Practica docente.

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Barrio (2007) nos dice que “el hombre no nace entero, ni termina nunca de enterarse”, para Durkheim (1996,53-54):

“el hombre no es hombre más que porque vive en sociedad. Es la sociedad la que nos hace salir de nuestro aislamiento individual, la que nos obliga a tener en cuenta otros intereses que no son los nuestros propiamente dichos, es ella la que nos ha enseñado a dominar nuestras pasiones, nuestros instintos, a canalizarlos, a limitarnos, a privatizarnos, a sacrificarnos, a subordinar a nuestros fines personales en pro de fines más elevados”.

El docente debe esforzar en desarrollar de forma sistémica y holística cada una de las dimensiones, lo cual le permitirán ser un mejor ser humano e irse construyendo.

- El crecimiento intelectual

Un ser humano en potencia necesita ser inteligente, para lo cual Barrio (2007) señala que debe tener una inteligencia teórica, una práctica y una social; el ser humano en construcción debe ser capaz de detectar sus talentos y desarrollarlos, pero igualmente debería adquirir las otras habilidades que no posee.

Un docente, según Barrio (2007), debe estimular la formación del verdadero sentido crítico, primeramente en él para posteriormente transmitirlo a sus alumnos, siendo este capaz de tener conocimiento que pueda transmitir y sobre todo que los fundamente, además de tener una actitud positiva, promover una actitud de escucha reflexiva, debe poder ayudar y debe ser capaz ante todo de ser humano frente a sus alumnos, ser autentico; todo esto sin adoctrinamiento y evitando la manipulación.

- Crecimiento moral

Para Barrio (2007, 125) “toda educación es una tarea moral”, por lo tanto al educar y educarnos influimos y somos influenciados moralmente, como docentes somos una influencia y modelo a seguir por nuestros estudiantes.

Un docente que intenta ser un ejemplo moral y ético para sus alumnos debe aplicar, en su práctica diaria, los principios pedagógicos que sustentan el Plan de Estudios 2011 (SEP, 2011), los cuales son: centrar la atención en los estudiantes y en sus procesos de aprendizaje; planificar para potenciar el aprendizaje; generar ambientes de aprendizaje; trabajar en colaboración para construir el aprendizaje; poner énfasis en el desarrollo de competencias, el logro de los Estándares Curriculares y los aprendizajes esperados; usar materiales educativos para favorecer el aprendizaje; evaluar para aprender; favorecer la inclusión para atender a la diversidad; incorporar temas de relevancia social; renovar el pacto entre el estudiante, el docente, la familia y la escuela; reorientar el liderazgo; y, la tutoría y la asesoría académica a la escuela.

- Dimensión cívica o social del desarrollo de la persona

Cuán difícil es para los seres humanos vivir en sociedad, pero aún más difícil es pedir perdón y dar gracias. Estos dos actos deben ser parte fundamental de cada cultura, y un docente que se dice docente debe hacer y enseñar ambas cosas. En mi práctica empírica de la docencia he venido practicando con mis alumnos, de secundaria, el dar gracias: gracias por ser mis alumnos, gracias por la sesión del día de hoy, entre otros; y lo que más me ha costado es pedir perdón, ya sea por algún comentario fuera de lugar que dije o por algún acto o no poder ayudarlos en su construcción del conocimiento.

- Dimensión estética-afectiva del desarrollo humano

Hablamos de emociones y sentimientos como hablar de la misma cosa, para Barrio (2007, 129) los sentimientos “son perturbaciones de la subjetividad en la que se da una conciencia, sensible de las tendencias” y que estos “refuerzan las tendencias naturales: producen valoraciones inmediatas y refuerzan las convicciones”, para Goleman (1995, 24) las emociones “son impulsos para actuar, planes instantáneos para enfrentarnos a la vida que la evolución nos ha inculcado”, clasificándolos en: ira, tristeza, temor, placer, amor, sorpresa, disgusto y vergüenza.

Para Barrio (2007, 129) “los sentimientos son irracionales, pero pueden ser armonizados con la razón y la voluntad, aunque para ello hay que someter su impulso inicial”, no hablando de cambiar los sentimientos, simplemente moderarlos, controlarlos. Un docente debe ser libre sin confundir libertad con libertinaje, entonces se habla de una libertad que tiene que ver con disciplina, siendo esta última el límite que se pondrá para no caer en el libertinaje, crear un ambiente lleno de reglas y normas es justificable si se pretende controlar sus propias pasiones, impulsos, deseos y necesidades.

- Dimensión religiosa

El ser humano necesita creer, darle un sentido a su vida, algo que trascienda más allá de su propia vida, es por tal motivo que en cierta manera existe una dependencia a creer en un Dios o Dioses, pero la educación formal proporcionada por el estado debe ser laica, desapegada de cualquier religión o creencia, eso no impide al hombre a desarrollar su espiritualidad, ser un ser de luz que guíe y apoye a los que lo rodeen sin necesariamente pregonar alguna religión o creencia, simplemente con el mero hecho de poner en práctica su creencia, apoyar a los que lo rodean, ser un buen “hermano espiritual”.

CONCLUSIÓN

Como docentes debemos hacer un cambio de paradigma, del enfoque tradicional al humanista, no solo por exigencia del currículum formal sino por la necesidad inherente que tienen los alumnos por recibir una educación holística, donde no solo se mida el nivel de conocimientos que han adquirido, una educación donde además se evalué la actitud, su motivación, autoestima y nivel de autorrealización.

Para que un docente se diga ser humano, este debe aprender a dominar sus emociones, lo cual lo llevará a una verdadera libertad, porque no se puede ser libre si somos esclavos de nuestras propias pasiones; por lo tanto la importancia de conocernos para poder evaluar nuestro nivel de “humanidad”. Que mejor que trabajar con cada una de las dimensiones del crecimiento humano.

Los planes y programas de estudio vigentes mencionan que la educación debe ser con un enfoque humanista, holístico y sistémico, y se le da mayor importancia al alumno dejando de lado al docente, de eso nos podemos percatar al revisar cada uno de los principios pedagógicos que sustentan el plan de estudio, donde la gran mayoría está dirigido a los alumnos, pero ¿dónde queda el docente?, según los estudios de Aspy este es un factor que está