos que, precisamente, no se juntaban para hablar cosas propias de su edad. Eran jóvenes liberales, inscriptos (no como socios) al romanticismo, que adherían a las ideas liberales y propiciaban una revolución moral.

Para algunos de sus integrantes, como Juan Bautista Alberdi, la educación debía preparar para el trabajo, y subordinarse a la economía. Cuentan, también, que ellos querían traer inmigrantes para que educaran a los criollos con el ejemplo.

Otro de los representantes conocidos, Domingo Faustino Sarmiento, sinónimo de escuela, aquel que no faltaba nunca (o casi nunca), ¿el hombre que inventó la escuela?, el que dedicó muchos de sus escritos al problema educativo. Este joven, si bien tenía sus ideas pedagógicas democráticas, no concordaban con el pensamiento que tenía sobre la población latinoamericana.

A la escuela pública sarmientina concurría un sujeto abstracto, que adhería al positivismo y al funcionalismo pedagógico francés. En una de sus obras, “Educación Popular”, consideró que la educación debía estar a cargo de docentes profesionales. Sin embargo, el problema de la escolarización y su relación con la comunidad, quedó irresuelto.

En tiempos de María Castaña, allá por 1853, la Constitución Nacional pretendía organizar la nación según el modelo liberal. Para ello era imprescindible fomentar la inmigración anglosajona, con el propósito de “civilizar” a gauchos e indios.

El Art. 5° fijaba que las provincias debían asegurar la educación primaria; y el Art. 67, Inc. 16, otorgaba al Congreso Nacional la potestad de “dictar planes de instrucción general y universitaria”.

Cuentan aquellos que estuvieron, que se creó el Departamento de Escuela, del que dicen que Sarmiento fue su director, en 1856. De esta manera, se intentaba impulsar una educación práctica y democrática, donde se le daba autonomía al sistema escolar. En su gestión otorgó a los establecimientos educativos rentas propias, para garantizar su financiamiento más allá de los gobernantes.

Pero no fue sencillo organizar el sistema educativo antes que se unificara el país, después de la Batalla de Pavón. Las escuelas primarias se ocuparon de la educación básica, igualitaria para todos; y las escuelas secundarias y la universidad, según contó Bartolomé Mitre, estaban destinadas a las elites.

Hace mucho tiempo que nos vienen contando que Sarmiento fue un activo defensor de la educación popular. Durante su presidencia se ocupó de reunir información sobre el estado de la educación en el país y, de ese modo, podía orientar mejor su obra de gobierno. Viajaba mucho, y en uno de esos viajes, se ocupó de conocer profundamente cómo eran los sistemas educativos de los países que él consideraba modernos. Su modelo fue, siempre, Estados Unidos.

En los escritos que nos dejó Sarmiento, podemos observar que su propósito fue, fundamentalmente, lograr un nuevo orden.

Si hay un lema que identifique a Sarmiento es “Civilización o Barbarie”; y él creía que la escuela era el lugar en donde se producía, a su entender, ese paso. Y esta era la real preocupación que tenía: alfabetizar a las clases populares. Por eso, él mismo fundó innumerables escuelas, y propicio una ley que otorgaba subsidios a las escuelas para tal fin.

Una de estas escuelas que fundó, quizá los más conocidos y nombrados por muchos historiadores, fue la Escuela Normal de Paraná. Pero su labor se completó en 1870 con la creación de Bibliotecas Populares.

Me olvidaba, en 1869, Sarmiento ordenó la realización de un censo nacional, donde se demostró que un millón de habitantes (eso es mucho) no sabían leer ni escribir; esto sobre un millón setecientos mil habitantes censados. Con estos números quedaba claro que el Estado que se estaba delineando, tendría un rol central en lo que respecta al sistema educativo escolarizado en Argentina. Gracias a esto, dicen que la escuela se convirtió en un dispositivo de extraordinario valor para unificar las experiencias de ingreso de todos los miembros jóvenes de las sociedades nacionales, independientemente de sus diferentes orígenes. Y esto lo digo, porque mi abuelo me contó que la Argentina recibió gran parte de inmigrantes (él fue uno de ellos; llegó de España) que llevó a pensar a esas políticas educativas del momento, desde otra perspectiva: la normalización ciudadana. Por este motivo, la escolarización

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