Bajo rendimiento escolar.

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La perseverancia es una forma de autodisciplina que ayuda a mantener la persistencia hasta completar la tarea, cuando la fatiga u otros factores negativos interfieren en su realización.

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Es paradójico que los niños con fracaso escolar, que da la impresión de que sólo quieren pasarla bien, con frecuencia sufren por sentirse etiquetado y vacío o por un sentimiento de desadaptación y depresión que es el resultado de tratar de escapar de los sentimientos de perseverancia, valor y autodisciplina. Los niños con bajo rendimiento escolar no asumen la responsabilidad por su vida, Se plantean una pocas metas a largo plazo y fallan en sus promesas. Sin autodisciplina, el fracaso y el vacío en la vida están asegurados.

Al plantearse metas a largo plazo los adolescentes ven muy lejos la satisfacción y el logro de las mismas es por ello que las cambian con la mayor facilidad por los placeres inmediatos. Es preferible ver la Tele o salir a jugar que ponerse a hacer la tarea. Todo éxito sostenido requiere el sacrificio de algo. Los alumnos con fracaso escolar tienen poca fe en el trabajo y, de hecho, hasta lo odian. Suelen conectar sentimientos negativos con el realizar el trabajo que los llevará a un éxito posterior.

Puesto que ellos no son capaces de ponerse a tienen que ser continuamente supervisados en su trabajo. Trabajan mejor cuando son supervisados y cuando se les dan una a una las instrucciones. Los padres u otros adultos continuamente deben ponerlo a hacer las cosas o marcarle una y otra vez límites, cuando el niño sabe perfectamente lo que tiene que hacer y cuáles son los límites. El mensaje que envía es que si no lo vigilan cuidadosamente y lo monitorean, entonces hará cualquier cosa irresponsable para sabotear su propio trabajo. Dependencia significa que los niños con bajo rendimiento escolar forzan a otros, padres, maestros, tutores a tomar decisiones por y para ellos. Son unos expertos en hacer que otros los cuiden.

La dependencia también está presente a nivel emocional cuando se resisten a vivir apropiadamente la preocupación y la ansiedad por sus vidas. Por ello sus respuestas parecen cínicas, o dan la impresión de que no les importan los castigos ni las bajas calificaciones, dejan la preocupación en los adultos y de esa manera evitan en tremendo sentimiento de fracaso.

Por ello una de las mejores estrategias cuando un adolescente está sacando bajas calificaciones es evitar plantearle metas a muy corto plazo y realizables, pedirle que por una semana, la siguiente, anote todas la tareas y trabajos que le dejen en la escuela, y hacer un horario, más o menos de esta manera: 4.30 pm a 5.00 trabajar, de 5.00 a 5.15 descanso y de 5.15 a 6.00 otra vez trabajo. Al principio hay que estar al pendiente de que cumpla el horario de que trabaje sin interrupciones de llamadas telefónicas ni televisión, aunque si música sobre todo de Bach o Mozart, no de rock. Es importante, si el muchacho o la muchacha no pueden salir adelante, acudir con un experto para que los apoye, tanto a los padres como al alumno, en el desarrollo de los valores que requiere para lograr el éxito escolar así como en la adquisición de habilidades y estrategias de estudio.

Sunny Montoya González

sunnymontoya@hotmail.com

Para saber más:

Celso A. Antunes: Las inteligencias múltiples. estimularlas y desarrollarlas. Ed. Alfaomega. México

Nathaniel Branden: Cómo mejorar su autoestima. Ed. Paidós. México, Buenos Aires, Barcelona.

Luis Castañeda: El niño triunfador. Ediciones Poder

Luis A. Dávalos Valdés: Enseñar a aprender para toda la vida. Centro de Evaluación y diagnóstico

Marista.

Mónica Trorrer: Aprendizaje inteligente. Ed. Alfaomega. México