Con la evolución del mercado y el comercio, los consumidores han buscado cada vez más soluciones hechas a la medida de sus propias necesidades
Enviado por Jerry • 25 de Noviembre de 2018 • 2.739 Palabras (11 Páginas) • 306 Visitas
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Derivado de esto, se observa que la gente se relaciona a través del “mall”, con lo cual estas adquieren características “mágicas”, a esto es lo que Marx denomina FETICHISMO DE LA MERCANCIA[3], para entender mejor definiremos: al fetichismo como el atribuirle a una cosa propiedades que no le son propias, es decir considerar que una cosa es algo distinto a lo que realmente es; y vemos al “CENTRO COMERCIAL” como un lugar producido para satisfacer las necesidades de las personas. Al mencionar sus características el centro comercial aparentan tener una voluntad independiente de la sociedad, dando como consecuencia que no se tome en cuenta el trabajo involucrado en las pequeñas comunidades, sino más bien el cantidad y variedad de cosas que ofrecen estos sitios como tal y así que represente mayor valor; esta forma de comercializar es la que se ha venido dando a través de la historia del comercio y se puede mencionar que todos estamos sometidos a estar bajo su control, cosificando al sujeto y dándole prioridad al objeto de que al final nos pueda controlar en las decisiones.
Tomando en cuenta un poco la definición de que el “Centro Comercial” es interpretado como la ciudad dentro de la ciudad si se parte dentro de la definición más genérica de la ciudad, esta es entendida como área urbana con una población densa en donde predominan los servicios y la industria, o como decía Le Corbusier “las ciudades son puestos de mando” otros la señalan como una organización espacial de personas en donde se interrelacionan diversas actividades sociales. Es precisamente desde este conjunto de interpretaciones que podemos hacer la semejanza, de entender los centros comerciales, como un aumento de microcosmos diseminados por toda la gran sociedad en cuyo interior se conjugan las interrelaciones sociales de productividad y ocio, con los más diversos matices socioculturales, antropológicos, ecológicos y urbanísticos.
Por otro lado, el afán que tienen por la representación exagerada, los convierte en pequeños mundos, donde es posible hallar en pocos metros cuadrados lo más singular de lo local junto a productos, modas, tendencias considerando todo esto como la VANIDAD que se propagan universalmente. La combinación local-global se hace patente en los centros comerciales, aunque para ello se opte por la descontextualización o por un discutible eclecticismo de patrones, elementos y productos culturales, siempre pensando como primer objetivo en su interesada comercialización.
El éxito de los centros comerciales ha tenido un doble efecto: por un lado, como anteriormente lo mencionamos, es que los pequeños comercios, los más grandes afectados al perder competitividad y variedad, han tenido que adaptarse a un mismo patrón para mantener su hegemonía, y la estrategia ha sido, curiosamente, adoptar los rasgos del centro comercial, persiguiendo asociaciones y creando una marca común, aunque reivindicando como señas de identidad su apertura en los centros comerciales y su renta de situación en zonas urbanas con gran atractivo turístico y cultural. Esta relación ha atraído, sin embargo, a mismas marcas, franquicias y cadenas comerciales que son usuales y muy reconocidas en los centros comerciales. Por otro lado, también han aparecido nuevas tendencias en la producción de estos espacios, con el fin de renovarse y ser cada vez más competitivos en un mercado más fragmentado, especializado y diverso. Muchos de ellos se especializan en determinada variedad de productos o para determinados perfiles de clientes, y para conocer esto se involucran con ciertos estudios de marketing, el cual ayuda al productor a saber todos los gustos y preferencias del consumidor.
En otros casos, surgen las llamadas “ciudades comerciales”, reproducen a gran escala real arquitecturas y calles que recuerdan a ciudades de tiempos pasados, de otros lugares y paisajes, o sencillamente extraídos de la imaginación de los proyectistas. En éstas se sitúan muchas marcas y tiendas que buscan, por ejemplo, liquidar excedentes (promoviendo diferentes ofertas que hagan notar al negocio), embaucando al usuario mediante la armonía y entornos agradables, podemos considerar un ejemplo: el mayor centro comercial de Norteamérica, está ubicado en Canadá, el Centro Comercial De West Edmonton, el empresario que esta de tras de la construcción de este súper centro de consumo hizo volar su imaginación y combino las actividades de compras con diferentes espectáculos de entretenimiento, diversión y beneficio, mantuvo la idea de tener todo esto en un solo lugar que facilitara el movimiento de la población y así consuman a lo grande, en especial, para sectores de población joven, para los que ha supuesto crearon su hábitat principal de relación y contacto social.
Las facilidades que propicia el centro comercial para el ocio permiten que el usuario consuma más o que incluso el consumo sea concebido como una actividad de ocio. Un caso muy generalizado del acopio de funciones públicas que podemos considerar es el del cine, ya que se observa en la actualidad que este entretenimiento ha venido de la mano en las construcciones de centros comerciales, logrando constituirse como la gran actividad de ocio dentro de estos lugares, símbolo además del rol que juega esta ciudad comercial como escenario que accede a lo universal, especialmente a determinadas modas y productos, en este caso, artísticas, como es la cinematográfica. No en vano, los multicines vienen promovidos por grandes multinacionales y supe productoras.
En fin, con todo lo mencionado anteriormente podemos concluir que los centros comerciales han invadido la sociedad y aún más se están adueñando de la sociabilización de la gente fuera de un mundo ficticio.
Llegamos a considerar a los centros comerciales como espacios urbanos de la posmodernidad que claramente funcionan como espacios que vienen a suplantar la vida de las ciudades, pero sólo en su faceta comercial y reforzando aún más el individualismo.
Los centros comerciales traen consigo una falsedad sobre la verdadera realidad, sobre la vida, la satisfacción, el placer, el descanso, y engaña sobre la dura y cruda realidad que sucede en la vida cotidiana de la ciudad, nos involucran en un mundo en el cual perdemos la emoción de ser realmente libres, si no mas bien tratan una percepción de aparente libertad, una libertad en la que siempre se es observado. Una cierta libertad de acceso a todos los ciudadanos pero se reservan el derecho de admisión, es una libertad en la que nunca se observa un habitante de la calle o mascotas recorriendo los espacios, y las únicas mascotas son las de las famosas Pest Shops o tiendas de mascotas y los perros de los guardias de seguridad (Centro Comercial Quicentro Norte),
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