TEMA DE DISCUCIÓN: TRIBUNAL DE JUSTICIA EUROPEO Y TRIBUNAL DE CUENTAS

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TRIBUNAL DE CUENTAS EUROPEO

El Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) es la entidad que desempeña el rol de auditor externo de los países miembros de la Unión Europea (UE), es decir, que inspecciona o verifica las finanzas, asimismo busca mejorar la gestión financiera y verificar si los fondos se utilizan correctamente.

El tribunal está integrado por un miembro de cada país de la Unión Europea y se creó en 1977 con su sede en Luxemburgo.

De forma general, [1]los aspectos de los que se encarga el TCE son, principalmente, auditar los ingresos y los gastos de la UE para verificar que la percepción, uso, rentabilidad y contabilidad de los fondos son los correctos.

Además, supervisa a cualquier persona u organización que maneje los fondos de la UE, elabora conclusiones y recomendaciones dirigidas a la Comisión Europea y a los gobiernos nacionales en sus informes de auditoría.

Por otra parte, trabaja de la mano con la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) que tiene como función principal proteger los intereses financieros de la UE, siendo informada en caso de haber sospechas sobre fraude, corrupción u otro tipo de actividades ilegales que atenten contra estos.

El Tribunal de Cuentas facilita, además, dictámenes periciales, que son pruebas en las que se certifica a una persona para que haga un informe con base a lo se indica en una determinada situación, el cual es entregado a los responsables de la UE, sobre cómo mejorar la gestión financiera y la rendición de cuentas a los ciudadanos.

Por otro lado, el TCE es independiente de las instituciones y organismos que audita, lo cual, le otorga una mayor eficacia y goza de libertad para decidir lo qué someterá a auditoria, el procedimiento que se llevara a cabo y el tiempo pertinente para presentar sus conclusiones.

El TCE cumple con la labor de fiscalización y lo hace mediante la Comisión Europea ya que ésta es la responsable de ejecutar el presupuesto de la UE, también colabora con las autoridades nacionales que le proporcionan la mayor parte de fondos para la Unión aproximadamente en un 80%.

Como toda organización, el Tribunal consta de su propia composición en la que sus miembros son nombrados por el Consejo y Parlamento Europeo. Los miembros cumplen un mandato de 6 años y eligen a uno de ellos como presidente por un periodo de 3 años, en ambos casos puede ser renovable.

Además, [2]el TCE lleva a cabo tres tipos de auditorías: financiera, de conformidad y de resultado.

Las auditorias financieras, por ejemplo, son en las que se comprueban si las cuentas reflejan fielmente la situación financieras, los resultados y los flujos de tesorería de un determinado ejercicio, mientras que las de conformidad se basan, principalmente, en comprobar las transacciones financieras que se ajustan a la normativa, y finalmente, las auditorías de resultados son en las que se comprueban si la financiación de la UE ha alcanzado los objetivos planteados con el menor número de recursos posibles y por su puesto de la manera más económica posible.

Por consiguiente, [3]el Tribunal de Cuentas se divide en grupos de auditoría denominadas como “salas”, que son las encargadas de elaborar informes y dictámenes que pasan a ser oficiales cuando los aprueban los miembros de éste mismo.

El tribunal como toda institución cuenta con un presidente que está a la cabeza de este y que es elegido por los demás miembros por un periodo de tres años, cuyo periodo puede ser renovable al terminar.

Las funciones del presidente son, básicamente, presidir reuniones con los miembros del tribunal, garantizar la correcta ejecución de las decisiones que se tomen y mantener la buena gestión de la institución y sus respectivas actividades.

Asimismo, los demás miembros del Tribunal de Cuentas Europeo son elegidos por el Consejo y bajo la aprobación del Parlamento Europeo, luego de la elección de cada miembro por el Estados miembro de la UE; cada miembro es elegido por un periodo de seis años con la obligación de ejercer sus labores en beneficio de la Unión Europea, no del Estado miembro del que provienen.

El TCE cuenta con 900 personas que trabajan en él, las cuales están repartidas en las diferentes áreas que componen el tribunal, además de las auditorías también en la administración y traducción, la cual cuenta con traductores de 23 lenguas oficiales de la Unión Europea, para sí garantizar que todos los ciudadanos puedan leer la información que se publique por el Tribunal y que sea de interés general.

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