Las Necesidades Educativas Especiales y la Integración/

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Cabe señalar que este autor carece de una definición más concreta por lo que se cita a Rosa y Ochaíta (1993) quienes concluyen que el término nee podría conceder demasiada importancia a la respuesta del contexto, lo que hace que no se ponga el énfasis suficiente en las características del desarrollo de los niños con las diferentes discapacidades y en las intervenciones específicas que deben realizarse.

Sin embargo, a través de la experiencia con la interacción en el contexto escolar, es de suma importancia el resaltar la diferencia que existe entre discapacidad y necesidad educativa especial, ya que podemos encontrar en el salón de clases a niños con alguna discapacidad motora, sin que necesariamente este afectado su capacidad de acceder a los contenidos y no requiera de intervenciones y estrategias como menciona Luque Parra (2009). En suma, las necesidades educativas especiales pueden o no estar ligadas a alguna discapacidad, y dependiendo de ellas, será la ayuda que se le brindará al alumno.

Sin embargo, ¿cómo encaja el concepto de integración en el sistema educativo y en la satisfacción de las necesidades educativas especiales con o sin discapacidad? Guajardo (2008) sostiene que la integración viene siendo la igualdad de la persona ante la ley, por un lado, a través de un crecimiento normativo referencial y, por otro, mediante recursos, apoyos y servicios, como satisfactores de esas necesidades específicas individuales.

Podemos llegar a una propia conclusión de que la integración se refiere al acto de cubrir las necesidades de los alumnos, tomando en cuenta la diversidad del aula, ya sea que se presente una discapacidad, dificultades a nivel cognitivo para poder acceder a los contenidos, desventajas contextuales y socioeconómicas, entre otros. Para esto, es necesario que se cuente con maestros competentes, que tengan una actitud reflexiva, que sean cooperativos e interactivos, que tengan compromiso ético y un marco educativo que considere a todos los alumnos que conforman una comunidad (Luque Parra, 2009).

A manera de conclusión, para poder decir que hay una convivencia eficaz y una satisfacción pura de las necesidades de una comunidad y, en consecuencia, exista un ambiente integrador, se necesitan cubrir todas y cada una de las necesidades de la sociedad, partiendo de las necesidades básicas elementales como lo son la salud física y la autonomía para poder aterrizar en las necesidades educativas especiales. Si bien es difícil cubrir las necesidades básicas individuales de toda una sociedad, es aún más complejo el poder, no sólo detectar las necesidades educativas especiales aunadas a una discapacidad o no en un contexto educativo, sino el poder contrarrestarlas de manera eficaz. Para esto, como ya mencionaba Luque Parra (2009) es necesario contar, no sólo con un contexto adecuado que palee ciertas limitaciones sociales o de acceso a las instalaciones, sino que también es necesaria la ayuda complementaria de los profesores en el aula.

Esto es de gran importancia conocerlo, ya que nos permitirá como educadores tener las bases necesarias para saber cómo garantizar el desarrollo de nuestros alumnos al reconocer la importancia de poder cubrir las necesidades educativas que pudieran presentar.